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ARQ (Santiago) - Aprendiendo de Plečnik

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ARQ (Santiago)

versión On-line ISSN 0717-6996

ARQ (Santiago)  n.72 Santiago ago. 2009

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-69962009000200016 

ARQ, n. 72 Ríos urbanos, Santiago, agosto 2009, p. 82-85.

LECTURAS

Aprendiendo de Plečnik

Jelena Petric *
Martin Graham **
traducción y compilación Romy Hecht ***

* Profesora, University of Strathclyde, Glasgow, Escocia
** Arquitecto, University of Strathclyde, Glasgow, Escocia
*** Profesora, Escuela de Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile


Resumen

La generación del master plan de la ciudad de Ljubljana se desarrolla según distintas capas de información: espacios públicos, edificios patrimoniales, nuevos proyectos de arquitectura, puentes sobre el río Ljubljanica y otros. La experiencia de la ciudad es planteada por Plečnik como base para el desarrollo de la planificación total y como elemento unificador de la propuesta.

Palabras clave: Urbanismo-Eslovenia, planificación, master plan, promenades, arquitectura cívica.


Abstract

The generation of the master plan of Ljubljana develops according to different layers of information: public spaces, patrimonial buildings, new architecture projects, bridges over the Ljubljanica River, and others. The experience of the city is presented by Plečnik as a base for the development of its total planning and as the unifying element of its proposal.

Key words: Urbanism-Slovenia, planning, master plan, promenades, civic architecture.


La identidad de Ljubljana puede verse como la suma de cuatro situaciones en una secuencia: primero la ciudad barroca; luego la ciudad construida después del terremoto de 1895, la ciudad construida por Plečnik y otros —durante el período en que Eslovenia era parte de un reino junto a croatas y serbios— y una cuarta etapa marcada por el gobierno socialista. La independencia podría establecer una quinta capa, que corresponda a una capital europea del s. XXI.

LA LJUBLJANA DE PLEčNIK / En 1921, después de dos décadas trabajando y enseñando en Viena y Praga, Plečnik volvió a Ljubljana como director de la Escuela de Arquitectura de la Facultad Tecnológica de la recién creada universidad de la ciudad. A su regreso se involucró inmediatamente en nuevas propuestas para el desarrollo de Ljubljana, usando a la institución como su base de operaciones e involucrando a sus estudiantes en el proceso de propuestas de diseño. Asimismo, Plečnik fue capaz de forjar relaciones con personajes influyentes y a cargo del desarrollo de la ciudad, siendo algunos de sus más importantes aliados el ingeniero y director de planificación urbana Matko Prelovšek y el historiador de arte France Stele. Con este apoyo, Plečnik quedó en una inmejorable posición para convertirse en la principal fuerza creativa e impulsadora detrás del master plan de Ljubljana y de muchos otros proyectos de arquitectura en la ciudad.
El proyecto de Plečnik para el ordenamiento de Ljubljana (1926-1928), se basó en el carácter funcional de la propuesta para la ciudad hecha por Max Fabiani en 1895 y en los principios artísticos aplicados por Camilo Sitte en su master plan del mismo año para Ljubljana. La propuesta de Sitte se basó en las reglas que él mismo estableció en su Planificación urbana de acuerdo a principios artísticos (Viena, 1889) al igual que la de Fabiani, quien a su vez se inspiró en Sitte al incluir en su proposición puntos clave en la ciudad antigua para configurar relaciones funcionales entre las áreas públicas de la ciudad y así crear en paralelo una grilla que asegurara el desarrollo futuro fuera del casco histórico.
Sin embargo, convencido de que la ciudad necesitaba alcanzar un carácter mediterráneo, la verdadera inspiración provino de esa cultura y de la arquitectura de la antigüedad, Renacimiento y Barroco. Plečnik desarrolló tal idea durante sus viajes a través de Italia en 1889 —siendo estudiante de Otto Wagner— y a Dalmacia y Grecia en 1927, esta vez con sus propios estudiantes de la Escuela de Arquitectura de Ljubljana. Como resultado, visualizó su ciudad natal como una nueva Atenas que tenía a su Castillo como principal elemento caracterizador, al igual que la Acrópolis. Pero más allá de referencias formales, Plečnik determinó que toda ciudad necesitaba ser experimentada en terreno. Oponiéndose a la aproximación analítica y abstracta de muchos de sus contemporáneos, como Le Corbusier y los miembros del CIAM, definió a la ciudad como un organismo vivo, "uno cuyo carácter y ritmo sólo es experimentado dinámicamente caminando a través de sus calles y plazas" (Krecic, 1993). Para Plečnik el plan de una ciudad era un relato equivalente a la historia establecida por una pieza musical, algo con un principio, un desarrollo y un final (Krecic, 1993).
Tres elementos usó Plečnik para desarrollar su master plan para Ljubljana:
El primero es una sólida estructura espacial de redes, que contiene distintas narrativas de la ciudad y que está formada por ejes relacionados al Ljubljanica, principal río urbano. Estos ejes o promenades destacarían los elementos positivos del tejido urbano existente, principalmente elementos históricos tales como las ruinas romanas de Emona y las casas italianas-barrocas de la ciudad antigua. Como aún tenía recuerdos de la ciudad mediterránea que existía hasta antes del terremoto de 1895, Plečnik quería que su Ljubljana fuese capaz de restablecer estas conexiones. En consecuencia sus intervenciones y mejoras urbanas, junto con permitir que voces del pasado fuesen escuchadas y reveladas en ciertos lugares, sustentarían el desarrollo futuro de la ciudad. Este marco serviría también para controlar y ordenar la ubicación, escala y tipos de elementos construidos, de modo que fuesen capaces de potenciar la legibilidad urbana.
En segundo lugar, un criterio que privilegiaba la diversidad y variación orientó el plan; los distintos elementos de las intervenciones propuestas, ya sean espacios individuales, rutas o edificios, eran variados y diversos y libremente establecidos dentro de la estructura general. Los elementos, que iban desde bloques de edificaciones existentes a mobiliario urbano, fueron seleccionados y diseñados por el mismo Plečnik con el fin de garantizar que sus ideas fuesen realizadas tal y como él las concibió originalmente.
Por último, la relevancia social de la intervención fue uno de los propósitos declarados del plan: un objetivo de las propuestas de Plečnik para Ljubljana fue lograr que de la superposición de una red de espacios públicos, rutas y edificios contra y entre las áreas privadas de la ciudad pudiera surgir un entorno apropiado en términos sociales, capaz de expresar con claridad tanto las necesidades comunes como individuales de sus habitantes. Sólo así habría certeza que la ciudad era para ser usada y experimentada libremente por ellos.
Al centro de esta idea —y de todo el master plan de Plečnik— estaba el uso del río Ljubljanica y de su afluente, el Gradašcica. Esta decisión crearía y reforzaría a la vez elementos de conexión lineal y visual para la integración de calles, plazas, caminos peatonales y puentes que formarían la red de espacios públicos en la ciudad. Algunos de los ejes o promenades más significativos que Plečnik diseñó para formar una estructura espacial flexible de intervenciones urbanas son:
i. El río Ljubljanica. Las secuencias narrativas y eventos espaciales a lo largo del río forman el centro de la propuesta de Plečnik para la ciudad; todas las otras rutas creadas lo conectan o se intersectan con él. La transformación del Ljubljanica es la base para el desarrollo de la ciudad y es exitosa hasta el día de hoy.
ii  El río Gradašcica. El afluente del Ljubljanica fue desarrollado por Plečnik como un jardín lineal escondido, que funciona como una ruta introductoria a la ciudad.
iii. De la calle Cojzova al Castillo. Plečnik trazó la vía Cojzova paralela a la muralla romana de Emona. La calle lleva al puente St. James, que cruza el Ljubljanica, y a la plaza St. James desde donde nace un eje construido que lleva al castillo y desde el cual se aprecian vistas de toda la ciudad.
iv. De la calle Vegova a la iglesia de Trnovo. En la calle Vegova Plečnik implementó el concepto de eje cultural y cívico que correría en paralelo al río, determinado por una serie de instituciones históricas (la universidad, el conservatorio, la biblioteca, el salón de conciertos y escuelas) y monumentos para personajes del país.
v. Del Parque Tívoli al Castillo.Los diseños para este eje no construido incluían a una universidad en el parque y varias propuestas para lograr una conexión más sólida entre la ciudad y el castillo, incluyendo una completa remodelación del mismo.
Junto con estas cinco promenades emerge una imagen de ciudad cambiante y en constante evolución que muestra cómo Plečnik se convirtió en un verdadero pionero.
RIVERA URBANA / El elemento común de todas las intervenciones urbanas de Plečnik y de los eventos espaciales de la ciudad era el río Ljubljanica. El master plan intentaba reconectar la ciudad con su río y así convertirlo en el elemento transformador. De igual forma, los trabajos a lo largo del río sirvieron para revelar la belleza del Ljubljanica y para complementarla.
El plan de Plečnik para Ljubljana tenía en su centro una serie de edificios, espacios y objetos diseñados por él, que serían dispuestos alrededor del río. Los eventos espaciales dentro de la narrativa de la ciudad podrían ser intercambiables de acuerdo a las rutas escogidas a través de la misma. Con esta idea de planificación en mente, Plečnik posicionó los sentidos y experiencias individuales como centro de su aproximación al diseño de la ciudad. Imágenes y memorias se funden de modo fragmentario, dejando a cada persona una experiencia e imagen única de su entorno urbano. Con sus intervenciones, Plečnik no sólo quería infundir en los eslovenos un conocimiento de la realidad política y de los eventos públicos, para así aludir a una continuidad histórica mayor en la cual los habitantes desarrollaban su vida ordinaria; también intentaba dignificar las actividades cotidianas de la ciudad.
Los eventos, intervenciones y conexiones que Plečnik estableció a lo largo del borde del río pueden ser analizados individualmente para establecer su rol en la narrativa de la ciudad y la manera en la cual algunos pueden convertirse en elementos conectores autónomos. Siguiendo este análisis, se puede adquirir un mayor entendimiento de la aproximación de Plečnik para el plan urbano de Ljubljana.
Špica - Tramo superior del Ljubljanica. Este es el área donde la promenade de la ribera urbana comienza, después de que el Ljubljanica se ramifica en el canal Gruber y continúa su curso al encuentro de su afluente, el río Gradašcica. Plečnik escalonó el terraplén del río para producir un tramo largo de terrazas de poca profundidad: un anfiteatro lineal extendido con el río como su escenario. En un nivel superior, sauces llorones proveen refugio, sombra y una atmósfera idílica para este espacio lineal y público. Plečnik esperaba activar este sector del río con el fin de atraer gente hasta el borde del agua. Como la orilla opuesta a esta operación es más abrupta, Plečnik creó un sendero estrecho vinculado a una hilera de arces que servía a la vez como respaldo del río. Es precisamente aquí donde las actividades cotidianas pueden ser disfrutadas en un ambiente relajado y casi paradisíaco.
El río Gradašcica y el puente Trnovo. Plečnik posicionó su nuevo puente en el río Gradašcica, apuntando a la entrada de la iglesia Trnovo. Como no había espacio en frente de la iglesia, él amplió el puente lo suficiente como para crear un espacio público elevado sobre el agua: se define entonces un quiebre en las rutas lineales que lo rodean, convirtiéndose en un lugar para detenerse, hacer hora e interactuar en medio de actividades cotidianas. Aquí también Plečnik tomó la inusual decisión de plantar abedules en el puente, difuminando así la frontera entre lo construido y lo natural de una manera sorprendente.
Las orillas del río Gradašcica. En este sector el arquitecto trazó senderos amplios con conexiones desde la calle a través de áreas más bien abruptas. Estas fueron originalmente diseñadas pensando en las mujeres que, hace cincuenta años, lavaban ropa en este sector.
Sector de descanso de Trnovo. Esta área marca el punto donde el afluente Gradašcica se encuentra con el Ljubljanica. En esta zona los elegantes tramos de terraza de la sección Špica del río siguen la curva donde los dos ríos se encuentran, a la manera del "grácil serpenteo de una columna clásica" (Ferlenga, 1988). Asimismo, en este lugar el umbral de la transición entre características rurales y urbanas se acaba.
Puente St. James. Aquí el relato del río propuesto por Plečnik se entrecruza con otro de los ejes desarrollados en la red de promenades urbanas, el de la calle Zois al castillo. Es en este punto que el Ljubljanica se urbaniza, con riberas de concreto abruptas en ambas orillas del río.
El puente del Zapatero. Los puentes son fundamentalmente puntos de cruce, rutas lineales conectando dos áreas. Para Plečnik los puentes también cumplían otras funciones urbanas, como ocurre en el puente Trnovo. Sus puentes en Ljubljana son todas variaciones del mismo tema: se entienden como recintos exteriores, como lugares para ser habitados y como áreas de encuentro. En el puente del Zapatero se aprecia este concepto en su forma más pura: el puente es una piazza, un espacio público sobre el nivel del agua con columnas como murallas y con el cielo como su techo. El puente responde asimismo a su entorno: donde antes hubo una intersección de varias calles y rutas menores el puente se convierte en un elemento conector, un espacio abierto pero contenido, donde la actividad de la ciudad converge a un ambiente humano dignificado.
El edificio de la Filarmónica. Para la renovación de este edificio, situado en una orilla del río, Plečnik remodeló su fachada posterior enfrentando al Ljubljanica. El ondulamiento de la fachada es tanto una metáfora acuática como una respuesta a su entorno, al tener una relación formal con la iglesia barroca de las Ursulinas situada en la plaza del Congreso. Los dos edificios generan una relación axial en intersección con el río. Entre ellos Plečnik rediseñó el principal espacio público de la Plaza del Congreso.
Las escaleras del Teatro. A la secuencia narrativa que va desde la iglesia de las Ursulinas a través de la Plaza del Congreso se unen las escaleras del Teatro, intervención que, al igual que muchas de las sutiles operaciones de Plečnik, aprovecha la oportunidad de transformar cambios de nivel en verdaderos espacios teatrales. Aquí toda la secuencia es dignificada por una de las más imaginativas interpretaciones de la columna jónica, a partir de la cual un poste de luz es creado (Krecic, 1993). Esta columna enmarca la transición entre el espacio público de la plaza del Congreso y la entrada a la orilla del río al edificio de la Filarmónica.
Las escaleras Gerber. El uso de una columna y una secuencia de peldaños están presentes en el trabajo de Plečnik desde la época que pasó en Roma como estudiante, alcanzando su mayor logro en su propuesta de las escaleras Gerber. La secuencia (al igual que las del Teatro) unifica otra de sus narrativas en el master plan: el eje cultural de la calle Vegova con el río. El grupo de peldaños desciende hacia la calle entre dos rejas de fierro forjado, cuyo umbral es marcado por una columna. En este punto se puede girar en cualquier dirección para luego encontrarse con un arco, más allá del cual se encamina una escalera en espiral que baja a un área excavada en las orillas del Ljubljanica. Sólo en esta secuencia Plečnik integra el acceso peatonal en tres diferentes planos de la promenade del río.
Los tres puentes. También conocidos como el puente triple, es un elemento central en el master plan de Plečnik para Ljubljana y por ende crucial en sus relatos urbanos. La intervención agregó dos puentes peatonales a la construcción existente desde el s. xix y que unía la plaza Prešern con la parte medieval de la ciudad bajo el Castillo. Espacialmente, esta adición ayudó a organizar los ejes irregulares de la plaza y a redirigirlos como un cruce a través del río. En síntesis, nuevas secuencias dinámicas emergen en la medida que uno cruza el río.
Plečnik diseñó accesos escalonados al lado de cada puente peatonal, entregando así una entrada inferior a una promenade más baja en las orillas del río y por tanto otorgando acceso directo desde una orilla habitable a la otra. Aquí podemos apreciar que, tal como en las escaleras Gerber, Plečnik usó ejes alineados y niveles. Así fundió los elementos viejos y nuevos de la composición de los tres puentes introduciendo un elemento unificador: balaustradas redondeadas en las tres secciones, evocando a la vez un carácter particularmente veneciano.
La tienda de flores y tabaquería. En ambos lados de una de las rutas peatonales de los tres puentes Plečnik demostró una extraordinaria sensibilidad arquitectónica al colocar dos pequeños pórticos conectores (Prelovšek, 1997): una florería, que actúa como juntura y entrada al puente peatonal y al mercado portal que le sigue, y una tabaquería que cumple la misma función en la otra orilla.
El lugar del mercado. Originalmente el lugar del mercado, configurado por una galería exterior cubierta apoyada en una columnata, estaba situado más allá de la florería y formaba parte de una intervención mayor. Ambas orillas del Ljubljanica serían desarrolladas de una manera similar: la parte central, sobre el río, configuraría el puente —cubierto— de los Carniceros, que funcionaría como clímax espacial de la totalidad de la composición. La idea estaba ligada al proyecto de Palladio para el Rialto y Ponte Vecchio en Florencia. Lo que fue finalmente construido sigue de cerca el carácter del clasicismo Palladiano. Plečnik localizó su intervención directamente en la línea de la calle y al nivel de la orilla del río. Es aquí donde él espera que su arquitectura pueda ser sentida, dando definición a una frontera, un sentido de lugar que tenía que ser creado. El área de la galería transporta a quien la recorre a la esfera de lo dramático, funcionando como escenario para el área de Pogacar.
Las esclusas. A continuación del mercado alcanzamos el puente del dragón, el cual Plečnik dejó sin intervenir para así darle a esta pieza de la arquitectura de la secesión el protagonismo que se merece. Después de este punto, sus intervenciones se vuelven cada vez más calmas. Tal como en el curso superior del río, un diálogo sutil entre lo natural y lo arquitectónico evoluciona hasta que alcanzamos la última intervención de Plečnik en el Ljubljanica, las esclusas del río.
En sí esta construcción es verdaderamente monumental. Plečnik buscaba alcanzar una idea simbólica del agua como la fuente de la vida (Ferlenga, 1988), siendo su propuesta una celebración del agua alejándose de la ciudad, luchando contra lo utilitario de la ingeniería. El lenguaje de las esclusas con sus imponentes pilares egipcios, decorados con elementos de la arquitectura griega, representaban para Plečnik un parafraseo de la antigüedad, de la lucha histórica del hombre para alcanzar el nivel de sus intervenciones civilizadas con la construcción de plantas de tratamiento de aguas.
En los relatos de Plečnik, las esclusas entregan el último evento en sus secuencias a lo largo y en conexión con el Ljubljanica. Éste era un umbral definitivo entre la ciudad y los suburbios, un arco abovedado monumental demarcando el término de la serie de memorias e imágenes infundidas por los eventos espaciales fragmentados y distribuidos en su proyecto urbano.
Se ha vuelto claro a través del análisis de las secuencias narrativas dinámicas propuestas por Plečnik —a distintas escalas— que su aproximación sensible al diseño urbano nunca ha sido más relevante que hoy. Plečnik impregnó su trabajo con una dimensión y conexión humanística que ha estado ausente al tiempo que las disciplinas de arquitectura, diseño urbano y arquitectura del paisaje han comenzado a diferenciarse y desconectarse. Casi sesenta años después, estas intervenciones en Ljubljana han demostrado ser tan exitosas, integradas y relevantes como en el período en que fueron implementadas.
En este análisis se ha hecho evidente que a través de una aproximación personal, situaciones y experiencias individuales pueden darle una conciencia específica a un entorno urbano. Las intervenciones de Plečnik en Ljubljana muestran que sólo con pequeños cambios en un contexto urbano existente es posible alterar y modelar la imagen atribuida a ese lugar específico. Esto se logra con una respuesta sensible y personal al diseño urbano. La naturaleza de esta aproximación es, de cierta manera, respetuosa y no destructiva: no busca imponerse y rediseñar por completo el lugar donde se posa. Su meta principal es regenerar y transformar lo que ya existe. Plečnik reconoce que la ciudad es equivalente a un organismo evolucionando naturalmente y busca promover estos procesos naturales, dándoles cohesión en sus distintas capas de crecimiento. Él revela voces del pasado mientras entrega un sistema de redes espaciales abiertas, donde desarrollos futuros también tienen la opción de hacer una contribución.
Lo que el ejemplo de Plečnik muestra es cómo una aproximación artesanal a la arquitectura puede ser desarrollada y usada en el diseño urbano de una ciudad. Esto es particularmente relevante en el actual regreso a una arquitectura influenciada por la visión del artesano, enraizada en la experiencia del individuo. El trabajo de Plečnik en Ljubljana proporciona en consecuencia una base sólida para alcanzar un entendimiento de cómo esta visión puede comenzar a influenciar el diseño de nuestras ciudades.


Referentes
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