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Estudios Políticos - Conflict Scopes and Violence Repertories in the South West of Colombia

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Estudios Políticos

Print version ISSN 0121-5167

Estud. polit., Medellín  no.41 Medellín July/Dec. 2012

 

SECCIÓN GENERAL

 

Ámbitos de conflicto y repertorios de violencia en el Suroccidente Colombiano*

 

Conflict Scopes and Violence Repertories in the South West of Colombia

 

 

Carlos Enrique Moreno León1

 

1 Magíster en Estudios Políticos del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales IEPRI, Politólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor de tiempo completo de la Universidad Icesi. Becario Fulbright. Correo electrónico: cemoreno@icesi.edu.co.

 

Fecha de recepción: marzo de 2012

Fecha de aprobación: septiembre de 2012

 

Cómo citar este artículo: Moreno León, Carlos Enrique. (2012). Ámbitos de conflicto y repertorios de violencia en el Suroccidente Colombiano. Estudios Políticos, 41, Instituto de Estudios Políticos, Universidad de Antioquia, pp. 80–102.

 


RESUMEN

El trabajo tiene como objetivo comparar la interacción estratégica de los actores armados a partir del uso de repertorios de violencia en el suroccidente colombiano entre 1997 y 2009. Los repertorios de violencia son demostraciones coercitivas de los mecanismos políticos de los actores armados con el ánimo de hacerse al control territorial. No obstante, los actores armados emplean la violencia de una manera estratégica en la que, por un lado, evalúan el grado de frecuencia y diversidad que deben aplicar en cada territorio para subvertir la resistencia del enemigo y, por otro, tienen en cuenta si el territorio en el que se encuentran es una zona de alta confluencia de agentes militares (centro) o si es una zona en la que el encuentro de dos o más actores es relativamente baja (periferia). Se puede concluir que a finales del siglo XX, las fuerzas en confrontación convergen en ciertos territorios que los hacen centrales en la dinámica de la guerra misma. No obstante, ese encuentro no dura por mucho tiempo debido a que la insurgencia es derrotada en los centros y tiene que replegarse a la periferia. El análisis está soportado bajo las perspectivas de la contención política y la teoría del lugar central. Se realiza una comparación de N pequeño por medio de matrices geográficas que permiten observar las variaciones temporales y espaciales de los actores armados.

Palabras clave: Violencia; Actores del Conflicto Armado; Control Territorial.


Abstract

This paper attempts to compare the use of the violence repertories and the strategic interaction between the armed actors in the South west of Colombia between 1997 and 2009. The violence repertoires are coercive demonstrations of the armed actors; those actions have the purpose to gain sovereignty. Nevertheless, the armed actors employ the violence strategically because, on the one hand, they evaluate the frequency and the diversity that they have to use in each territory in order to defeat the enemy's resistance. On the other, the armed actors take into account the place where they are: if the territory has a high confluence of military agent (center) or not (periphery). The conclusion of this study is that at the end of the twenty century, the confrontation forces converged in certain territories which were central for the war dynamic. However, this encounter did not last since the guerrilla was defeated in those places and they had to withdraw to the periphery. The analysis is supported under the perspective of contention politics and the central place theory. The author implements a small–N comparative analysis that implemented geographical matrixes in order to take in account the temporal and spatial variation.

Keywords: Violence; Armed Conflict Actors; Territorial Control.


 

 

La violencia política en Colombia se presenta en forma de ciclos en los que las dinámicas de la organización, las interacciones estratégicas y los procesos de paz marcan las variaciones de la guerra irregular. Los actores armados cambian su localización, su estructura burocrática y sus fuentes de financiación. Camilo Echandía afirma que la insurgencia en los años noventa decide ocupar los centros de extracción económica (cultivos de coca y centros de explotación petrolera y minera) con el propósito de financiar la expansión territorial y, por ese motivo, asumen unos cambios organizacionales1 (Cf.Echandía, 2006). Esa circunstancia obliga a las Fuerzas Armadas Colombianas y los grupos paramilitares a implementar estrategias que subviertan las acciones realizadas por la guerrilla.2 Al mismo tiempo, el Estado mantiene conversaciones de paz con las diferentes organizaciones armadas ilegales, negociaciones que logran que algunos grupos se desmovilicen3 y se ejecuten algunos cambios en el régimen político;4 sin embargo, los procesos de paz con las FARC y el ELN han tendido al fracaso.5

La discusión acerca de la violencia en la guerra irregular en Colombia se ha concentrado mayormente en el impacto del terror en las dinámicas de la confrontación.6 Con este punto de partida, puede llegar a pensarse en que estos estudios deberían analizar la manera en que los actores armados establecen las relaciones de poder en los territorios que hacen presencia a partir de las demostraciones públicas propias de los mecanismos de los actores armados: los repertorios de violencia.

Las milicias y las fuerzas estatales establecen unas relaciones de cooperación y competencia, a las que se ven avocados en varias ocasiones dado que conviven en un mismo espacio. Esta circunstancia los ha obligado a ejecutar una combinación de repertorios de violencia con el ánimo de apropiarse de los territorios a partir del reconocimiento o el desalojo de la población y las fuerzas enemigas.

El presente artículo tiene como objetivo comparar la interacción estratégica de los actores armados, a partir de los cambios de frecuencia y diversidad de los repertorios de violencia en las regiones del Suroccidente colombiano7 entre 1997 y el 2009,8 para construir unas generalizaciones sobre la dinámica de la guerra que cuenten con mecanismos de control y avanzar, de esta manera, en la compresión de la guerra irregular en Colombia. Ello implica caracterizar la violencia como una demostración coercitiva de un mecanismo político para hacerse al control territorial, a partir de una relación entre un centro de confrontación y su periferia. A partir del estudio en el Suroccidente, se establece una clasificación de los tipos de repertorios de violencia desde la forma en que administran el cuerpo de la ''víctima''. Se argumentará que el empleo de la violencia varía de acuerdo con una racionalización y una jerarquización que los actores armados realizan del municipio en el que se encuentran. Más adelante, se construirán unas zonas teniendo como punto de referencia los centros bajo los cuales gira la guerra, entendidos estos como aquellos municipios que cuentan con la más alta diversidad y frecuencia de la violencia, para diferenciar regionalmente las tendencias de la confrontación armada por medio de ámbitos de conflicto.9

Seguidamente, se implementará la propuesta conceptual para contrastar la forma en que las interacciones estratégicas entre los actores armados se configuran, a partir de una relación entre centro y periferia a lo largo del periodo estudiado. En consecuencia, se puede afirmar que los actores armados tienen como propósito la ocupación de esos centros de confrontación por medio del control de sus proximidades. Ese hecho le permite a las fuerzas armadas y al paramilitarismo establecer un cerco militar a la insurgencia en los últimos años.

La zona estudiada en el texto es la comprendida por los departamentos de Cauca, Huila, Nariño, Putumayo, Quindío, Tolima y Valle. Los datos que se emplean son los consignados en la Revista Noche y Niebla10 de los años 1997 al 2009.

 

1. Repertorios y ámbitos de conflicto en el estudio de la guerra

1.1 Repertorios de violencia como represión

Los estudios de la guerra en Colombia le han dado una gran cabida al terror como factor definitorio de las acciones perpetradas por los actores armados. Por ejemplo, Daniel Pécaut afirma que el terror provoca procesos de desterritorialización, destemporalización y desubjetivación. Estas tres dinámicas permiten, por un lado, la constitución de la soberanía de los actores armados a partir de la incertidumbre que se radica en las comunidades y, por otro, la imposibilidad de la construcción de sentidos a partir de un relato articulado (Cf. Pécaut, 2001).

No obstante, esta explicación de la violencia no se enfoca en comprender la forma en que ciertos eventos relacionados con el ambiente, la identidad y las normas de las organizaciones cambian las relaciones de poder en una situación dada (Cf.Tilly, 2001), sino que estos estudios prefieren entender las acciones perpetradas por las organizaciones armadas desde los efectos que tienen sobre las comunidades. Es decir, el análisis de la guerra irregular debe focalizarse en estudiar los mecanismos políticos bajo los cuales se produce la coacción.

En esta medida, es conveniente acercarse al estudio de la violencia en la guerra en Colombia a partir de un enfoque que privilegie los mecanismos políticos y las consecuencias de los mismos. David Snyder y Charles Tilly proponen que la violencia debe ser evaluada a partir de tres niveles de explicación (Cf.Snyder, 1978; Cf.Tilly, 2001):

A. Contextual: motivos por los cuales los individuos deciden organizarse para perseguir un interés común o para presentar demandas compartidas en un espacio geográfico.

B. Organizacional: maneras en que se llevan a cabo las relaciones entre los miembros de un grupo que le permiten a la organización reclutar nuevas personas a su causa y, al mismo tiempo, mantener el compromiso de sus miembros.

C. Individual: roles que desempeña la identidad de los integrantes de la colectividad en el emprendimiento de la movilización a favor de un objetivo político.

Los mecanismos políticos producen unas expresiones públicas que tienen por objeto la adquisición de un bien público. Estas demostraciones son diseñadas racionalmente por cada uno de los actores que se encuentra en puja. De esta manera, se establece una interacción competitiva en la que la mejor estrategia es la que brinda mayores beneficios. Ese hecho hace que las relaciones entre los actores en confrontación se tornen dinámicas porque se deben ajustar continuamente los procesos organizacionales e individuales para asegurar el triunfo o evitar la derrota.

Así, la violencia colectiva es al mismo tiempo una demostración pública y un tipo de represión que emplean los actores políticos para ''elevar los costos de la acción colectiva de un contendor'' (Tilly, 1978, p.100),11 concepto que en los conflictos armados tiene una doble naturaleza. Por un lado, la contención entre los actores de la guerra se lleva a cabo por medio de acciones simétricas que tienen el propósito de la eliminación del enemigo. Por otro lado, las organizaciones armadas emplean la coerción contra las agrupaciones, y las personas de población civil dejan de ser toleradas debido a su supuesta filiación con el enemigo o al vaciamiento poblacional del territorio.

La violencia en las guerras irregulares adopta diferentes formas debido a las características estructurales e individuales de las organizaciones (Cf.Wood, 2009). De esta forma, la represión ejercida por los actores armados debe ser entendida como un conjunto de repertorios violentos que se implementan para conseguir el control territorial o la cooperación de la población. Sin embargo, ¿qué se entiende por repertorios?, ¿qué son los repertorios violentos?, ¿qué implicaciones tiene el uso de los repertorios en el análisis de la guerra irregular?

El repertorio es un concepto que es implementado principalmente por aquellos que abordan la contención política.12 Esos enfoques establecen que los repertorios son las puestas en escena en las que organizaciones políticas hacen reclamos ante un actor político. Esta representación pública es ''un conjunto limitado de rutinas aprendidas, compartidas y actuadas a través de un proceso de elección relativamente deliberado'' (Tilly, 2002, p.8). Las acciones de los actores armados hacen parte de una estrategia para cumplir con los objetivos de la organización. No obstante, el plan diseñado por las organizaciones se transforma a partir de la resistencia que ejerzan las agrupaciones competidoras y la población en la cual actúan.

Según Elisabeth Wood, los repertorios violentos tienen una repercusión en las zonas en las que se hace presente la guerra irregular: construcción de unas identidades políticas polarizadas. De acuerdo con la autora, los actores armados implementan un conjunto de acciones que tienen un impacto directo en las redes sociales de las comunidades; impactos que se reflejan en que la construcción de la identidad y la alteridad se moldean a partir de la presencia del conflicto violento. Las comunidades cambian sus relaciones de confianza con sus semejantes en la medida en que se conjugan la incertidumbre y la necesidad de supervivencia. Así, los procesos sociales y las autoridades locales se militarizan y, por ende, el orden social depende de las lógicas de amigo–enemigo (Cf.Wood, 2010).

La anterior lectura se puede complementar con el concepto de los empresarios de la violencia que presenta Donatella Della Porta en su estudio Social Movements, Political Violence and the State. Según ella, los actores violentos son organizaciones que se aventuran en desarrollar una actividad con un propósito político en el que asumen los costos de impulsar tal acción. De esta manera, ellos son los encargados de expandir y mantener el empleo violento de los repertorios de las organizaciones. Sin embargo, ese hecho solo es posible en la medida que en las sociedades en las cuales esos empresarios se desenvuelven existan, por un lado, demandas por cambios radicales y, por otro, subculturas que aprueban la violencia como forma de actuar en el escenario político (Cf. Della Porta, 1995).

Al conjugar las lecturas de estas dos analistas, se puede afirmar que los repertorios violentos son producto del emprendimiento de unos empresarios de la violencia que aprovechan ciertas condiciones para definir unas identidades políticas favorables que, en el caso de las guerras irregulares, tienen el objetivo de establecer un control territorial. Sin embargo, los actores armados deben implementar una variedad de formas violentas para cumplir con sus objetivos. A partir de la investigación realizada para el presente trabajo, se pueden diferenciar cinco tipos de acciones que los actores armados emplean:

• Enfrentamientos armados: las luchas entre dos organizaciones armadas que buscan acabar o cansar las fuerzas del enemigo con la intención final de desalojar su fuerza militar de un territorio (Cf.Tse–tung, 1968).

• Violencia física en contra de la población civil: la administración de fuerza física en el cuerpo de las víctimas por parte de un actor armado.13

• Amenaza a la población civil: la promesa de efectuar una acción violenta en el futuro a partir de un cambio de conducta presente. Las amenazas deben ser clasificadas a partir de la presencialidad de la conminación y del grado de especificidad de la intimidación.14

• Ataques a infraestructura pública y propiedad privada: en el repertorio de las milicias, en las guerras irregulares, hay acciones en las que se pretende herir o destruir a la víctima de una manera indirecta. Los especialistas de la violencia consideran que la destrucción real de la víctima no es benéfica para la consecución de sus objetivos estratégicos. Por eso, los actores armados cosifican y simbolizan al damnificado para generar un cambio de actitud por parte del afectado y de aquellos que puedan tener las mismas características del afligido.15

• Extracción de recursos: los actores armados no solo se comportan como entidades políticas y militares sino que, además, deben constituirse como organizaciones empresariales. Las milicias financian el esfuerzo de guerra, entendido este como la munición, el alimento, el sueldo y la ''vivienda'' de los soldados. Así, las agrupaciones político–militares emplean la violencia para obtener los recursos que les permiten ser una institución económicamente viable.16

1.2 Metodología de regionalización con ámbitos de conflicto

El estudio de las guerras irregulares tiene distintas variables que deben tenerse en cuenta. Se encuentran la violencia entre los actores armados; la represión ejercida contra la población civil; la movilización no violenta de la sociedad civil, entre otros. Sin embargo, cada uno de esos temas remite a la apropiación del territorio por parte de actores políticos y económicos. En Colombia, estas investigaciones han procurado construir regiones históricas a partir de los procesos de colonización y de la explotación capitalista del territorio. La forma en que se asume el territorio varía de acuerdo con los estudios. Algunos se concentran en observar cómo las dinámicas de apropiación económica generan procesos dinamizadores de la guerra. Sin embargo, la forma en que se asume la región se concentra en encontrar elementos específicos de la zona y, en algunas ocasiones, comprender las variaciones espaciales y temporales en la especificidad de la zona.17

Empero, el estudio de la región se ha concentrado en estudios de caso y, desde allí, realizar generalizaciones sobre las tendencias de la guerra. Justamente, las afirmaciones que se hacen en esos estudios aplican para las zonas abordadas pero tienen un límite explicativo en la medida en que no cuentan con algún método de control. Así, lo que se presenta a continuación en este texto es una propuesta que compara regiones abstractas construidas a partir de dos conceptos: punto medio de confrontación y ámbitos de conflicto.

Cada municipio tiene unas características económicas, físicas, militares, políticas y sociales diferentes. Al mismo tiempo, cada uno de los municipios cuenta con un conjunto de funciones de acuerdo con el área que se está discutiendo. En ese sentido, existen ciertos territorios que cumplen más funciones en el área económica que otros territorios, dado que cuentan con más procesos especializados y complejos en su interior que los demás. Sin embargo, esos procesos no pueden llevarse a cabo si no cuentan con una relación estrecha con los territorios vecinos. Así, se consolida una relación de interdependencia entre las zonas más y menos especializadas (Cf.Young, 1978).

Consecuentemente, se presenta una jerarquización de municipios a partir de un conjunto de funciones que cumple ese territorio desde la perspectiva económica, política y militar. Los municipios que se encuentran en la parte alta de la pirámide ejercen una fuerza centrípeta sobre las poblaciones cercanas a actuar, acorde con las necesidades de esos lugares, constituyéndose unos centros alrededor de los cuales se definen las regiones (Cf.Lösch, 1967).

En situaciones de guerra irregular, los puntos medios de confrontación son espacios determinados en los que los actores armados implementan la mayor cantidad y diversidad de eventos violentos durante un periodo de tiempo determinado. Las razones por las cuales ese territorio se torna en un ''lugar central'' son definidas a partir de cómo ese municipio facilita el control de flujos económicos y militares de los corredores estratégicos.18

El ámbito de conflicto está constituido por un conjunto de municipios que tienen una relación de interdependencia entre un punto medio de confrontación con su periferia, con el propósito de hacerse al control de un corredor estratégico. El principal problema que tiene la definición del ámbito es la frontera del mismo. Según Buhaug y Gates la constitución de los ámbitos de conflicto debe estar diseñada a partir de la distancia entre el punto medio de confrontación y la batalla más lejana de tal punto. Afirmando que la distancia máxima es cincuenta kilómetros (Cf.Bahaug & Gates, 2002), los autores asumen que, por un lado, solo existe un punto medio de confrontación de modo que no se considera que las guerras irregulares cuenten en muchas ocasiones con varias zonas de disputa. Por otro lado, Buhaug y Gates únicamente toman en cuenta un tipo de repertorio para evaluar la constitución del ámbito de conflicto, no aceptando que los actores armados implementan diferentes tipos de acciones violentas para hacerse al control del territorio.

El ámbito de conflicto debe ser construido a partir de la evaluación de la cercanía que tienen los municipios frente a los puntos medios de confrontación de acuerdo a la diversidad de repertorios y la frecuencia de la violencia durante un periodo determinado. Por medio de ese procedimiento se podrán observar, en una primera instancia, qué municipios tienen una relación interdependiente con el punto medio.19

 

2. Implementación de la metodología en el Suroccidente Colombiano

2.1 Ubicación de puntos medios de conflicto

La localización de los puntos medios de confrontación se realiza a partir de la evaluación de la diversidad y de la frecuencia en que son empleados los repertorios de violencia por todos los actores armados de la guerra irregular colombiana. Para realizar tal tarea se deben tener en cuenta los cambios temporales y espaciales de la lucha armada.

La diversidad de repertorios de violencia resulta del promedio de la cantidad de tipos de repertorio que son empleados en los municipios anualmente durante el periodo estudiado. De acuerdo con ese resultado, las poblaciones son agrupadas y jerarquizadas de uno a cinco, en las que uno representa la del menor promedio y cinco, el mayor.

La frecuencia de la violencia resulta de la media de la cantidad de eventos violentos que sucedieron en los municipios anualmente durante el periodo estudiado. Teniendo en cuenta ese producto, los pueblos y las ciudades son agrupados y jerarquizados de uno a cinco, en el que uno representa el menor promedio y cinco, el mayor.

Los departamentos de Cauca, Valle, Nariño, Putumayo, Huila, Tolima y Quindío cuentan con 256 municipios.20 Después de realizar el conjunto de operaciones arriba enunciadas se puede clasificar las poblaciones en tres conjuntos.

El primer grupo corresponde a los territorios que cuentan con una diversidad limitada. Ellos sufren la guerra irregular en un menor grado, comparativamente con los demás. Al observar las tablas 1 y 2 se puede apreciar que hay 199 municipios que se encuentran en la parte baja a la izquierda, representando el 80,73% del objeto de estudio. En esos municipios se presentan entre 1997 y el 2009, 2.68021 eventos que representan el 33,15% aproximadamente. A pesar de que esta viene siendo la mayor parte del territorio del Suroccidente, los actores armados no emplean la mayor parte de sus energías en la aplicación de algún tipo de violencia.

El segundo grupo lo conforman las poblaciones de diversidad selectiva. Son caracterizados por el empleo diverso de la violencia por parte de los grupos armados aunque estos no la ejercen de una manera intensa.22 Son cuarenta y tres poblaciones que representan aproximadamente el 16,8% del objeto de estudio. En esos territorios, las milicias y las fuerzas armadas llevan a cabo 2.504 eventos violentos (30,97% del total). La constitución y la disputa por el poder en esas zonas dependen de la combinación de los repertorios de violencia de una manera selectiva.

El último grupo de poblaciones23 son los puntos medios de la confrontación. Son aquellos lugares en los que los actores armados ejercen una frecuencia de la confrontación alta y una considerable diversidad en su empleo. Los municipios en los que se presenta esta circunstancia son: Buenaventura, Cali, Tuluá, Ibagué, Santander de Quilichao, Popayán, El Tambo (Cauca), Patía, Pasto, Tumaco, Puerto Asís, Pitalito, Algeciras y Neiva.24 En esos lugares se realizaron 2.901 eventos violentos que representan el 35,88% aproximadamente del total. En estas poblaciones la disputa por el control se hace más fuerte y, por lo tanto, no basta con que los actores armados implementen solo un tipo de repertorio de violencia. Se puede ver con toda claridad que estos son los ejes bajo los cuales gira la guerra irregular en el suroccidente colombiano.

 

 

 

 

2.2 Aproximación a la comparación de ámbitos de conflicto 1997–2009

Los ámbitos de conflicto son construidos teniendo en cuenta la cercanía de los territorios de diversidad selectiva y limitada del punto medio de conflicto.25 Así, las regiones están compuestas diferenciadamente debido a que se requieren estrategias diversas para ocupar militarmente un territorio dado. En el Suroccidente colombiano se pueden distinguir trece ámbitos de conflicto a partir de la localización de un punto medio de confrontación (Tabla 3).26

 

27

 

Los ámbitos de conflicto tienen una característica especial: la mayor cantidad de eventos (40,97%) se concentra en los puntos medios de confrontación, a pesar que en la mayoría de que los municipios que conforman la región estudiada se desarrolla una violencia diversificada limitada. Es decir, los puntos medios de confrontación son los lugares en los que se juega el control territorial de una región (Tabla 4).

 

 

En el lapso estudiado se pueden establecer tres periodos:

A. La ofensiva guerrillera, que va desde 1997 a 1998. Durante este tiempo la confrontación se caracteriza por una baja frecuencia, sin embargo, las FARC y el ELN llevan a cabo una expansión territorial en varios municipios del Suroccidente. Estas organizaciones ejecutan una estrategia en la que combinan un incremento de sus acciones militares con el ataque a sectores que cuentan con un reconocimiento político en lugares en los que avanzan. En cierta medida, las acciones de los grupos insurgentes tienen un gran nivel de éxito debido a que sus enemigos no cuentan con la fortaleza suficiente o no se encuentran en las regiones. Las agrupaciones guerrilleras ejercen su mayor expansión en las zonas de diversidad selectiva y limitada (Anexo 1).

Uno de los golpes más importantes que ejecutan las FARC en este periodo, es la toma de una base de comunicaciones del Ejército, adscrita al Batallón Boyacá de la iii Brigada, en el cerro de Patascoy.28 Según el periódico El Tiempo del 22 de diciembre de 1997, este centro militar hace parte de la Red de Campaña del Ejército que permite comunicar todas las guarniciones militares del Sur de Colombia. La acción militar es llevada a cabo por los frentes 32 y 49 de las FARC que cuentan con aproximadamente cien hombres, mientras que la base es protegida por treinta y cuatro militares. El enfrentamiento armado deja un saldo de diez militares muertos, cuatro heridos y diez y ocho retenidos. Las Fuerzas Militares (FF.MM.) se enfrentan a una serie de problemas, como el apoyo a los soldados que protegen la base en la eventual retoma del cerro. Este es un ejemplo de cómo la insurgencia busca controlar las periferias de las regiones a partir de la concentración de fuerzas y procura aprovechar las debilidades de su enemigo con el objetivo de expulsar paulatinamente a la fuerza pública.

B. El recrudecimiento de la guerra va desde el año de 1999 al 2003. Las Autodefensas y las FF.MM ejecutan una ofensiva en respuesta a las acciones de la insurgencia. Se presenta una transformación en la apropiación de las organizaciones en disputa del territorio por el aumento repentino de sus acciones. Todos los ámbitos del conflicto se polarizan. Sin embargo, la lucha es mucho más aguda en las zonas de Ibagué, Tuluá, Cali, Santander de Quilichao, El Tambo, Popayán y Pitalito. El cambio en la confrontación se inicia en la región de Ibagué, y más tarde se extiende a las demás regiones (Mapa 1).

 

 

Durante este periodo la interacción estratégica de los actores armados se caracteriza por:

• Un aumento de acciones de las agrupaciones subversivas, en términos militares, en contra de la población civil no organizada y en contra de los sectores políticos de las regiones. Por ejemplo, los grupos armados ilegales amenazan de muerte a alcaldes, concejales y gobernadores de los departamentos del suroccidente. Algunos gobernantes locales deciden desplazarse hacia otros centros urbanos y gobernar a larga distancia, mientras que otros prefieren renunciar a su cargo. Ese acontecimiento permite la suplantación de la autoridad del Estado por la de las organizaciones armadas.

• Un aumento de los eventos de las organizaciones paramilitares en contra de la población civil no organizada y los sectores políticos de las zonas. A partir de la base de datos realizada para esta investigación, los paramilitares asesinan y amenazan a varios miembros de los movimientos sociales (sindicatos29 y organizaciones campesinas30), del Partido Comunista Colombiano, de las autoridades indígenas31 y de las universidades públicas.32

• Un incremento de acciones militares para construir una ofensiva por parte de las FF.MM. La implementación de tal estrategia es producto de un acelerado proceso de modernización de las fuerzas armadas y del significativo incremento de la cooperación militar aportada por los Estados Unidos mediante el Plan Colombia.33 Estos dos programas permiten aumentar rápidamente el pie de fuerza34 y el presupuesto para defensa.35

• Una focalización de las acciones de los actores armados en los puntos medios de la confrontación para hacerse del control de los mismos. Los empresarios de la violencia deciden multiplicar36 y profesionalizar sus estructuras armadas con el ánimo de impulsar su ofensiva. Por ejemplo, una de las acciones más relevantes realizadas por las FARC es el secuestro de doce diputados37 de la Asamblea Departamental del Valle el 11 de abril de 2002, en la ciudad de Santiago de Cali. En el periódico El Tiempo del 12 de abril de 2002 se afirma que las FARC llegan a la sede de la Asamblea Departamental del Valle a las 10:30 a.m. El grupo insurgente activa un petardo en el primer piso del edificio y, luego, entra un grupo de guerrilleros vestidos con trajes del Ejército Nacional anunciando una amenaza de bomba. Así, los miembros de las FARC secuestran a doce diputados38 y a cinco trabajadores de la Asamblea.39

Los resultados de la guerra irregular en el Suroccidente colombiano durante este periodo son: por un lado, truncar los flujos de los corredores estratégicos que unen el Pacífico con el interior del país, lo que es acompañado de una estrategia de cerco sobre las organizaciones insurgentes (Cf.González, Bolívar; Vásquez, 2002). El efecto inmediato es el bloqueo de las FARC en el sur del Tolima. Además, las FF.MM. y los paramilitares diezman y desplazan a los insurgentes a zonas de difícil acceso. Por otro, se extingue poco a poco la fuerza de reacción del ELN y se eliminan pequeñas guerrillas como el Movimiento Jaime Bateman Cayón, el Ejército Revolucionario (ERG) y el Movimiento Jorge Eliecer Gaitán (Jega).40 En los últimos años, el ELN procura mantenerse vivo en municipios de diversidad selectiva con acciones contra la población civil no organizada, especialmente en los ámbitos de Pasto, Tumaco e Ibagué (Anexos 1 y 2).

C. El reacomodamiento de las fuerzas va desde el 2004 al 2009. Las interacciones estratégicas de los actores armados se transforman en términos territoriales y en los tipos de sectores afectados. Las FARC ejecutan una retirada estratégica que consiste en reducir el número de acciones y de presencia territorial para, luego, ejercer una ofensiva específica en ciertas zonas. A pesar que las FARC están diezmadas, no renuncian a ejercer algún grado de presencia en los diferentes tipos de territorio. La guerrilla cambia su estrategia en la que privilegia acciones de carácter militar. Desde el año 2006, las FARC golpean a la población civil no organizada y a los sectores políticos de la sociedad para restaurar su control territorial. Las pocas acciones militares que ejecuta esta guerrilla buscan romper el cerco (Anexo 2).

A pesar que las AUC se desmovilizan entre el 2004 y el 2009 se constituyen nuevas organizaciones paramilitares que ocupan en algunas ocasiones los territorios abandonados por las organizaciones de autodefensa desmovilizadas. Los sectores que son atacados por esos nuevos grupos son parte de la población civil no organizada y grupos políticos de las regiones.

Las FF.MM. buscan consolidar su soberanía en los puntos medios de confrontación y en las zonas de diversidad selectiva y, a partir del 2004, se ven forzadas a cambiar su estrategia focalizada en lo militar. Las fuerzas estatales deciden golpear a sectores de la población civil no organizada, coincidiendo con la retirada y la disminución de acciones de las fuerzas guerrilleras. Aunque a las FF.MM. se les ha dificultado la eliminación de su enemigo, aprovechan la oportunidad para reconstruir la identidad política de las regiones ''liberadas'' (Anexos 1 y 2).

 

Conclusión

El estudio de la represión en las guerras irregulares debe enfocarse en evaluar los cambios que se efectúan en los elementos que la componen. La represión está compuesta por el carácter de los actores armados, el tipo de repertorio efectuado, el sector afectado y el territorio en el que se desarrolla la acción. De esta forma, se concentrará en observar las transformaciones de la interacción estratégica en la guerra irregular, en términos espaciales y temporales.

El texto se encarga de esta manera de establecer un marco analítico de diferenciación regional y municipal a partir de una fenomenología de la violencia. La diversidad municipal es el resultado de una jerarquización de la diversidad y la frecuencia de la violencia en cada una de las poblaciones a lo largo del periodo estudiado. Las municipalidades que lograron obtener el más alto rango fueron catalogadas como los puntos medios de la confrontación. A partir de estas ciudades se delimitaron las zonas que desempeñan un rol significativo para los actores armados en el que ocupan los puntos medios —ámbitos de conflicto—. Sin embargo, la propuesta tiene un inconveniente: existen algunos lugares del Suroccidente colombiano que no cuentan con puntos medios porque no cumplen las condiciones requeridas para serlo.

En el artículo, la interacción estratégica es evaluada a partir del territorio y los sectores afectados. Hace falta observar los cambios en la fenomenología de la violencia para completar una observación más certera de la represión. A pesar de esta circunstancia, se puede hacer una primera clasificación anualizada de las interacciones estratégicas de los actores armados en los ámbitos de conflicto:

Ámbitos de conflicto limitado: en ese año las zonas cuentan con pocos eventos violentos o ninguno. La tensión es limitada en la medida en que existe un claro control por alguna de las organizaciones en confrontación.

Ámbitos de conflicto diversificado: en ese año las regiones cuentan con una alta diversidad de la violencia y con una baja frecuencia de la misma. Ese hecho se presenta cuando se conjugan dos circunstancias, en un escenario en el que máximo dos actores armados ejecutan la mayoría de los eventos violentos; y cuando la represión se concentra en los municipios de diversidad selectiva y limitada.

Ámbitos de conflicto polarizado: en ese año se muestra una alta frecuencia y diversidad de la violencia en la zona estudiada. Esta situación se presenta cuando todos los actores armados pretenden hacerse del control de los puntos medios de conflicto.

Gracias a la tipología anterior es posible construir una periodización de la lucha en el Suroccidente colombiano. Existen dos tiempos en los que se conjugan ámbitos de conflicto limitado y diversificado (1997–1998 y 2004–2009) y un tiempo en el que se conjugan ámbitos de conflicto diversificado y polarizado (1999–2003). De este modo, se puede observar que a pesar de que la avanzada paramilitar y de las FF.MM. se lleva a cabo en todo el territorio nacional, existe una focalización de esta misma en ciertas regiones. Las interacciones estratégicas pasaron de un intento de ampliación y fortalecimiento de la presencia guerrillera a un rompimiento de los flujos de comunicación de los corredores estratégicos y un cerco a la insurgencia. Y más tarde, a la consolidación de la presencia militar de las FF.MM. y de la retirada estratégica de las FARC.

Para la definición de la tipología de los ámbitos de conflicto debe realizarse un esfuerzo mucho más intenso, en el que se pueda contar con información extraída de fuentes secundarias y primarias. Eso permitiría ejecutar una comprensión más acertada de las dinámicas de la guerra en cada una de las zonas y así hallar las diferencias y las semejanzas entre ellas.

 


Notas

* Este texto hace parte de la investigación Violencia política pública 1997–2008. Este trabajo fue realizado con apoyo de las estudiantes del programa de Ciencia Política de la Universidad Icesi: Karen Girón, Valentina Rojas y Xiomara Suescún. Así mismo, le agradezco a Vladimir Rouvinski, Jaime Eduardo Londoño y Natalia Triana por sus valiosos comentarios.

1 Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pasaron de tener 16 frentes en 1981 a 116 en 1995. El Ejército de Liberación Nacional (ELN) pasó de tener 3 frentes en 1982 a 35 frentes en 1995 (Cf.Otero Prada, 2006).

2 Durante la administración de César Gaviria se impulsa la ''Guerra Integral''. En el gobierno de Andrés Pastrana el ''Plan Colombia''. Y, finalmente, en los ocho años de la presidencia de Álvaro Uribe se implementa la ''Seguridad Democrática''.

3 A principios de los años noventa el Movimiento 19 de Abril (M–19), el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Movimiento Armado Quintín Lame (MAQL) firman la paz. Por otro lado, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se desmovilizan entre el año 2003 y el 2005.

4 Gracias a las negociaciones con la insurgencia y a otros factores, en 1986 se realiza la primera elección popular de alcaldes en Colombia, y en 1991 se aprueba una nueva constitución política.

5 En los años noventa, se intenta en varias oportunidades llevar a cabo una negociación de paz exitosa con las fuerzas insurgentes como las conversaciones en Caracas y Tlaxcala entre 1991 y 1992 con las FARC y el ELN, conjuntamente; el acuerdo de Puerta del Cielo para la creación de una Convención Nacional con el ELN en 1998 y la zona de despeje, entre 1999–2002, con las FARC.

6 Entre ellos se encuentran Pécaut, 2001; Lair, 2003; Uribe, 2004; Blair, 2001 y Taussig, 2002.

7 El Suroccidente es una región del país que tiene sus orígenes en el siglo XIX. En esa época el territorio es conocido como el Estado Federal del Cauca. Esta división político–administrativa contiene, para ese momento, lo que hoy se conoce como los departamentos de Amazonas, Cauca, Chocó, Guanía, Guaviare, Nariño, Putumayo, Valle y Vaupés. A principios del siglo XX ese Estado Federal se divide y se comienza a crear la actual división política. Más adelante, se emplea la historia política para identificar la existencia de la región del Suroccidente para impulsar políticas de desarrollo desde el gobierno nacional (sin tener en cuenta al Chocó, Guanía, Guaviare, Putumayo y Vaupés). En el actual trabajo se le agrega a la idea del gobierno, los departamentos del Huila, Tolima y Putumayo por la interconexión que tienen estos territorios en la dinámica de la guerra en Colombia (Cf. Valencia Llano, 1994).

8 Entre estos años se viven los cambios más radicales en la confrontación armada. La insurgencia de las FARC procura cumplir con el plan estratégico de la viii conferencia de 1994, en el que se establece como meta la transformación de la organización en una fuerza armada que fuera capaz de impulsar una guerra de movimientos. Los paramilitares intentan conformar una organización nacional llamada Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que impediría el avance de la insurgencia en los cascos urbanos y en las principales ciudades del país. Las Fuerzas Armadas de Colombia inician un proceso de profesionalización acelerado con apoyo de los Estados Unidos por medio del Plan Colombia. Eso le permite a las fuerzas del Estado darle unos fuertes golpes a la insurgencia y promover la desmovilización de las AUC.

9 Los ámbitos de conflicto son regiones abstractas construidas a partir de un municipio como centro.

10 La Revista Noche y Niebla es una publicación realizada por el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) con apoyo de la Comisión Justicia y Paz. La revista es una de las bases no agregadas más completas y rigurosas en la recolección de información relacionada con la violencia producto de la confrontación armada.

11 Este fragmento fue traducido directamente del original: ''any action by another group which raises the contender's cost of collective action''

12 Entre los que se encuentran Tilly, 1978, 1995, 2002, 2006; Della Porta, 1995; Della Porta y Diani, 2006; Tarrow, 1998.

13 Las acciones que se pueden realizar para ejecutar un evento de violencia física son: retiro forzado, migración, reunión, selección, inmovilización, tortura, tortura verbal, cortes, acceso carnal, ejecución y administración de restos.

14 La amenaza puede ser social (comunidad no especificada), grupal (a un conjunto de personas o a una organización) o individual.

15 Entre las propiedades y la infraestructura que son atacadas se encuentran: la infraestructura física pública y privada, y bienes muebles e inmuebles.

16 Los medios que generalmente se apropian son: bienes muebles, recursos financieros, información y documentación, y otro tipo de artículos.

17 Por ejemplo: Uribe, 1992; Vásquez, 2006; Jaramillo, Cubides y Mora, 1986.

18 Esos municipios son paso obligado de las principales vías terrestres de la zona estudiada.

19 Para realizar una separación mucho más precisa se deberán observar otros elementos. Por ejemplo, los actores armados que se encuentran en la zona; las organizaciones sociales que participan políticamente; los flujos de población.

20 La cantidad de municipios es obtenida a partir de la información aportada por las proyecciones de población realizadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

21 De aquí en adelante son cálculos propios de la base de datos realizada por el autor.

22 En las tablas 1 y 2, los municipios que se encuentran arriba en el sector izquierdo.

23 Los municipios que se encuentran por lo menos en nivel tres de diversidad de repertorios y frecuencia de la confrontación.

24 Estos catorce municipios son el 5,46% del objeto de estudio.

25 El único ámbito que no cumple esta proposición es Buenaventura. De otro lado, se tomó como punto de referencia los 50 kilómetros de Buhaug y Gates para evitar que el rango de las zonas no fuera excesivamente extenso.

26 En algunos ámbitos puede haber más municipios que en otro debido a que el área geográfica de los mismos es más pequeña (ejemplo: ámbito del municipio de Pasto). Del mismo modo, la cercanía geográfica de los municipios de El Tambo y Patía obligaron a que, a partir de los dos, se conformara un solo ámbito de conflicto.

27 A los ámbitos de conflicto se les dio el nombre de los puntos medios de confrontación.

28 El cerro de Patascoy se encuentra entre los límites de los departamentos de Putumayo y Nariño. La montaña tiene un tamaño de 4.100 metros sobre el nivel del mar.

29 Entre las organizaciones que han sufrido los ataques de los paramilitares se encuentran: la Central Unitaria de Trabajadores, la Asociación Nacional de Trabajadores Hospitalarios, el Sindicato de Trabajadores de la Electricidad de Colombia.

30 Entre las organizaciones que fueron atacadas se encuentran: la Asociación de Usuarios Campesinos y la Asociación Campesina de base ''Los Yarumos''.

31 Las autoridades indígenas como los cabildos y la Asociación de Cabildos Indígenas fueron coaccionadas.

32 Estudiantes y profesores de las Universidad del Nariño, la Universidad del Valle, la Universidad del Tolima y la Universidad Surcolombiana fueron coaccionados por las AUC.

33 La ayuda militar aportada por los Estados Unidos en 1999 fue de casi 307 millones de dólares. Para el año 2003 esa asistencia fue de casi 625 millones de dólares. Cifras tomadas de USAID Economic Analysis and Data Services (2012).

34 Las FF.MM. pasan de contar con 177.300 hombres en armas en 1998, a 219.319 en el 2004. Mientras que el personal de la Policía Nacional (oficiales, sub–oficiales y agentes) pasa de tener 42.362 hombres en 1999, a 72.858 personas en el 2005 (Cf.Otero Prada, 2006).

35 El comportamiento del gasto en defensa como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) en 1999 es de 3,8% y en el 2003 se ubica en el 5,0% (Cf. Otero Prada, 2006).

36 Teniendo en cuenta la información localizada en las revistas de Noche y Niebla. Las FARC pasan de tener 1,3 frentes en promedio en los puntos medios de confrontación entre 1997 y 1998 a 4,7 frentes entre 1999 y 2002. Mientras, el ELN cuenta en promedio con 0,4 frentes en los puntos medios de confrontación en el periodo que va desde 1997 hasta 1998; sin embargo, esta guerrilla tiene en promedio 1,1 frentes en esos municipios.

37 Las FARC secuestran a un conjunto de militares, policías y políticos colombianos para forzar al gobierno colombiano a firmar un acuerdo de canje de esos retenidos por miembros de su organización que se encuentran en la cárcel. Los doce diputados del Valle forman parte de la lista de canjeables.

38 El 28 de junio de 2007 son asesinados once de los diputados en unos confusos hechos en los que el Frente que los tenía bajo su poder se enfrentó con un grupo armado.

39 Estos cinco empleados fueron liberados el mismo día del secuestro.

40 Este hecho sucede especialmente en el Cauca, Valle y Tolima. Algunas de estas organizaciones son absorbidas por las FARC.


 

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Anexos