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Revista médica de Chile - Primer hallazgo de vectores de la enfermedad de Chagas asociados a matorrales silvestres en la Región Metropolitana, Chile

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Revista médica de Chile

versión impresa ISSN 0034-9887

Rev. méd. Chile v.134 n.10 Santiago oct. 2006

http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872006001000003 

 

Rev Méd Chile 2006; 134: 1230-1236

ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN

 

Primer hallazgo de vectores de la enfermedad de Chagas asociados a matorrales silvestres en la Región Metropolitana, Chile

First finding of Chagas disease vectors associated with wild bushes in the Metropolitan Region of Chile

 

Antonella Bacigalupo B1a, José A. Segura M2b, Alejandro García C3c, Javier Hidalgo C3d, Stephania Galuppo G1a, Pedro E. Cattan1e.

1Departamento de Ciencias Biológicas Animales, Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile. 2Programa de Zoonosis y Vectores, Departamento de Salud Pública, Secretaría Regional Ministerial de Salud, Región Metropolitana. 3Unidad Docente de Parasitología, Facultad de Medicina Occidente, Universidad de Chile, Santiago, Chile.
aLicenciado en Ciencias Veterinarias y Pecuarias
bMédico Veterinario
cTecnólogo Médico, Magíster en Parasitología
dLicenciado en Tecnología Médica
eMédico Veterinario, Doctor en Ciencias

Dirección para correspondencia


Background: Insects of the subfamily triatominae are the biological vectors of Trypanosoma cruzi, the causal agent of Chagas disease. Aim: To search for wild colonies of triatomines in the Metropolitan Region of Chile. Material and Methods: Ad hoc traps were placed in two endemic zones of the Metropolitan Region of Chile, during 30 nights. The dejections of 16 T infestans and 43 M spinolai specimens were examined under the microscope, searching for live metacyclic trypomastigotes. A polymerase chain reaction (PCR) was performed in macerates of all insects looking for T cruzi DNA. Results: A total of 269 bugs were captured. Forty four were Triatoma infestans and 225 were Mepraia spinolai. They were not syntopic, since T infestans was restricted to a Southern zone (Calera de Tango) while M spinolai was only found in the Northern zone (Til-Til). Both species were found associated to terrestrial bromeliads (Puya sp) but M spinolai was also detected in stony grounds. Microscopic examination of dejections yielded a trypano-triatomine index of 56.3 and 32.6 for T infestans and M spinolai, respectively. PCR detected T cruzi DNA in 41 and 43% of T infestans and M spinolai specimens, respectively. Conclusions: The finding of T infestans in a wild habitat is noticeable. This is the first report of such phenomenon in Chile. The high infection rates with T cruzi, explains the maintenance of Chagas disease wild cycle in Chile.

(Key words: Chagas disease; Triatoma; Trypanosoma cruzi)


Los insectos de la subfamilia Triatominae (Hemiptera: Reduviidae) se caracterizan por su hábito hematófago, y se destacan por su capacidad para actuar como vectores biológicos de Trypanosoma cruzi, agente causal de la enfermedad de Chagas. Están muy difundidos en América1.

En general, las especies de triatominos tienen tendencia a ocupar una zona geográfica discreta, y ordinariamente las discontinuidades en su distribución se pueden atribuir a la dispersión pasiva en asociación con un hospedero vertebrado migratorio. La dispersión activa de los triatominos ocurre por desplazamiento terrestre en todos los estados ninfales e imagos y también por el vuelo, en el caso de los adultos. La mayoría de las especies de triatominos ocupan hábitats principalmente selváticos, en asociación estrecha con sus hospederos vertebrados. Dichos hábitats incluyen diferentes tipos de nidos, madrigueras, pilas de rocas, árboles huecos, cuevas2, troncos y hojas de árboles, especialmente palmeras, plantas, etcétera3. Algunas especies también invaden y colonizan los hábitats peridomésticos (gallineros, corrales) y otras, como Triatoma infestans, han realizado la transición para colonizar las viviendas humanas, especialmente habitaciones rurales típicas de las zonas más pobres de Latinoamérica2.

Los triatominos T infestans y Mepraia spinolai, vectores de la enfermedad de Chagas en Chile, se distribuyen de forma simpátrica4. T infestans está asociada a viviendas rurales, particularmente aquellas con paredes de barro y paja, pero se ha encontrado eventualmente en condiciones silvestres, en intersticios de paredes de piedras, entre o bajo rocas, asociada a árboles, bajo la corteza; en guaridas, madrigueras o nidos de varios animales, como marsupiales, roedores o aves. Por su parte, M spinolai, que es una especie caracterizada como silvestre, ha sido encontrada entre piedras, en grietas de rocas, en sitios de descanso de diferentes mamíferos como zorros, conejos, liebres, vizcachas, otros roedores, marsupiales y en corrales de animales domésticos5. Existen algunos antecedentes que sindican a esta especie como colonizadora de viviendas rurales6.

Para detectar a estos insectos en su hábitat natural se han utilizado numerosas técnicas. Recientemente, se han usado trampas provistas de elementos que les son atractivos, como por ejemplo, cebos que emiten dióxido de carbono7,8. Se ha demostrado que la presencia de este gas en el aire, cuando se presenta en concentraciones entre 300 y 400 ppm por sobre la ambiental, causa que estos insectos se orienten hacia su fuente de origen9.

Gracias al programa de vigilancia epidemiológica vigente, se detectó en viviendas de comunas rurales de la Región Metropolitana, la presencia reiterada de ejemplares adultos de T infestans, lo que sugería la eventual existencia de focos externos a los domicilios, dada la ausencia completa de estados ninfales. Considerando estos antecedentes, el objetivo del presente trabajo fue explorar los sectores silvestres aledaños en búsqueda del origen de estos vectores, y determinar su eventual infección con T cruzi.

MATERIAL Y MÉTODOS

En sectores suburbanos de las comunas de Calera de Tango y Til-Til, de la Región Metropolitana, se realizó un muestreo para capturar triatominos silvestres entre noviembre de 2003 y marzo de 2004, durante 30 noches. Se dispusieron 30 trampas ad hoc por noche y por sector, cebadas con hielo seco o con levadura, agua y azúcar para producir emisión de CO2. Cada trampa se adosó a un matorral o se introdujo en un pedregal, revisándose a la mañana siguiente. Los insectos obtenidos fueron transportados en frascos al laboratorio, donde se realizó la determinación definitiva de especie y estado de desarrollo, utilizando las claves pertinentes5,10,11. Cada vinchuca se mantuvo en el laboratorio en un recipiente individual hasta su posterior revisión en búsqueda de T cruzi.

Periódicamente se alimentó a los insectos con conejo (Oryctolagus cuniculus), para obtener sus deyecciones (espontáneas), las que fueron colocadas enseguida entre un porta y un cubreobjeto y observadas mediante microscopio (100 X) en busca de trypomastigotes metacíclicos vivos, previa dilución con 15 µl de suero fisiológico. Todo sospechoso positivo se corroboró bajo aumento 400 X. Se dio por negativa aquella muestra en la que, luego de observar por lo menos 10 campos, no presentó flagelados en movimiento.

Finalmente, cada ejemplar fue macerado en forma mecánica en 500 µl de Guanidina-HCl 6M y EDTA 200 mM, con una bagueta de vidrio y 20 µl de proteinasa K. Todas las muestras se dejaron por 3 h a 56°C. Luego se procedió a la extracción del ADN por medio del Mini Kit QIAamp (Lab. QIAGEN, Miami-USA). Se utilizaron como controles positivos de extracción, muestras correspondientes a la cepa Tulahuén, CL-Brener y a muestras de pacientes chagásicos determinadas como positivas con anterioridad en el laboratorio. Como control negativo se utilizó agua bidestilada estéril.

La PCR se realizó con 20 µl del ADN extraído en una solución de buffer Tris-HCl 200 mM pH 8,4 y KCl 500 mM; dATP, dCTP, dGTP y dTTP 0,2 mM; MgCl2 1,5 mM; Taq ADN Polimerasa (2,5 U/µl); 0,5 µM de cada oligonucleótido: 121 (5'-AAA TAA TGT ACG GGG GAG ATG CAT GA-3') y 122 (5'-GGT TCG ATT GGG GTT GGT GTA ATA TA-3') y H2O bidestilada c.s.p. 100 µl. Como control positivo de amplificación se utilizó ADN obtenido de muestras previamente amplificadas de la cepa Tulahuén y como control negativo agua bidestilada estéril. La amplificación fue realizada en un termociclador Minicicler (Lab. M.J. Research, USA), 2 ciclos de 98°C/1 min, 64°C/2 min, 33 ciclos de 94°C/1 min, 64°C/1 min y un ciclo final de 74°C/10 min. Finalmente, 15 µl de los productos amplificados fueron detectados en gel de agarosa al 1% con bromuro de etidio (10 mg/ml). Además, se utilizó un marcador de peso molecular de 1 kb (Invitrogen, Inc. USA). Al transiluminar el gel con luz ultravioleta, se determinó como positiva aquella muestra que evidenció la presencia de una banda de 330 pb, correspondiente al ADN del kinetoplasto de T cruzi.

Se revisó la relación entre estado ninfal y positividad a T cruzi utilizando la prueba de X2 (Chi cuadrado) por medio de tablas de contingencia para cada especie, con el programa estadístico InfoStat.

Se comparó el vector etáreo estable para cada especie12,13 con las proporciones encontradas para cada estado de madurez por especie, sin incluir los huevos, con la prueba de X2 usando el mismo programa estadístico.

Resultados

Sólo en 12 noches (40%) hubo capturas de los insectos. Se capturó un total de 269 ejemplares, de los cuales 44 fueron de la especie T infestans y se encontraron asociados a bromeliáceas terrestres (Puya sp)14 en Calera de Tango y 225 fueron M spinolai, los que fueron encontrados tanto en chaguales14 como en pedregales de Til-Til15.

De los 44 ejemplares de T infestans, sólo uno era adulto (2,2%), mientras que la mayoría fueron estados I y II (57%). En el caso de M spinolai se encontraron 7 adultos (3%), teniendo también mayor representación los estados I y II dentro del total (50%) (Tabla 1).


Se revisaron las deyecciones de 16 ejemplares de T infestans y 43 de M spinolai bajo microscopio, con las que se construyó un índice trypano-triatomino. Los resultados mostraron que T infestans exhibían un mayor índice (56,3%) que M spinolai (32,56%). Se calculó el mismo índice sobre los resultados de la PCR aplicada a todos los insectos capturados, el que demostró que 41% y 43% de los ejemplares de T infestans y de M spinolai, respectivamente, eran positivos a T cruzi. El análisis mostró diversas proporciones de infección según estado de madurez (Tabla 2).


La relación entre estado de madurez y positividad a T cruzi para ambas especies no fue significativa. Los valores de X2 fueron 5,78 (p=0,1230) para T infestans y 3,72 (p=0,2929) para M spinolai.

La diferencia entre la proporción de los estados de madurez encontrados para cada especie respecto a su vector etáreo estable fue altamente significativa. Para T infestans el resultado fue X2 =1874,043; gl 4, p <0,001 y para M spinolai el resultado fue X2 =42,713; gl 4, p <0,001.

Discusión

En primer lugar debemos destacar el hallazgo de T infestans fuera de los ambientes domiciliario y peridomiciliario, constituyéndose éste en el primer reporte de esta situación en Chile, lo que hace necesario un replanteamiento de los planes de control de este vector. Al respecto, el método de postura de trampas con elementos que liberen CO2, ha probado ser efectivo en terreno, tanto para la captura de T infestans como de M spinolai. Por medio de esta metodología se debe intentar localizar la fuente de otras infestaciones domiciliarias dentro la región endémica de Chile.

Usando esta metodología, se reporta para ambas especies un nuevo hábitat, las bromeliáceas terrestres (Puya sp), las cuales han sido descritas como hábitat para otras especies de triatominos; sin embargo, es interesante hacer notar que en esta ocasión se trata de plantas vivas y no secas, como en el caso reportado por el grupo de Vezzani et al, en Argentina16. En este sentido, se hace necesario investigar a las especies de mamíferos y aves que utilicen estas bromeliáceas como madrigueras o nidos, ya que serían la principal fuente de alimentación de estos triatominos17; además, esos mamíferos podrían constituir importantes reservorios de T cruzi. Al respecto, trabajos previos realizados en la zona de Illapel, han demostrado que Chinchilla lanigera, roedor que construye madrigueras frecuentemente bajo Puya sp, es un reservorio del parásito18.

Este estudio confirmaría los resultados de laboratorio obtenidos por Frías et al19 respecto a que la presencia de T infestans interfiere negativamente en la distribución de M spinolai, ya que nunca encontramos a ambas especies en un mismo lugar.

Con nuestros resultados se puede presumir que el origen de los ejemplares de T infestans que aparecen periódicamente en viviendas de Calera de Tango está en los matorrales donde encontramos a los insectos, y probablemente en otros no prospectados. Estos insectos, al alcanzar su estado adulto, se desplazarían hacia las casas por medio del vuelo, orientados por la luz20. Estos resultados deberán ser confirmados por medio de técnicas moleculares para discriminar el origen de los triatominos domiciliarios. En Til-Til, en cambio, aún no se ha encontrado el foco que genera los ejemplares de T infestans que siguen arribando a las casas.

Respecto a los exámenes practicados a los insectos para determinar su positividad a T cruzi, se debe acotar que en la metodología de microscopia óptica directa no se forzó la evacuación de las deyecciones de los insectos, por lo que no fue posible obtener muestras de todos los especímenes, ya que muchos no se alimentaban, o no defecaban inmediatamente después de la ingesta de sangre. El alto valor calculado para los índices trypano-triatominos de cada especie podría atribuirse a la pequeña cantidad de muestras analizadas por este método; sin embargo, los resultados, en promedio, son similares a los que se obtuvo por medio de la PCR.

Apt y Reyes3 encontraron, para un período de 48 años previo a la instauración de los programas del INCOSUR, un índice trypano-triatomino de 32,5% en 64.448 T infestans analizados. Este valor no es muy lejano al 40,9% que se detectó en este estudio. La diferencia podría atribuirse a la técnica utilizada, ya que la PCR tiene mayor sensibilidad. En Bolivia, sin embargo, utilizando la técnica de microscopia óptica en capturas intradomiciliarias y peridomiciliarias, se han encontrado tasas de entre 30% y 58% de positividad según sitio de procedencia21, bastante similar al 56,3% obtenido con la misma técnica en este estudio. Al comparar nuestros resultados con los encontrados en los focos silvestres de T infestans en Bolivia, se puede apreciar el alto porcentaje de infección natural (>60%) que detectaron tanto en insectos como en reservorios22; nuestros valores más bajos de infección podrían atribuirse a que, tal vez, los reservorios en Calera de Tango no presenten tasas tan altas de positividad, como también a que sean focos de reciente formación, y que su origen haya estado en las viviendas del sector, a las cuales se les realizó desinsectación periódica. No se comparó con los resultados de triatominos capturados en el intradomicilio de viviendas de la Región Metropolitana actualmente, ya que esa muestra está sesgada hacia los estados adultos.

Es interesante destacar la alta frecuencia de positivos entre los pocos individuos adultos analizados, lo que se ve sustentado por la similar frecuencia de positivos de los estados juveniles. Al igual que en el estudio de Botto-Mahan et al23, se debe destacar esta alta positividad que presentan los estados ninfales -entre 28% y 71% para T infestans y 37% y 58% para M spinolai-indicando que tienen un rol importante en la mantención de la parasitosis en el ciclo silvestre, dado que no se encontraron diferencias entre los distintos estados ninfales y adultos, respecto a su positividad.

Con respecto a los resultados de Órdenes et al24, quienes obtuvieron un promedio de 26,02% en M spinolai en otro sector de la Región Metropolitana, se puede apreciar un gran aumento del promedio total, lo que se podría atribuir que utilizaron la técnica de microscopia óptica, aunque también podría deberse a la variabilidad en la positividad que ellos mismos encontraron entre sitios de captura distintos. Con respecto a las diferencias con los resultados de Frías et al19, que obtuvieron 61,5% de positividad de M spinolai en Til-Til, pudo deberse a que la composición de su muestra haya sido mayoritariamente más avanzada en madurez, a diferencia de la nuestra.

Al comparar nuestros resultados con los vectores etáreos estables para cada especie proporcionados por Canals et al12 y Ehrenfeld et al13, se apreció que las presentes poblaciones no están estabilizadas aún, pero sí muestran un proceso de crecimiento que tiende a la estabilización, ya que cuentan con todos los estados de ninfales e imagos, lo que demuestra que existe reproducción en el sitio, a pesar de no haber sido hallados los huevos.

Dada la ubicación de los focos, estimamos que hay un mayor riesgo de contacto entre los triatominos infectados y los habitantes de Til-Til, ya que allí las viviendas tienden a ser más precarias. Además, se apreció un mayor nivel de incursión de personas en los hábitats que albergan a estos insectos, ya sea por su trabajo (p.e: cuidado de animales), por recreación o simplemente porque se han asentado en aquellos sectores.

En Calera de Tango, en tanto, la calidad de la infraestructura habitacional es mejor; sin embargo, existe la tendencia a ubicar las casas cada vez más cerca de los cerros que mantienen su vegetación y fauna autóctonas, y por lo tanto, se acercan hacia los focos de T infestans. Aquí el riesgo mayor se debe a la llegada de ejemplares adultos a las casas, por medio del vuelo, y a la realización de excursiones.

Estos resultados avalan la necesidad de intensificar la campaña de educación a las comunidades asentadas en estos lugares, de manera tal que conozcan de su presencia, de su ubicación y de los procedimientos a tomar frente al hallazgo de estos insectos.

 

Referencias

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Agradecimientos

A María Pía Bacigalupo, por su aporte en la adquisición de materiales. Al proyecto Fondecyt 1040711, que contribuyó con financiamiento parcial. A Hugo Aguiló, por su ayuda desinteresada y apoyo durante los trampeos. A Patricia Quijada, por su colaboración en salidas a terreno. A Daniel García, por sus oportunas sugerencias. Dos revisores anónimos ayudaron a mejorar considerablemente el presente trabajo.

 

Correspondencia a: Pedro E. Cattan. Departamento de Ciencias Biológicas Animales, Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile. Casilla 2, Correo 15, Santiago, Chile. Teléfono: 9785629. Fax: 9785526. E mail: pcattan@uchile.cl

Recibido el 17 de noviembre, 2005. Aceptado el 5 de abril, 2006.

Financiamiento: Secretaría Regional Ministerial de Salud Región Metropolitana; Unidad Docente de Parasitología, Facultad de Medicina Occidente, Universidad de Chile.