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Avá - Tensiones, contradicciones y disputas: Guaraníes y ONG´S de desarrollo en el Noroeste Argentino

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Avá

versión On-line ISSN 1851-1694

Avá  no.18 Posadas ene./jun. 2011

 

DOSSIER - ETNICIDADES

Tensiones, contradicciones y disputas: Guaraníes y ONG´S de desarrollo en el Noroeste Argentino

 

Natalia Castelnuovo Biraben*

*Licenciada en Antropología Social de la Universidad de Buenos Aires y Magíster en Ciencias Antropológicas del IDES-IDAES, UNSAM. Actualmente, es becaria Doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. UBA-CONICET. Mail: naticastelnuovo@gmail.com

 


Resumen

Desde la década del noventa hasta la actualidad, gran cantidad de comunidades indígenas del noroeste argentino se han convertido en foco de una serie de acciones impulsadas por técnicos, ONG´s y programas de desarrollo. Este artículo se centra en el encuentro entre comunidades guaraníes y técnicas de una ONG con el fin de indagar cómo a nivel local las interacciones entre estos actores producen una serie de tensiones, contradicciones y disputas en torno al poder, conocimientos, valores e intereses. Para dar cuenta de las discontinuidades que entretejen a estos mundos-vidas, adopto la noción de interfase propuesta por Long. Asimismo, es un objetivo de este trabajo analizar a las técnicas del desarrollo en términos de brokers y reflexionar sobre cómo a través de sus mediaciones reproducen representaciones y relaciones jerárquicas de dominación como las que existieron entre los misioneros franciscanos y guaraníes. Adopto una perspectiva antropológica y etnohistórica privilegiando una contextualización histórica, cultural e identitaria de los guaraníes.

Palabras clave: Guaraníes; ONG´s de desarrollo; Interfase; Brokers

Abstract

Since the nineties till today, a significant number of indigenous communities from northwestern Argentina have been target of a series of actions deployed by technicians, NGOs and development projects. This article focuses on the encounter between Guaraní communities and NGO's staffs, in order to explore how their interaction generates a series of tensions, contradictions, struggles for power, knowledge, values and interests in local contexts. To illustrate the discontinuities that intertwine these worlds-lives, I use Long's interface concept. Likewise, this work aims to analyze development techniques in terms of brokers and to reflect upon the way they reproduce representations at hierarchical domain relations through mediation, like the existing ones between the Franciscans missionaries and the Guaraní people. I assume an anthropological and ethno-historical perspective, emphasizing on a historical, cultural and identity-based contextualization of the Guaraní people.

Key words: Guaraní People; Development NGOS; Interface; Brokers.


 

INTRODUCCIÓN

El "desarrollo", en tanto proyecto político que permea las actividades de la vida cotidiana, resulta un importante lugar de encuentro de diferentes mundos-vidas y discursos entre actores sociales del "Tercer mundo" y "Occidente". Incluso cuando se trata de encuentros entre actores que pertenecen a un mismo universo, también es probable que existan diferencias de clase, etnia y género y que, por lo tanto, sus trayectorias estén marcadas por una serie de discontinuidades en torno a intereses, valores, conocimientos y poder. Ahora bien, como apunta Sardan, "Las interacciones entre la configuración desarrollista y las poblaciones no ocurren como confrontaciones globales dramáticas1" (2005, 166). Por el contrario, estas interacciones se desarrollan vía interfases (Long 1999; Arce y Long 2000), es decir, se trata fundamentalmente de un proceso que descansa en la mediación que deriva de un amplio abanico de mediaciones que se superponen y entretejen2.
Tales encuentros constituyen a su vez una fuente inmensa para la reproducción de imágenes y representaciones de ciertas regiones del mundo desde "Occidente" (Loftsdóttir 2009). En este sentido, Escobar (1995) llamó la atención sobre cómo el desarrollo se relaciona con las identidades, influyendo en y creando subjetividades en diferentes lugares del mundo. Pero así como crea y modela subjetividades de acuerdo con sus propios intereses, al mismo tiempo es apropiado por los actores sociales en sus contextos particulares. De acuerdo a sus historias locales, los actores sociales resignifican las representaciones del desarrollo (Vieco, 2010) que aluden a la modernidad, progreso, individualismo y tecnología o, en su defecto, a la "carencia" de estas ventajas que se utilizan para definir a algunos grupos como atrasados, vulnerables y salvajes.
Desde la década del noventa hasta la actualidad, gran cantidad de comunidades indígenas del noroeste argentino se han convertido en foco de una serie de acciones impulsadas por técnicos, ONG´s y programas de desarrollo. En este sentido, el desarrollo se ha convertido en un nuevo campo de interacciones y negociaciones que tiene como protagonistas a las poblaciones indígenas, las agencias multilaterales y las ONG´s (Gimeno 2005). En este trabajo intentaré aportar a la problematización de una de las discusiones centrales de estos planteos, pero que, como señala Olivier de Sardan (2005), ha recibido escasa atención dentro de los estudios de desarrollo: las disputas, contradicciones y tensiones anudadas en torno al poder, conocimiento e intereses entre las técnicas del desarrollo y las comunidades guaraníes. Asimismo, me propongo explorar cómo el desarrollo crea puentes entre diferentes mundos sociales y cognitivos que se hayan inscriptos en una trama cultural e histórica más amplia de relaciones sociales de dominación entre indígenas y no indígenas, tales como las que existieron entre los guaraníes y misioneros franciscanos de la zona.
Esta investigación está basada en un trabajo de campo3 en comunidades rurales guaraníes del noroeste de la provincia de Salta (Argentina), límite con la frontera boliviana. Durante el transcurso de la misma, he podido registrar continuas referencias a la mediación de las técnicas del desarrollo en términos de blancura, clase, poder y conocimiento en el marco de un abanico heterogéneo de acciones de desarrollo promovidas por organizaciones no gubernamentales (ONG´s) y destinadas a las comunidades indígenas. Sin embargo, esta recurrencia no ha sido acompañada de investigaciones que intentaran explicitar los supuestos y criterios asociados a su empleo en el contexto local. Es precisamente esta la tarea que me propongo emprender, preguntarme acerca de los significados que adquieren las interacciones con agentes de desarrollo para las comunidades guaraníes: ¿qué tipo de disputas, contradicciones y tensiones en torno al poder, conocimiento, valores e intereses se re/construyen en dichos encuentros?, ¿de qué forma las mediaciones reproducen relaciones de dominación?
El artículo propone posibles respuestas a estos interrogantes a partir del análisis de los encuentros que se producen entre las comunidades guaraníes y el personal técnico de una ONG local: Asociación Regional de Trabajadores en Desarrollo (ARETEDE de aquí en adelante).
En la primera parte del trabajo realizo una breve contextualización histórica y cultural de los guaraníes centrándome en su relación con los misioneros. A partir del análisis de estos contactos, intento reconstruir cómo se ha ido configurando un imaginario basado en cierto tipo de representaciones entre guaraníes y karai (hombre blanco en guaraní). La propuesta de posicionar históricamente a los sujetos en cuestión parte de considerar que, a través de sus prácticas discursivas, las técnicas -en condición de mediadoras del desarrollo- recrean representaciones y relaciones jerárquicas de dominación entre blancos e indígenas. En la segunda parte, presento el rol de intermediarias que las organizaciones no gubernamentales desempeñan en el marco de las políticas neoliberales y los programas de desarrollo. En ese marco, analizo el trabajo que las ONG´s del Chaco argentino4 y ARETEDE en particular vienen realizando con los pueblos indígenas en el Departamento San Martín. Para analizar las interacciones entre comunidades guaraníes y ARETEDE adopto el enfoque propuesto por Long (2000) en el cual propone la noción de interfase para reflexionar sobre los puntos de intersección entre múltiples mundos-vidas o dominios donde existen discontinuidades basadas en conocimiento, poder, intereses y valores tales como las que caracterizan al desarrollo. Según Long, este enfoque es especialmente útil para analizar aquellas situaciones donde la relación entre los actores está orientada alrededor del problema de concebir "modos de crear puentes, de adaptación o de confrontación de diferentes mundos sociales y cognitivos5" (2000, 198). En la tercera sección examino de qué forma las relaciones de dominación entre indígenas y no indígenas perduran, se reactualizan y transmiten en discursos y prácticas en el contexto del desarrollo local, enmarcando las relaciones entre los diferentes actores involucrados. En las conclusiones, argumento que existe una conexión entre la empresa misionera y desarrollista que puede entenderse a la luz del concepto de broker elaborado por Sardan (2005), entendido como una forma de intermediación que a través de mediadores pone en relación a grupos localizados con estructuras globales.

LA ACTUACIÓN DE LOS MISIONEROS FRANCISCANOS
UNA CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA Y CULTURAL

A fin de dar cuenta del proceso histórico en el cual se fueron enmarcando las relaciones entre indígenas y no indígenas, me propongo explorar cómo el misionero fue construyéndose como una figura ambigua que despertó en los nativos sentimientos contradictorios en torno a su protección y dominación.
Los misioneros franciscanos6 tuvieron un destacado papel en la introducción de la mano de obra indígena a las industrias productivas -ingenios azucareros, fincas, obrajes y aserraderos- que fueron determinando la situación actual de los pueblos indígenas del Departamento San Martín. El reclutamiento de la población aborigen abasteció a los distintos centros productivos de la zona. En el caso de los ingenios azucareros7, el "enganche" se produjo de las formas más diversas recurriendo tanto al uso de la fuerza militar como al servicio de "mayordomos", agentes que se encargaban de contratar a los nativos buscándolos en sus asentamientos y trasladándolos en forma masiva hasta los lugares de trabajo. Los mayordomos no siempre tenían acceso directo a las comunidades indígenas y con frecuencia su reclutamiento dependía de la buena voluntad de los misioneros quienes mediaban entre el mundo de los ingenios y el de las comunidades, facilitándoles el acceso a la mano de obra barata8. Las misiones funcionaron principalmente como una "reserva" que concentraba a los dispersos núcleos indígenas que existían en la zona. Pero además de su función aglutinadora, las misiones fueron claves en el disciplinamiento de las poblaciones nativas. Este rol tuvo un importante valor para el desarrollo económico de las industrias productivas del área. Las misiones se convirtieron en centros donde los nativos eran socializados en patrones de trabajo europeo, adquiriendo esquemas de trabajo, habilidades y grado de especialización, funcionales al mercado capitalista orientado a alcanzar los más altos niveles de productividad (Langer 1991).  
Entre las principales tareas de las misiones estaban la de pacificar y evangelizar a los indios. La pedagogía de la conversión que pusieron en marcha los misioneros significó tanto un cambio de creencias religiosas como la incorporación de una serie de valores, conocimientos e intereses acuñados en territorio europeo. Esta metodología tuvo como objetivo "civilizar" a los infieles, salvajes, bárbaros o indios, como indistintamente solían llamar a las poblaciones indígenas de la zona. Existen algunos estudios que se centraron en analizar el rol que los franciscanos tuvieron en su zona de actuación (Langer 1991, 2009; Pistoia 1989; Saignes 1984, Teruel 1995, 2005; Tommasini 1937). Es el caso, por ejemplo, de Métraux (1930) quien remarcó su papel en la evangelización y pacificación de los guaraníes y consideró positiva la obra de los misioneros por tratarse del único elemento de la civilización en el Chaco. 
La idea de salvación propagada por los misioneros se apoyaba en la percepción de los indígenas en un estado evolutivo inferior caracterizado por su atraso y salvajismo. Esta representación de los nativos viviendo en un mundo plagado de supersticiones, vicios, ignorancia y oscuridad conllevó a que los franciscanos emprendieran una serie de acciones para conducirlos hacia la "verdadera civilización" cuyo modelo era la sociedad industrial europea. La empresa civilizadora trajo aparejada la imposición de una serie de patrones culturales, valores, conocimientos e intereses que los misioneros consideraban necesarios para liberar a los nativos de su atraso caracterizado por aberrantes y monstruosas prácticas poligámicas, la desnudez de sus cuerpos, la ociosidad laboral, pobreza material y espiritual.   
Sin embargo, el rol colaboracionista que los misioneros tuvieron con el desarrollo económico basado en la explotación indígena, no les impidió que en paralelo protegieran a sus neófitos. En un contexto marcado por los desplazamientos de los indígenas de sus territorios tradicionales y las expropiaciones de tierras comunales que pasaron a convertirse en propiedad privada y a ser ocupadas por la población criolla de la región, los franciscanos defendieron a los nativos del abuso físico y otros tipos de explotación que forjaba un tipo de relación subordinada, desigual y jerárquica entre el indígena y el hombre blanco9. La representación de los indígenas como criaturas incapaces e indefensas también fue fundamental para la construcción del rol protector de los misioneros. Esta percepción de los franciscanos sobre los indígenas los condujo a adoptar una serie de medidas "paternales" para protegerlos de la explotación de los colonos, el desplazamiento forzado y la expropiación de territorio. Métraux describe la relación paternal de los misioneros hacia los indígenas:
"Yo quiero solamente insistir sobre el hecho que desde el día que se fundaron las misiones, los chiriguano10 no han tenido mejores amigos que los misioneros. Ellos los han defendido con un coraje digno de admiración contra todos los usurpadores y la violencia de los blancos. Ellos han hecho respetar sus derechos y su vida y han sido para los indígenas, en todos los sentidos de la palabra, como sus verdaderos padres" (1930, 315).   
Como los mismos franciscanos reconocieron, los guaraníes pedían misiones no por los presuntos beneficios de la cristiandad (de hecho fueron muy pocos los adultos que se convirtieron) sino, como señala Langer, "porque las misiones permitieron a los indios escapar de la explotación de los colonos y mantener su ganado fuera de los campos" (1991, 20).
A su vez, esta "protección" misional ocasionó numerosos conflictos con los colonos, quienes reprochaban a los misioneros que regularan las tarifas y protegieran a sus custodiados, dificultándoles su acceso a la fuente de trabajadores agrícolas que las misiones concentraban. El rol de los misioneros como "amortiguadores" de la relación entre los trabajadores y hacendados estuvo dirigido a evitar la explotación en gran escala de los indios en manos de los colonos. En ese sentido, la misión funcionó para los criollos como un impedimento para su progreso económico, mientras que los indígenas la percibieron como un "refugio".
Es indudable que la actuación de los misioneros despertó sentimientos contradictorios entre las poblaciones indígenas. Esta tensión se asentó, por un lado, en los papeles ambiguos que estas figuras desempeñaban: padres protectores y facilitadores de la mano de obra barata para las industrias productivas. Por el otro, en el hecho de que si bien  encarnaban el estereotipo del hombre blanco occidental motivado por el "progreso" y los valores occidentales, también ocupaban el rol de mediadores entre distintas lógicas o vidas-mundos. El dominio que los misioneros tenían de las lenguas nativas y la habilidad para desempeñarse y negociar en el mundo criollo fueron otros de los tantos aspectos que fueron determinando la construcción de una imagen del misionero que por su posición de mediador inspiró sentimientos contradictorios entre los indígenas.        

ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES Y PUEBLOS INDÍGENAS

La actuación de las ONG´s como "brokers del desarrollo" (Sardan 2005), mediando entre el mundo en "vías de desarrollo" y el "desarrollado", es una fuente moderna de inspiración de sentimientos ambivalentes por parte de las poblaciones indígenas. Pues, si por un lado se supone que las instituciones son las responsables de pasar un mensaje técnico a la población objetivo o, las responsables de sensibilizar y crear conciencia en las comunidades; por el otro su condición de intérpretes y el poder asociado a su conocimiento e intereses despierta una amenaza y temor frente a la dependencia y control asociado a la figura del mediador. 
Durante los años de dictadura militar en América Latina, las organizaciones no gubernamentales11 fueron importantes espacios de reflexión y trabajo con las organizaciones de base para aquellos que se oponían a las políticas económicas y políticas de los regímenes autoritarios. Las ONG´s actuaban como vehículos de resistencia y crítica política frente a los Estados que reprimían las libertades de la sociedad civil.
A mediados de los años ochenta, con la democratización del continente y el despuntar de las políticas neoliberales, las organizaciones no gubernamentales aumentan en número al mismo tiempo que cambian su foco de atención de las organizaciones de base hacia el apoyo a la implementación de proyectos de desarrollo en nombre de los gobiernos y de las agencias de desarrollo internacional (Postrero 2007; Gimeno 2005). Esta transformación del foco de las ONG´s - una actitud más directa y de "colaboración" con el Estado en las actividades de desarrollo (Arellano-López y Pétras 1994; Bebbington et al. 1993) - fue acompañada de un cambio aun más radical por parte de los Estados Latinoamericanos.
De las políticas paternalistas y de asimilación de los años ochenta respecto de los indígenas (Jackson y Warren 2005; Spadafora 2005), los Estados pasaron en los noventa - como expresión de las políticas neoliberales y del avance de las agencias de cooperación en la definición de temas de política local - a adoptar políticas más participativas y multiculturales de valorización o "acentuación" de las diferencias, especialmente de la indígena. Este proceso fue acompañado, entre otras medidas, por la adopción desde la década del ochenta en adelante de una serie de reformas constitucionales en varios países de América Latina donde se reconocieron a las naciones como multiculturales y con ciudadanías plurales (Jackson y Warren 2005). Esto fue lo que sucedió en Guatemala, Nicaragua, Brasil, Colombia, México, Paraguay, Ecuador, Argentina, Perú y Venezuela. Fue en este contexto de reducción del Estado, avance de las políticas neoliberales y adopción por parte de los Estados de los discursos multiculturales en boga y promovidos por las agencias de cooperación, que las ONG´s se convirtieron en agentes claves de desarrollo. Para las agencias de cooperación bilateral y multilateral fue central el hecho de que las ONG´s ya vinieran trabajando con movimientos sociales y populares y en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas acompañando sus demandas y luchas por el reconocimiento. Este vínculo con las organizaciones de base posicionó a las ONG´s como un actor clave en el alivio de la pobreza, el desarrollo de la sociedad civil, el buen gobierno y el desarrollo sostenible (Edwards y Hulme 1996). Como afirma Bebbington et. al, "En los últimos años, las ONG´s han sido denominadas los vehículos para el desarrollo, la democracia y el empoderamiento de las bases" (1993, 1). Fundamentalmente, la valorización de las ONG´s por parte de las agencias se asentó en una serie de supuestos sobre su transparencia y eficiencia frente a la corrupción e ineficacia de los gobiernos latinoamericanos. Surge así un retrato de las ONG´s que destaca como cualidades su eficiencia y rentabilidad; transparencia; localización;  cercanía a la gente que pretende ayudar y conocimiento de las realidades y necesidades; consciencia de las diferencias socioculturales y capacidad para promover nuevos canales de comunicación y participación (Postrero 2007)12. Más allá de la veracidad de dicha representación, lo cierto es que como consecuencia de la crisis financiera y el ajuste estructural de las décadas de 1980 y 1990 que forzó a los gobiernos a reducir amplias áreas de gasto social, las ONG´s tomaron muchos de los roles que los gobiernos solían desarrollar (Arellano-López y Pétras 1994; Schild 1998; Postero 2007).
En el caso de las ONG´s indigenistas, no debemos tampoco soslayar que su rol como brokers del desarrollo se forja en un contexto en el que las políticas de Estado acumulaban una lista de agravios hacia los pueblos indígenas (Gimeno 2005). Es el caso del Estado argentino que históricamente se ha relacionado con estos pueblos desde la invisibilización, negación, exclusión, olvido o el asistencialismo paternalista.
En la región del Chaco argentino, en la década del noventa, las ONG´s indigenistas o que implementaban proyectos de desarrollo entre los grupos indígenas, sumaban unas diez instituciones (Mendoza 1994). Como mínimo, tres de estas ONG´s estaban inspiradas en un credo religioso cristiano; lo cual, según Spadafora, "revela una línea de continuidad histórica en las relaciones entre blanco e indios en el Chaco paraguayo" (2005, 126-127). Acompañamiento Social de la Iglesia Anglicana del Norte Argentino (ASOCIANA) es una de las ONG´s originadas en la acción misionera de la Iglesia Anglicana como también lo es la organización del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA) y la Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz (FUNDAPAZ). Otras ONG´s, en cambio, se crearon por la iniciativa de grupos de individuos con formación técnica o profesional y/o vocación de servicio. Es el caso de Instituto de Desarrollo Social y Promoción Humana (INDES), Instituto de Cultura Popular (INCUPO), Asociación para el Desarrollo (ADE) y Asociación Regional de Trabajadores en Desarrollo (ARETEDE), entre otras. Principalmente, estas ONG´s han focalizado sus acciones en grupos de las etnias wichí, toba, pilagá y mocoví. Aunque en lo que es el este salteño también se han dirigido a los pueblos guaraní, chané, tapiete, chulupí y chorote. 
Todas estas instituciones comparten un papel central en las tareas de desarrollo en la zona: brindan asesoramiento y organización a grupos indígenas y campesinos, los asisten técnica y económicamente financiando proyectos de infraestructura y de tipo productivo, asesoran en la comercialización, instrumentan proyectos, gestionan becas y planes sociales, capacitan en torno a problemas ambientales, derechos de mujeres y de pueblos indígenas. Si bien todas están vinculadas a proyectos de desarrollo, las diferencias están en que algunas ponen más énfasis en la comunicación y educación, otras en los derechos de los pueblos indígenas y de las mujeres, la conciencia política y la capacidad de organización de las comunidades; y otras en los recursos naturales.
La relación entre los agentes de desarrollo y los miembros de las comunidades está más o menos condicionada de acuerdo a ciertos rasgos de la organización, tales como la ideología y metodología. Sobre este hecho reflexiona Mendoza (1994) caracterizando tres momentos diferentes en el accionar de las ONG´s del Chaco: el activismo desarrollista, la evaluación crítica y un período de reajuste a la visión indígena.
En un primer momento, las instituciones creyeron que la integración al modelo nacional era inevitable y se veía a los indígenas desde un modelo empresarial. Desde este enfoque, la tecnología y la educación popular eran dos herramientas claves para "sacar a los grupos indígenas de su estancamiento"  (Mendoza 1994:45). Luego, a mediados de la década de los ochenta, las organizaciones inician un proceso de evaluación y autocrítica de las tareas realizadas, sus objetivos y metodologías y sus consecuentes efectos sobre la vida de las poblaciones indígenas13. Esto lleva a las ONG´s a adoptar ciertos cambios en sus formas de trabajo y mirada hacia los otros, iniciándose un proceso de aproximación a la visión nativa, respeto por los deseos y las necesidades de las comunidades e interés por percibir las particularidades que distinguen a los grupos étnicos. Atrás quedó la imagen del indígena como un menor de edad y las prácticas de "protección" paternalistas que esta mirada conllevaba. En su lugar se adoptó un enfoque donde el indígena fue percibido como un adulto que toma sus propias decisiones y las comunidades como espacios con reglas de cohesión y organización social propias que debían ser respetadas (Mendoza 1994).
A partir del trabajo realizado por las ONG´s, los promotores o técnicos del desarrollo, como también se los denomina, se puede decir que los pueblos indígenas han ido adquiriendo un conocimiento que se refleja en la adopción de la terminología del desarrollo ("proyectos", "capacitación", "empoderamiento" y "derechos") y de la identificación de diferentes modalidades y metodologías de acción empleadas por las instituciones de desarrollo (Castelnuovo 2010). En este encuentro con diferentes agentes del desarrollo, los pueblos indígenas han aprendido a moverse y sabido encontrar un espacio desde el cual hacerse escuchar y reclamar más participación en la toma de decisiones sobre los temas que los involucran: territorio, recursos naturales, educación, salud y proyectos de desarrollo.
No obstante, el diálogo con estos actores -agencias de cooperación y ONG´s locales e internacionales -no trajo aparejado que las comunidades hayan dejado de buscar respuestas a sus problemas en el Estado municipal, provincial y nacional (Carrasco, Sterpin y Weinberg 2008). En ese marco de múltiples ONG´s, mi trabajo se centra en la actuación emprendida por ARETEDE en el Departamento San Martín. 

LA ACTUACIÓN DE UNA ONG: ARETEDE

En función de analizar las tensiones, contradicciones y disputas que caracterizan a las interacciones entre la ONG ARETEDE y los guaraníes, adopto la noción de interfase de Long (2000) para reflexionar sobre los puntos de intersección entre múltiples mundos-vidas o dominios donde existen discontinuidades basadas en el conocimiento, poder, intereses y valores tales como las que caracterizan al desarrollo. En mi opinión, lo interesante de esta mirada es precisamente que nos permite descubrir las polisémicas interpretaciones sobre las acciones de la ONG que despiertan estos encuentros desde el punto de vista de los actores sociales, las cuales incluyen desde una mirada romántica hasta un enfoque crítico de los proyectos de desarrollo. En la visión crítica, el desarrollo es percibido como una moderna forma de colonización que reproduce relaciones de dominación entre indígenas y no indígenas. 
ARETEDE inicia su trabajo en el Departamento General San Martín concentrándose principalmente en comunidades indígenas de las localidades de Tartagal, Aguaray y Salvador Mazza/Pocitos a partir de la década del noventa. Esta ONG está hoy conformada por una serie de profesionales: antropóloga; maestra y técnica en desarrollo; ingeniero agrónomo y comunicadores sociales. Los profesionales tienen en común el hecho de pertenecer a una clase media blanca urbana profesional.
Las primeras acciones o trabajos (como las denominan los agentes de desarrollo) fueron realizados a fines de la década del ochenta por sus precursoras: una maestra, hoy además técnica, y una antropóloga. Antes de crear la ONG, sus fundadoras comienzan a trabajar como técnicas de programas de desarrollo orientados a la producción. Este rol de las técnicas como mediadoras entre programas del Estado y las comunidades indígenas se mantiene hasta la actualidad.
Las trayectorias de las fundadoras en las comunidades de la zona están asociadas, en el caso de una de ellas, con la militancia dentro del partido justicialista y, en el otro, con la participación en un equipo de investigación antropológica de la Universidad de Buenos Aires. Durante esos primeros años, ambas mujeres residieron próximas a comunidades indígenas rurales. La maestra en un poblado vecino a la comunidad guaraní de Campo Blanco, Aguaray y la antropóloga en una comunidad rural guaraní aunque en este caso más bien próxima a la ciudad de Tartagal.
La maestra considera que la elección de su trayectoria profesional como técnica se nutre de la experiencia de su madre quien crió a trece hijos y sostuvo un comedor en su casa, alimentando, como dice ella, su vocación por ayudar a lo más necesitados. El primer acercamiento de Antonia, la maestra-técnica, a las comunidades indígenas del Municipio de Aguaray fue a fines de la década del ochenta. En ese período, Antonia formaba de una organización campesina y trabajaba en un centro de capacitación no formal que tenía como una de sus principales actividades el procesamiento de frutas y hortalizas. Posteriormente, ella toma contacto con el Proyecto Mujer Campesina del Noroeste Argentino (SAGPYA), de la Dirección de Desarrollo Agropecuario, Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación. En un documento elaborado por el mismo programa figura que el objetivo del proyecto14 era lograr la "participación activa de la mujer rural en las actividades productivas, organizativas y sociales" en el marco de un Programa de Apoyo a Pequeños Productores (SAGPYA).
Las técnicas definen a su campo como "problemática del desarrollo". Se trata de un campo de prácticas y de discursos que abarca una serie de actividades muy heterogéneas relacionadas con los proyectos de desarrollo: elaboración y presentación de proyectos, informes institucionales; realización de diagnósticos socioculturales; búsqueda de financiamiento; relaciones con funcionarios, organismos de cooperación y otros técnicos del desarrollo; ejecución y cierre de proyectos; asesoramiento técnico; selección de comunidades y beneficiarios; conformación de grupos de trabajo; gestión de personerías jurídicas, fortalecimiento y reorganización comunitaria, rendición de proyectos a programas, evaluaciones, etc.
En un principio ARETEDE dirigió sus acciones a comunidades indígenas rurales pero actualmente su radio de acción incluye a comunidades peri-urbanas, dejando de lado a la población criolla (no indígena) que también vive en la zona. La ONG realiza proyectos de desarrollo en comunidades chulupí, toba, guaraní, chané, wichí, chorote y tapiete. La mayoría de los proyectos que ARETEDE lleva adelante se desprenden de líneas de programas más amplios tales como el Programa Social Agropecuario (PSA de aquí en adelante) de la SAGPyA y también del Proyecto de Desarrollo de Pequeños Productores Agropecuarios (PROINDER) como así también del Componente de Atención a la Población Indígena (CAPI de aquí en adelante) del Programa de Atención a los Grupos Vulnerables.
Las dificultades asociadas a la dependencia de financiamiento de estos programas y las contradicciones de la función que como agentes de desarrollo deben asumir -defender sus propios intereses personales, defender los intereses de la institución de desarrollo y mediar entre los distintos intereses de los actores y las facciones locales-, son una reflexión recurrente por parte de las técnicas de ARETEDE: 
¡El año pasado no nos salió ningún proyecto de todos los que presentamos y este nos salieron todos! Y esto es así porque todos los años, para cada proyecto, dependemos del financiamiento externo. Este año lo primero que nos salió fue lo del PROSOFA, luego, los proyectos de Cultura y los del PSA que no se habían renovado el año pasado.
El tema es que cuando hay financiamiento nosotras, como técnicas, tenemos la obligación de ejecutar los proyectos. Por un lado, por la gente. Por el otro, porque por eso somos las técnicas del PSA. (Técnica de ARETEDE, 47 años, 2007)
Paralelamente a sus mediaciones entre programas del Estado-Nacional -con financiamiento del Banco Mundial y su actuación como "agentes de desarrollo", ARETEDE actúa como broker del desarrollo en otras escalas cuando se relaciona con ONG´s internacionales o embajadas extranjeras (Nueva Zelanda).
En otros casos, el personal de la ONG es contratado para prestar sus "servicios" como técnicos dentro de programas de desarrollo donde las poblaciones indígenas eligen con quiénes trabajar. Esto fue lo que sucedió con el CAPI, un programa que fue financiado por el Ministerio de Desarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Lo particular del programa fue que su ejecución estuvo a cargo de una organización indígena: el Consejo de Caciques de los Siete Pueblos Indígenas de Salta15 que posteriormente devino en Consejo de Coordinación de Organizaciones de los Pueblos Indígenas de Salta (CCOPISA), que ya venía trabajando en la zona. El Consejo de Caciques fue la encargada de seleccionar a las ONG´s y los técnicos en terreno que asistirían a las comunidades indígenas en las distintas etapas de los proyectos. Una de las técnicas nos cuenta sobre su experiencia en el programa y la tensa relación entre ONG´s y organizaciones indígenas: 
Cuando hubo que elegir a un técnico para CCOPISA si elegían a un blanco, al Coordinador del Programa se lo comían vivo. Acá es muy difícil trabajar sin el apoyo de instituciones indígenas, de CCOPISA y del IPIS....
El manejo que hubo de la plata con el CAPI fue macabro. Las comunidades manejaban mucha plata de los proyectos y ellas mismas eran las que debían pagarme mis honorarios. Como técnica, por mi trabajo, me correspondían 4000 pesos por esos dos años de trabajo. Fue una situación muy violenta y terminé no cobrando en Campo Blanco y en Peña Morada fue un poco mejor, pero también me sentí muy mal (Técnica de ARETEDE, 50 años, 2005)
En otras ocasiones, principalmente cuando ARETEDE no actúa como intermediaria entre el programa y la comunidad, las técnicas de la ONG son contratadas como supervisoras en las distintas etapas de un proyecto. Eso fue lo que sucedió con el Programa de Desarrollo Social en Áreas Fronterizas del Noroeste y Noreste (PROSOFA) que construyó viviendas y baños en las comunidades indígenas del  Departamento. Es en ese sentido que podemos considerar a ARETEDE como un actor clave cuyo rol principal consiste en mediar entre un conjunto de instituciones y actores sociales: programas nacionales y provinciales; agencias de cooperación; ONG´s locales y extranjeras; embajadas; organizaciones y comunidades indígenas. Así lo expresa una de las técnicas de ARETEDE, refiriéndose a los distintos tiempos culturales que deben sincronizar a través de su mediación:
Los tiempos de las comunidades, nuestros tiempos y los de los coordinadores de los programas de Salta y Buenos Aires no son los mismos. Los de Buenos Aires y Salta nos reclaman las devoluciones y los informes de las evaluaciones de los trabajos que se vienen realizando en las comunidades... Y las comunidades se toman su tiempo para realizarlas... Hay que estar detrás... Nosotras tenemos que articular entre ambos.... (Técnica de ARETEDE, 50 años, 2005)
Paralelamente a la ejecución de proyectos de desarrollo, las técnicas de ARETEDE aprovechan para "fortalecer" la organización comunitaria, promover una participación política femenina en la política comunitaria y extracomunitaria y también para introducir una serie de reflexiones en torno a los papeles que hombres y mujeres guaraníes cumplen en el hogar y la comunidad. Por lo general, estas problematizaciones son acompañadas de propuestas de las técnicas sobre posibles capacitaciones en derechos de la mujer y de los pueblos indígenas, planificación familiar, salud y violencia.
Además de estas prácticas y discursos desplegados durante los proyectos, la ONG construye, a partir de los fondos obtenidos con los proyectos, toda otra serie de espacios sociales relacionados con recuperar la historia, cultura e identidad de los pueblos indígenas del Departamento. Las reflexiones en torno a la cultura y la historia suelen producirse durante ciertas actividades como encuentros y talleres y son percibidas por la ONG como un paso hacia un objetivo mayor que es la movilización y la organización de los pueblos indígenas en reclamo de sus derechos. Un día después de un Encuentro zonal en Peña Morada organizado por ARETEDE, con motivo de informar, por un lado, sobre el posicionamiento político de la institución frente al tema derechos y tierras y, por el otro, sobre la situación de desmoronamiento de un programa de desarrollo, una de las técnicas de ARETEDE me cuenta lo siguiente:
Nosotras nos enfrentamos a todos y muchas veces se vuelve difícil porque somos mujeres, madres, sin compañeros que nos acompañen en nuestra lucha por los derechos... A veces es muy desanimante escuchar que la gente de las comunidades dice que nosotras vivimos de los indígenas. Ellos no ven nuestro trabajo, no lo valorizan. Por eso tampoco se responsabilizan en los proyectos.... Eso pasó el día de lo formularios en Peña Morada. Con tanta capacitación deberían ser capaces de completar un formulario, pero nada... Siempre están esperando que alguien les haga el trabajo... Yo creo que uno de los objetivos que tenemos que tener es generar conciencia y responsabilidad en la gente. Nosotras para eso necesitamos ser muy claras a la hora de establecer cuál es nuestro posicionamiento frente al tema de las tierras como en el caso de Caraparí y el de Tonono. Eso fue lo que nos propusimos conversar el día del encuentro de Peña Morada... Por la mañana, quisimos poner en claro desde dónde trabajaríamos con cada comunidad (...) Por la tarde, se invitó a la gente y los coordinadores de los programas de Salta para que ellos mismos fueran desarrollando el estado actual de los programas, para que no se generaran falsas expectativas. Nosotras no trabajamos con falsas expectativas. Sólo con programas y proyectos que sabemos que se van a ejecutar porque sí no, imagináte, lo que sería. (Técnica de ARETEDE, 47 años, 2005)
La relación de ARETEDE con otras ONG´s como la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) y Teko Guaraní en el sur de Bolivia, movimientos sociales (tal es el caso del Movimiento Campesino de Santiago del Estero), académicas y académicos (Universidad Nacional de Salta y Universidad de Buenos Aires), redes de técnicas (como la red TRAMA) y de mujeres indígenas y campesinas (por ejemplo MUCAAR17) también crea nuevas arenas de participación para los pueblos indígenas. Desde hace algunos años, ARETEDE también abrió un diálogo con el Municipio y logró articular un número de acciones con el mismo.     
El entrecruzamiento entre actores sociales de distintas escalas - local, provincial,  nacional e internacional - que la ONG hace posible, en tanto actores situados en la arena local, nos plantea la centralidad del rol de estas organizaciones como intermediarias para drenar recursos externos comúnmente llamados 'ayuda internacional'. En ese sentido, el rol de las ONG´s llena un vacío convirtiéndose en una alternativa frente a los estados fragmentados por el neoliberalismo, al mismo tiempo que provee legitimidad a la globalización. Schuller (2009) utiliza la metáfora del "pegamento" para describir como las ONG´s pueden tener diferentes lazos de distancia o proximidad con la comunidad local o los donantes extranjeros, a través de los cuales lo global se implica en lo local. En esta mediación las ONG´s pueden tener una mayor o menor cercanía con actores sociales diferencialmente posicionados que disputan por imponer su propia mirada y representación sobre el desarrollo.  

LAS COMUNIDADES GUARANÍES EN SU ENCUENTRO CON ARETEDE

Tomando como punto de partida los proyectos de desarrollo impulsados por ARETEDE, me detendré en los significados que los encuentros con las técnicas adquieren para las comunidades guaraníes. Las comunidades de Campo Blanco, Peña Morada y Caraparí están asentadas a la vera de la ruta nacional Nº 34, en los municipios de Aguaray y Salvador Mazza. Se trata de comunidades rurales que en un contexto de agudo desempleo combinan prácticas agrícolas, y en menor medida de caza y pesca según la época del año con trabajos informales (peones, changarines, empleadas domésticas) y con distintos recursos provenientes de programas desarrollo e incentivos sociales para cubrir sus necesidades16.
Por distintas razones y en distintos momentos en los que aquí no me voy a detener, estas comunidades guaraníes tomaron contacto con la ONG. Ahora bien, lo cierto es que en diferentes momentos las acciones propuestas por ARETEDE, en mayor o menor medida, fueron bastante resistidas por sus miembros. Ya fuera porque su personal no estaba vinculado con el Instituto Provincial del Aborigen a quienes las comunidades respondían o porque estuviera relacionada con organizaciones campesinas, sus acciones despiertan gran desconfianza entre los indígenas. La resistencia se ancla, principalmente, en la creencia de que la ONG, al igual que el gobierno municipal y provincial lo han hecho, puede llegar a beneficiarse económicamente con financiamiento de programas de desarrollo que están dirigidos a la población indígena. Así lo expresan dos dirigentes indígenas del Departamento:
Hasta el año 94 o 92, no recuerdo bien, todas las cosas se manejaban políticamente... Por eso, con la llegada de organizaciones no gubernamentales se desconfiaba... No se creía que iba a salir 300 pesos para herramientas. Antes llegaban proyectos, pero a nombre del Municipio o de un organismo y no llegaba nunca a la comunidad. (Cacique, 60 años, 2007)
Hace un tiempo en un proyecto hacías un presupuesto por una máquina de un valor y luego la Municipalidad te compraba una de menor valor y se quedaba con la diferencia. (Dirigente de CCOPISA, 52 años, 2010)
Los testimonios recabados dan cuenta de cómo la mera posibilidad de que una organización no gubernamental, al igual que lo hace el estado municipal y provincial, utilice el nombre de los indígenas para obtener recursos y que éstos nunca lleguen a la comunidad es motivo de intrincadas sospechas y anticipadas críticas. Dicho temor se asienta principalmente en el hecho de que las técnicas de la ONG son karai o, lo que es lo mismo, que provienen del pueblo, un lugar percibido como blanco y de recreación de situaciones de discriminación y desigualdades.
Los guaraníes se refieren, por lo general, como karai ("blancos") a los no indígenas. Tal como aparece en el testimonio de Laura, una mujer que formó parte del primer grupo de mujeres de la zona organizadas en base a un proyecto que la técnica de ARETEDE impulsaba en la comunidad:  
La técnica venía de Tobantirenda. Visitó casa por casa y fijamos un día y lugar de reunión. (...) En ese entonces nadie la quería, ni el cacique la quería. Él decía que la gente de afuera venía a aprovecharse de las comunidades y que la técnica iba a vivir de nosotros. La gente del pueblo, decía el cacique, son como los chanchos. (Laura, 50 años, 2005)
En un primer momento la actuación de la técnica con proyectos fue enmarcada dentro de las pautas estructurales de dominación que existían entre los criollos y los pueblos indígenas de la zona. En otras palabras, los proyectos aparecieron recreando relaciones de desigualdad y de demarcación histórica entre los grupos indígenas y no indígenas. Sin embargo, con el correr del tiempo, el enfoque participativo y de empoderamiento promovido desde ARETEDE generó una mirada diferente entre los miembros de las comunidades hacia el trabajo de la organización.  
El pueblo es representado como el lugar donde residen los karai y también como el centro que aglutina recursos e instituciones (centros educativos, hospital, policía, municipio, iglesia) que son controlados por los blancos y, por ello, de reactualización constante de la discriminación hacia el indígena. Aunque ARETEDE no contribuya expresamente a reactualizar esta polarización, su presencia repone un modelo de relación entre no indígenas e indígenas.
Superado este momento inicial de desconfianza, las comunidades guaraníes comenzaron a trabajar con la ONG, convirtiéndose en el foco de una serie de acciones. Se inició así una etapa en la cual las comunidades pasaron a ser beneficiarias de diversos programas de desarrollo que a través de ARETEDE se implementaron en la zona. Estos beneficios consistían principalmente en equipamiento productivo, planes sociales, materiales para la construcción de salones multiuso, o el mejoramiento de cocinas, entre otros. Con frecuencia, estos bienes obtenidos a través del programa eran percibidos por las comunidades como regalos de la técnica o la ONG.
En otras palabras, los proyectos eran vistos como la acción de un individuo blanco, actuando con buena voluntad y dotado de vastos recursos. Esto es lo que nos contaron algunas mujeres de una comunidad que por primera vez había recibido un proyecto de financiamiento y asistencia técnica cuyo objetivo era mejorar el hábitat y las actividades domésticas:
Yo estoy contenta, muy conforme, doy gracias a dios. Estoy muy agradecida. No puedo decir otra cosa. Me alcanzó para la cocina y las chapas. ¿Quién nos va a regalar algo así? (Lidia, 55 años, 2005)
Para mí es importante la cocina y los materiales. No podía dormir esa noche que lo trajeron porque nunca me regalaron algo así. Es una cosa increíble para mí. Nunca nos dieron un regalo así como este. Le doy miles de gracias a la técnica. (Elba, 50 años, 2005)
En ese sentido, el encuentro entre ARETEDE y las comunidades guaraníes reconstruía una cartografía étnica donde los blancos, educados y occidentalizados entregan ayuda y los indígenas pobres e ignorantes la reciben. Esto significa que desde su perspectiva el desarrollo es visualizado como perteneciente al mundo de los "blancos", pero no al dominio de los indígenas. Sin embargo, el hecho de que las comunidades guaraníes recibieran efectivamente los proyectos de desarrollo, no barrió del todo con el supuesto de que la ONG se aprovechaba de las comunidades. Por el contrario, las comunidades percibieron que los proyectos crearon un nuevo lenguaje y prácticas que forjan relaciones de dependencia hacia ARETEDE. Marcela, una mujer de unos cuarenta y cinco años, me contó de su interés por ser técnica y tener participación en los proyectos: 
A la técnica, en un primer momento, cuando comenzó su trabajo en las comunidades, ningún cacique la quería recibir. Pero ella se ganó su lugar con los proyectos. Yo varias veces le pedí que me capacitara para poder armar un proyecto, pero ella nunca puede. Yo creo que ella no lo hace porque de eso depende su trabajo y su ingreso. Por eso hay varios caciques que opinan que ellas se enriquece a costa de las comunidades (...) ¡Dependemos siempre de la técnica para los proyectos! (Marcela, 45 años, 2005)
El hecho de que las personas de las comunidades vean a los proyectos como derivando y perteneciendo a las técnicas y a los blancos se ve reforzado tanto por la ausencia de técnicos indígenas trabajando en organizaciones de desarrollo como por su falta de participación en la definición, la elaboración del diseño y consulta de los proyectos.  Ernesto un dirigente guaraní de la zona, definió la compleja relación entre ONG´s y pueblos indígenas de la siguiente manera:
Lo que pasa con las ONG´s es que es otra mirada. Porque al momento de transcribir los proyectos no dicen lo que las comunidades pretenden o piensan. Es ahí las dificultades de los técnicos no indígenas, o por ay quiere alguna consulta que, por supuesto, el proyecto necesita comunicación permanente para poder llevarse a cabo. Entonces, el indígena a veces se siente incómodo que se visita a cada rato como para preguntarle esto, esto; reiteradamente. En cambio, si hay un técnico indígena no hace falta todo eso. Solo se pregunta en un momento y de acuerdo a eso se hace. Ese es el inconveniente, más que todo de comunicación y más que todo del uso técnico, diríamos, a una visión occidental y hay que conocer las dos visiones en realidad como para poder aplicar una propuesta más seria para las comunidades. (Dirigente guaraní de CCOPISA, 47, 2010)
Como surge de estos relatos, las comunidades guaraníes mantienen una relación tensa y contradictoria con las ONG´s. Nuestros interlocutores expresan ambigüedad hacia esta figura intermediaria que en ciertas ocasiones es percibida asistiendo, empoderando y fortaleciendo a las organizaciones indígenas;  y en otras, creando una dependencia del conocimiento técnico y los proyectos de desarrollo, interviniendo en los asuntos políticos comunitarios y  negando a las comunidades participación en los proyectos, así como la definición de una agenda basada en sus propias necesidades. Esta ambigüedad y críticas dan cuenta de que lejos de asumir la racialización del paisaje del desarrollo como el orden natural de las cosas, los indígenas han forjado una postura crítica.
En este sentido, la alusión a la visión "occidental" y las dificultades de "comunicación" de la ONG pueden pensarse como expresiones de un campo más amplio de lucha por la definición del desarrollo que los pueblos indígenas también están comenzando a disputar. Se trata de un posicionamiento vinculado con las acciones de empoderamiento, respeto y rescate de los conocimientos indígenas que ARETEDE promueve a través de sus intervenciones. Su forma de relacionarse con los miembros de las comunidades indígenas podría enmarcarse en lo que Mendoza (1994) distingue como la tercer fase. 

REFLEXIONES FINALES

En este artículo, he intentado mostrar ciertos efectos impensados del desarrollo en los contextos locales, centrándome en las tensiones, contradicciones y disputas que enmarcan las interacciones entre comunidades guaraníes y una ONG de desarrollo. Estos aspectos de las interacciones son fuente de significados de representaciones ambiguas de los brokers del desarrollo y a menudo raramente conceptualizadas cuando enmarcan las acciones de desarrollo. En este sentido, el 'desarrollo' fue delineándose como un proceso que descansa en un amplio abanico de mediaciones que se superponen y entretejen y donde las técnicas juegan un rol central como brokers del desarrollo. Una mediación que hace de puente entre el mundo de los "en vías de desarrollo" y el de los "desarrolladores" de los organismos de financiamiento.  
Adoptar un análisis centrado en la interfaz (Long 1999), permitió iluminar las zonas grises del 'desarrollo', es decir, esas zonas de contacto de campos sociales y cosmovisiones diferentes y con frecuencia conflictivas. En la experiencia de los guaraníes, esta posición bisagra entre dos mundos convierte a ARETEDE en un figura ambigua que despierta sentimientos contradictorios, genera tensiones y conflictos entre 'grupos' y familias basados en conocimientos, valores, intereses y poder.
Asimismo, en este artículo, he tratado de mostrar que las representaciones de los guaraníes de los brokers del desarrollo están a menudo cargadas de una ambigüedad producida por la oscilación entre imágenes de dominación y salvación, explotación y beneficencia que trascienden el ámbito exclusivo de las acciones de desarrollo.
El tipo de relaciones y actividades promovidas por las agencias de desarrollo crea desde el punto de vista de los actores a quienes ellas se dirigen puentes entre diferentes mundos sociales y cognitivos que son concebidos dentro de una misma trama cultural e histórica de relaciones sociales de dominación entre indígenas y no indígenas, tales como las que existieron con los misioneros franciscanos que actuaron en la zona. Entre los fundamentos en los cuales se apoya la asociación entre la empresa desarrollista y la misionera se encuentra la idea de que ambos colocan a los indígenas en un estado de subdesarrollo o salvajismo y de que la solución a esos problemas está en la adopción de un serie de conocimientos, prácticas y valores propios de la civilización occidental.
En la experiencia de los guaraníes las tensiones y contradicciones que atraviesan sus interacciones con la ONG no están resueltas. Lo cual pone en evidencia que lejos están los indígenas de asumir el estado actual del desarrollo como el orden natural de las cosas. Por el contrario, los guaraníes han forjado una postura crítica hacia el desarrollo y sus agentes. Asumir que el desarrollo todo lo domina sería negarles capacidad de agencia a las poblaciones indígenas cuando están luchando por una real participación en la definición y el diseño de sus propias políticas de desarrollo.

Notas

1 Original en inglés, traducción propia.

2 Expreso mis agradecimientos a Mauricio Boivin, Julia Piñeiro y Morita Carrasco por las sugerencias y estímulos al momento de la preparación de este trabajo. Asimismo, a los integrantes de ARETEDE y de CCOPISA con quienes he podido dialogar a lo largo de todos estos años. 

3 Desde el 2005 hasta el 2010 realicé distintas campañas de trabajo de campo en comunidades guaraníes de los municipios de Tartagal, Aguaray y Pocitos/Salvador Mazza. Principalmente, fueron foco de atención aquellas primeras comunidades donde ARETEDE había iniciado a trabajar y aquellas otras en las que se encontraba trabajando en el momento en que realizaba el trabajo de campo. Esta elección metodológica se relaciona con la idea de poder describir y analizar el encuentro de los distintos actores -ONG y comunidades guaraníes-  desde un enfoque procesual, en el sentido de poder dar cuenta de los cambios en las representaciones producto de esas interacciones.

4 El Chaco comprende las provincias del Chaco, Formosa, norte de Santa Fe y oeste de Salta.

5 Original en inglés, traducción propia.

6 El Colegio de Misioneros Franciscanos de Salta comenzó a actuar en el ámbito de la región chaqueña en 1856, fundando varias misiones en lo que actualmente es el Departamento Rivadavia de la provincia de Salta. En 1923 se creó la Custodia Provincial de Misioneros Franciscanos de Salta y un año después se fundó el Centro Misionero Franciscano de Tartagal. La actuación de los franciscanos -que indudablemente constituyen la presencia católica de mayor representatividad en el noroeste argentino- perdura hasta la actualidad, aunque su influencia es limitada y su presencia está reducida a algunas pocas comunidades.

7 A fines del siglo XIX, los ingenios azucareros de las provincias de Salta y Jujuy crearon una fuerte demanda de mano de obra que, al no poder satisfacerse con la población de la zona, atrajo a grandes contingentes indígenas de la región chaqueña y del Paraguay.

8 Ver también las obras de Magrassi 1968; Hirsch y Gordillo 2003; Literas 2008; Langer 1991; Bossert 2007. 

9 Entiendo a estas categorías como étnicas y no biológicas.

10 Los guaraníes son comúnmente denominados chiriguanos en la literatura etnográfica. En el noroeste argentino son conocidos también como ava o llamado peyorativamente chaguancos. En este trabajo, opto por el término guaraní ya que es el término que los actores utilizan para designar su origen étnico.

11 Existe un amplio espectro de organizaciones llamadas ONG´s que van desde pequeños grupos que hacen trabajo voluntario hasta grandes instituciones que administran presupuestos de millones de dólares. El término es utilizado convencionalmente para describir tanto organizaciones nacionales como internacionales asentadas tanto en el norte como en el sur (Bebbington et al. 1993; Postrero 2007).

12 Es este un amplio tema de debate en la literatura de desarrollo. Ver Bebbington and Farrington 1993; Arellano-López y Pétras 1994; Edwards and Hulme 1996; Atack 1999; White 1999. 

13 Paralelamente, y como consecuencia del nuevo período democrático en la Argentina, se sancionan leyes provinciales cuyos destinatarios son los "aborígenes" de las provincias de Chaco y Salta (Carrasco 2008). A esto le sigue la creación de Institutos como el Instituto Provincial del Aborigen (IPA) con el supuesto objetivo de que los representantes indígenas administren, participen y deciden sobre sus propios asuntos, aunque con "participación" de miembros de los gobiernos provinciales. En 1998 con la reforma de la Ley Nº 6373 por la 7121, el Instituto Provincial del Aborigen pasa a denominarse Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta (IPPIS).   

14 El proyecto estaba constituido por dos componentes: sensibilización y capacitación a funcionarios, técnicos y grupos de mujeres campesinas (incluida la promoción de su organización) y el emprendimiento de proyectos generadores de ingresos.

15 Esta organización funcionó dentro de la Municipalidad de Tartagal y perdió su documentación durante el incendio del 8 de noviembre de 1999 ocasionado por movilizaciones sociales frente a la desocupación y precarias condiciones laborales. Esta situación llevó a que la organización tuviera que reinscribirse legalmente y que adoptara como nuevo nombre el de Consejo de Coordinación de Organizaciones de los Pueblos Indígenas de Salta (CCOPISA).

16 Mujeres Campesinas y Aborígenes Argentinas.

17 Me refiero a los planes sociales nacionales o provinciales tales como PEC, Plan Jefes y Jefas, Asignación Universal por hijos, becas escolares o los bolsones alimentarios.

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