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Asensio Baca, G., y Cortés Montalvo, J. (2007). Bibliotecas, centros de información y medios de comunicación en la sociedad de la información. Revista Latina de Comunicación Social, 62.
Revista Latina de Comunicación Social 62 enero – diciembre de 2007

Edita: LAboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis de Comunicación Social
Depósito Legal: TF-135-98 / ISSN: 1138-5820
Año 10 – 2ª época - Director: Dr. José Manuel de Pablos Coello, catedrático de Periodismo
Facultad de Ciencias de la Información: Pirámide del Campus de Guajara - Universidad de La Laguna 38200 La Laguna (Tenerife, Canarias; España)
Teléfonos: (34) 922 31 72 31 / 41 - Fax: (34) 922 31 72 54


Investigación

FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS, SEGÚN LA APA:

Asensio Baca, G., y Cortés Montalvo, J. (2007). Bibliotecas, centros de información y medios de comunicación en la sociedad de la información. Revista Latina de Comunicación Social, 62. Recuperado el x de xxxx de 200x, de http://www.ull.es/publicaciones/latina/200710BacayCortes.htm.

[Revisora / revisor: El presente artículo, presenta con claridad y orden, la transición que las bibliotecas han tenido que afrontar desde la llegada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y es precisamente a través de ese gran esfuerzo, como han avanzado a la par de las necesidades de las sociedades tecnológicas que buscan en los centros de información, como bien dicen los autores, el vehículo que permita reducir la brecha digital y el desnivel de conocimiento. Este artículo plantea la necesidad de permitir el acceso a la información y en general al conocimiento, a sectores cada vez más amplios, en este sentido a formar parte de una sociedad globalizada en beneficio de todos.]


Bibliotecas, centros de información y medios de comunicación en la sociedad de la información

Libraries, information centers and communications in the information society

Artículo recibido el 27 de marzo de 2007
Sometido a pre-revisión (Comité de Redacción) el 30 de marzo de 2007
Enviado a revisión el 5 de abril de 2007
Aceptado el 15 de mayo de 2007
Publicado el 22 de mayo de 2007

Dr. Gerardo Asensio Baca © [C.V.]
Académico de Bibliotecología y Ciencias de la Información
Universidad Autónoma de Chihuahua, UACh, MX
gbaca@uach.mx

Dr. Jorge Cortés Montalvo © [C.V.]
Universidad Autónoma de Chihuahua, UACh, MX
jcortes@uach.mx


Resumen: El reto en que se centra la propuesta de este escrito, es conducir la convergencia tecnológica y encontrar vertientes imaginativas para brindar acceso a la información y el conocimiento a sectores cada vez más amplios de la sociedad. La combinación de bibliotecas, centros de información y medios de comunicación como instrumento de difusión pueden ser elementos clave para reducir la brecha digital y el desnivel de conocimiento en los países con economías emergentes. La biblioteca ha sido tradicionalmente el establecimiento que sirve a la comunidad como fuente de acceso a información especializada, es también un elemento indispensable en los procesos de formación académica. Esta presta su servicio sobre la base de igualdad de acceso de todas las personas, independientemente de su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social. Debe contar además con servicios específicos para quienes por una u otra razón no pueden valerse de los servicios y materiales ordinarios. Es factible considerar el papel de los medios como instaladores de patrones de comportamiento y de formas de entender la realidad social, cultural, económica, política y de todo orden, por lo tanto se considera que la educomunicación puede ser un elemento fundamental para fomentar el uso de las bibliotecas y el desarrollo de habilidades informativas.

Palabras clave
: Bibliotecas públicas – información – medios de comunicación – educomunicación – brecha digital – desnivel de conocimiento – sociedad de la información – gestión del conocimiento.

Abstract: The goal of this proposal is to channel technological convergence and to find imaginative outlets in order to provide access to information and knowledge to the growing sectors of society. The combination of libraries, information centers, and communication media as a dissemination tool could be the key element to reduce digital gaps and knowledge inequalities in countries with less affluent economies. Traditionally, libraries have been a place to serve community as sources of specialized information and they are also an essential element in academic development processes. Libraries serve communities based on the principle of equality; thus, people can have access to them regardless their age, ethnic background, religion, nationality, language, or social condition. Libraries should also offer specific services for those who for some reason can not make use of ordinary services or materials. It is reasonable to consider the role of the media as a guide to develop patterns of behavior and ways to understand social, cultural, economic, and politic reality. Educomunicación (educational program designed to provide knowledge and skills in communication as a broad discipline) can then be of utmost importance to foster both the use of libraries and the development of informative skills..

Key Words: Public libraries – information – communication – media literacy – digital divide – knowledge inequalities – information society – knowledge management.

Sumario: 1. Introducción. 2. La inversión en bibliotecas como estrategia para el desarrollo cultural y el fomento a la investigación. 3. La responsabilidad social de la comunicación. 4. La edu-comunicación como estrategia de comunicación. 5. Edutainment e Infotainment. 6. Conclusión. 7. Notas y referencias.

1. Introducción

El tránsito de una sociedad industrial a una sociedad basada en la información constituye un hito fundamental en el desarrollo actual de las naciones. La revolución de la información de la que somos testigos, incide en la forma de vivir, aprender y trabajar de las personas y en el modo en que los gobiernos interactúan con la sociedad civil. La información, transformada en conocimiento es una herramienta poderosa y ahora, más que nunca, relevante en la evolución económica y social de cualquier sociedad.

La libre circulación de información e ideas, premisa fundamental de cualquier democracia, ha desencadenado un crecimiento radical de los conocimientos y de sus múltiples nuevas aplicaciones. Como resultado, se están transformando las estructuras y relaciones económicas, culturales y sociales, sin embargo, una inmensa mayoría de la población de los países que se encuentran en la fase de incorporación de las nuevas tecnologías y en proceso de integrarse a la globalización, permanece al margen de esta revolución. Esta brecha digital amenaza con agrandar la disparidad ya existente en materia de desarrollo entre ricos y pobres, dentro de las naciones y entre estas. No se podrá conseguir un beneficio generalizado de tal proceso, a menos que se tomen medidas para acercar y poner a disposición de las mayorías los medios que permitan una participación plena en la emergente sociedad del conocimiento sustentada en la información.

En este breve escrito se propone ubicar el papel que pueden jugar las bibliotecas y los centros de información apoyados en estrategias de difusión, a través de los medios de comunicación, para identificar e implementar fórmulas que contribuyan activamente a reducir la brecha digital y el desnivel en la aplicación de conocimientos, que permitan al estado, las instituciones y todos los sectores de la sociedad civil, hacer frente a los nuevos desafíos de una sociedad de la información en evolución y transformación constante, modelando formas de contribuir a la reducción del margen existente entre quienes tienen y quienes no tienen acceso a la red de información y comunicación mundial, tratando de encontrar caminos –o por lo menos elementos- que den paso a la igualdad de oportunidades provechosas, principalmente a los individuos pertenecientes a sociedades que marchan aún a la zaga en este terreno.

Los científicos de la información han puesto énfasis en la necesidad de potenciar el establecimiento de redes de bibliotecas, centros de documentación y establecimientos de acervos de datos de acceso público, los mecanismos de consulta de la información pública gubernamental se ha convertido también en un sustento del ejercicio democrático, pero hace falta contar con una estrategia de medios para promover su consulta y uso continuado. Esta claro que la instalación de tecnologías de información y el hecho de poner a disposición de los ciudadanos el acceso a la red no basta para resolver el problema, es preciso, básicamente generar un cambio cultural, a través de un proceso de alfabetización para la información, que de como resultado fomentar la utilización adecuada de las bibliotecas y centros de datos y documentación, con el afán de localizar, recuperar y aplicar información, en cualquiera de sus soportes, para fines específicos.

Así que en esta propuesta se aterrizan dos ideas centrales: la primera consiste en tomar a las bibliotecas y centros de documentación de acceso público como enclaves, con la infraestructura necesaria para tener a disposición la información, y segundo, contar con una estrategia de medios, con formas imaginativas de hacer periodismo profesional, que propicien la instalación de hábitos sociales en el uso de estas.

2. La inversión en bibliotecas como estrategia para el desarrollo cultural y el fomento a la investigación

Pero ¿por qué las bibliotecas y centros de información?, no es exagerado decir que en toda comunidad la biblioteca es un elemento vital en la educación, desarrollo cultural, capacitación e investigación. La biblioteca ha sido tradicionalmente el establecimiento que sirve a la comunidad como fuente de acceso a información especializada, es también un elemento indispensable en los procesos de formación académica. En su devenir, ha rebasado con mucho su carácter de ‘almacén de libros’, según su definición etimológica, además, a medida que la humanidad ha generado y acumulado conocimientos, ha pasado de un estado pasivo a uno activo (de biblioteconomía a bibliotecología), esto es debido a que se ha enriquecido con una gran variedad de formatos dando lugar a multiplicidad de formas de clasificación, catalogación, indización, organización y mecanismos de acceso para que la información llegue a los usuarios.

En apoyo a lo que se plantea, existen dos documentos, emitidos por la Unesco que avalan el desarrollo de redes de bibliotecas públicas, estos son el Manifiesto en favor de las bibliotecas públicas (BP) y la declaración mundial sobre la educación superior en el siglo XXI. En el primero se plantea y se justifica la importancia de la BP en la sociedad y cual es su utilidad en la misma:

“La BP es un centro de información que facilita a los usuarios todo tipo de datos y conocimientos. Presta su servicio sobre la base de igualdad de acceso de todas las personas, independientemente de su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social. Debe contar además con servicios específicos para quienes por una u otra razón no pueden valerse de los servicios y materiales ordinarios, por ejemplo, minorías lingüísticas, deficientes físicos o mentales, enfermos o reclusos.

Es menester que todos los grupos de edad puedan contar con materiales que correspondan a sus necesidades. Los fondos y servicios bibliotecológicos deben incluir todos los tipos de medios y tecnologías modernas, así como materiales tradicionales. Son fundamentales su buena calidad y su adecuación a las necesidades y condiciones locales. Los materiales deben reflejar las tendencias actuales y la evolución de la sociedad, así como la memoria del esfuerzo e imaginación del ser humano.

Ni los fondos ni los servicios estarán sujetos a forma alguna de censura ideológica, política o religiosa, ni a prestaciones comerciales” [1].

Pero la realidad en muchos países que son considerados economías emergentes o como también se les llama, en vías de desarrollo, es otra. Es significativa la brecha que hay entre los países de América del norte y Europa occidental con respecto a los países latinoamericanos. Según datos estadísticos de Libecon, (Ver tabla 1)§, países como México, con más de 100 millones de habitantes, tienen acervos, sistemas de acceso y consulta, menores a países como Austria, Bélgica o Dinamarca, con menos del 10% de dicha población.

 

 

País

Bibliotecas Total de
Unidades Administrativas

Bibliotecas Puntos de servicio

Colecciones- Libros y
Publicaciones Periódicas

Usuarios registrados

Préstamos realizados

 

Número de
visitas

 

Población del país

Austria

1000

2284

11875861

1079877

17025860

6511474

8,132,545

Bélgica

482

1443

34237534

2568541

75240739

54153750

10,638,523

Dinamarca

229

764

26800701

1973190

72236103

33711016

5,385,109

Francia

4108

3924

159565475

12159026

319501159

297142399

59,527,076

Italia

84

5979

42466205

16172399

238618555

281964000

58,260,223

España

4972

5209

44852081

7992568

29515949

212420522

39,974,777

UK

208

4620

114199142

33664000

402636784

323042482

59,226,900

Alemania

8662

10531

101393029

7370529

302699604

331798104

82,266,091

Corea

676

437

26971393

15362757

221374298

87876706

49,671,333

Japón

1742

2720

302976348

39665335

571760527

763246596

128,109,777

EUA

9281

17563

765054000

59084169

1701184000

1088034000

278,727,444

Canadá

921

2750

75032608

6670650

331565367

126642887

31,468,556

México

1833

2535

15992771

418609

4397526

53491820

100,532,297

Tabla I. Datos obtenidos de http://www.libecon.org/

Basándonos en la clasificación que hacen tanto la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios (IFLA por sus sigas en ingles) como la Unesco, encontramos que la BP debe cumplir funciones diferentes a las bibliotecas escolares, pero cuando existen carencias graves de servicios bibliotecarios, estas últimas asumen, de facto, funciones que le son ajenas y, desde luego, insuficientes [2].

Se podría decir que prácticamente subsisten visiones limitadas de autoridades y gobiernos que conciben como biblioteca un cúmulo de libros en anaqueles, los cuales no están debidamente catalogados y clasificados y carecen de personal asignado para la labor de organización del acervo, por pequeño que éste sea, para su conservación y protección, y mucho menos cumplen con la finalidad de resolver las necesidades de información de los usuarios, dando como resultado, una limitante seria en la disponibilidad de datos relevantes para la vida cotidiana de las comunidades y restricciones en las habilidades informativas y de expresión de las ideas, o parafraseando a Sartori: “quien no puede expresar lo que piensa, acaba por no pensar lo que no puede expresar” [3]. En suma, se reduce la posibilidad de que los individuos salgan de un estado crónico de analfabetismo informativo, que se refleja en el desarrollo económico y cultural.

La Unesco señala cual es la finalidad de la BP, dejando claro que los servicios que presta la misma se articularán en torno a los siguientes objetivos relacionados con la información, la educación y la cultura [4]:

Crear y consolidar el hábito de la lectura en los niños desde los primeros años;
Prestar apoyo a la auto educación y la educación formal de todos los niveles;
Brindar posibilidades para un desarrollo personal creativo;
Estimular la imaginación y creatividad de niños y jóvenes;
Sensibilizar respecto del patrimonio cultural y el aprecio de las artes y las innovaciones y logros científicos;
Facilitar el acceso a la expresión cultural de todas las artes del espectáculo;
Fomentar el diálogo intercultural y favorecer la diversidad cultural;
Prestar apoyo a la tradición oral;
Garantizar a todos los ciudadanos el acceso a la información comunitaria;
Prestar servicios adecuados de información a empresas, asociaciones y agrupaciones;
Contribuir al mejoramiento de la capacidad de información y de las nociones básicas de informática;
Prestar apoyo a las actividades y programas de alfabetización destinadas a todos los grupos de edad, participar en ellas y, de ser necesario, iniciarlas.
Queda claro que hay entonces mucho que hacer para que las BP alcancen estos objetivos en nuestros países.

Por otro lado existe La Declaración Mundial de la Unesco Sobre la Educación Superior en el Siglo XXI, en la cual se asienta que “la misión y función de ésta debe ser constituirse en un espacio abierto para la formación superior que propicie el aprendizaje permanente”, en este sentido, esta declaratoria señala en su artículo 12, sobre el potencial y el desafío de la tecnología, que ésta brinda la posibilidad de renovar el contenido de los recursos y los métodos pedagógicos, y de ampliar el acceso a la educación superior; para ello propone “constituir redes, realizar transferencias tecnológicas, formar recursos humanos, elaborar material didáctico, e intercambiar experiencias de aplicación de estas tecnologías a la enseñanza, la formación y la investigación permitiendo así a todos el acceso al saber” [5]. Si bien, éstas son responsabilidades que competen a las instituciones de educación superior potenciando a sus bibliotecas académicas o universitarias, al Estado le toca apoyar propiciando la instalación, multiplicación y crecimiento de las BP para no dejar que esta labor recaiga sólo en las bibliotecas académicas y beneficie a unos cuantos que tiene la oportunidad de estudiar a nivel superior. Al comprometerse el Estado con estos cambios desarrollando y fortaleciendo la Red de Bibliotecas Públicas, el acceso a la información se garantizaría a todos los ciudadanos. La BP, por excelencia, puede ser el espacio idóneo para poner a disposición de las mayorías, que no tienen acceso a otro tipo de bibliotecas o centros de documentación, tecnologías de información.

Lau y Cortés señalan que “Las universidades mexicanas, al igual que otras en el mundo, están replanteando la forma en que realizan sus procesos de enseñanza-aprendizaje. Buena parte de ellas se encuentran inmersas en reorientar su filosofía educativa a favor de nuevos modelos orientados al aprendizaje, donde los actores principales del proceso educativo son los estudiantes; con esto, se alejan de los modelos orientados a la enseñanza, donde el maestro es el responsable principal del proceso instruccional. Estos nuevos enfoques de la educación superior implican una nueva relación entre los maestros y los estudiantes, así como de éstos con servicios de apoyo académico, como son los servicios informativos” [6].

Si bien, ya comentamos que esto es responsabilidad de las instituciones de educación a nivel superior y sus bibliotecas académicas, al Estado compete ir equipando y desarrollando adecuadamente a las BP, ya que al operar estos cambios contribuye al desarrollo de habilidades informativas y de investigación y fomenta la lectura, no sólo en niños y jóvenes, sino también en otros grupos de diferentes edades; en otras minorías y mayorías que componen nuestra sociedad. El tener BP adecuadas sirve, en el caso de estudiantes de educación básica, media, técnica y media superior, como semillero en el desarrollo de las habilidades necesarias que permitan una mayor desenvoltura en su preparación profesional y provee de herramientas conceptuales para asimilar con mayor provecho los contenidos y competencias previstos en los nuevos modelos educativos con los que están trabajando las instituciones de educación superior.

Pero también hay que ver que el beneficio no es sólo para los futuros estudiantes universitarios. El fortalecimiento de la BP permite combatir otros males contemporáneos, consecuencia de una sociedad de la información y el conocimiento, tales como la brecha digital y el desnivel de conocimientos. “Estos dos términos hacen referencia a la disparidad existente entre las comunidades de nuestro planeta que están dotadas en materia de tecnología y las que están excluidas desde ese punto de vista, así como a la falta de transferencia de información dentro de estas comunidades, y entre ellas. La brecha digital y el desnivel de conocimientos se encuentran sobre todo en el mundo en desarrollo y en las economías en transición. Si bien la densidad telefónica mundial presenta signos de mejorar (en el primer año de este siglo el número de líneas telefónicas por cada 100 habitantes fue superior a 1, aunque más de una tercera parte de la población mundial nunca ha hecho ni recibido una llamada telefónica), el desnivel entre quienes tienen y no tienen acceso a la red de Internet sigue siendo abismal en todo el mundo” [7].

Para contrarrestar esta asimetría, es necesario que los gobiernos en sus diferentes niveles se comprometan con proyectos de fondo que permitan poner a disposición de todos los ciudadanos las herramientas indispensables para el desarrollo económico y el fomento cultural. Estos elementos son tecnologías de información, acervos (no solo bibliográficos) ricos y actuales, desarrollo de colecciones constantes y con calidad, servicios de referencia con personal profesional capacitado, programas de desarrollo de habilidades informativas para toda la vida, que garanticen el desarrollo de individuos capaces de generar conocimientos y que contribuyan a fincar el compromiso de participar en el progreso sostenible de su nación.

Indiscutiblemente esta responsabilidad debe ser asumida por las instituciones de educación y por un fuerte apoyo constante y de calidad por parte del Estado a través de las BP. Así pues, estas son las razones por las que se deben rescatar del olvido y potenciar los proyectos respecto de las BP; fortalecerlas y vincularlas con las diferentes instituciones, organizaciones y sociedad en general, puede ser el camino para garantizar un desarrollo sustentable en beneficio de la comunidad y con proyección internacional de la misma. La actividad intelectual y artística no trasciende si no existen los espacios que garanticen el que llegue a TODOS y no a unos cuantos, los pocos espacios que existen aún en muchos países del orbe, son excluyentes y en ocasiones elitistas, por lo tanto son, todavía, de poca ayuda a los fines que se plantean en este documento.

3. La responsabilidad social de la comunicación

En el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos queda asentado que “La libertad de opinión y expresión y la libertad de información, van de la mano con el pluralismo de los media y la libertad académica”

La comunicación y los sistemas mediáticos son fundamentales para la promoción de las bibliotecas, para que no se queden sólo como locales de consulta escolar sino para que la población en general sepa que puede disponer de sus acervos, de sus recursos, de sus tecnologías. De nada sirve tener todo esto, aumentar la inversión, si pocos lo usan, y peor aún, si ni siquiera las mayorías saben que existe. En la sociedad actual –sumamente competitiva, acelerada y saturada de información- una buena noticia no será más que eso, efímera como un fuego fatuo, difícilmente el gran público puede darle seguimiento completo e independiente salvo que se comercialice estratégicamente y logre permanecer en la agenda de los medios.

Por su parte, los medios pueden servirse cada vez más de las bibliotecas o centros de documentación para complementar sus notas. El periodista de tiempo actual está sujeto al fenómeno de la “declaracionitis”, obtiene una declaración de algún funcionario o autoridad y lo contrasta, en todo caso, con la declaración de la contraparte, o abreva su nota de boletines o de lacónicos textos de agencias, quedando en consecuencia fragmentada la información, recortada, descontextualizada por la falta de datos complementarios, que muy bien puede ser salvada creando enlaces o eslabones (links) que conduzcan hacia la complementariedad del hecho que se está difundiendo.

Por otro lado, los medios de comunicación no han cumplido a cabalidad la misión de educar a la población en general, por ejemplo, raramente indican a donde el lector o espectador puede acudir a buscar información adicional o complementaria de las notas, noticias o asuntos que se publican o se transmiten por medios electrónicos, no basta con indicar la fuente, resultaría eficaz y redundaría en su credibilidad orientar sobre índices, archivos o referencias, o bien dirigir al lector hacia los mecanismos para hacer efectivo su derecho a la información vía los conductos de acceso a la información pública gubernamental. Algunos lo harán, pero es todavía una práctica de excepción.

Resulta frustrante constatar cómo para la gran mayoría del público (y cada vez con mayor y alarmante frecuencia entre jóvenes periodistas) pasan inadvertidos por completo multitud de detalles de hechos relevantes por carecer de acceso inmediato a fuentes complementarias, lo que está haciendo el periodista de manera desesperada es demandar información al personal de un centro de documentación. Vincular dichos centros con la producción periodística y con la consulta pública resultaría en un doble beneficio, de este modo llegamos a sistemas de información donde todos ganan. En palabras de Moreno Matos:

“Visto así, no resulta ocioso ni exagerado, ni mucho menos pretencioso, hablar de la ventaja competitiva que representa para los medios de comunicación contar con centros de documentación –el viejo archivo de recortes es ya cosa del pasado– en donde la eficiencia y la rentabilidad de la información se mida no sólo ya por la actualidad y fiabilidad de la misma, sino también por el valor agregado que el documentalista le ha conferido con su gestión eficiente de los millones de datos que hay y administra” [8].

Para lograr esto es importante echar mano de todos los recursos posibles que garanticen esta difusión, pensando incluso en términos de estrategia de marketing, como ocurre como una buena novela de algún joven autor que pasará como una obra casi desconocida si no se promociona de manera inteligente, es decir, esbozando la forma en que los responsables de la difusión planifiquen el marketing y la comunicación. Con esto queda claro que la intención es llegar a los más de manera eficaz. Es así como se plantea el siguiente objetivo:

Lograr una difusión mediante una comunicación tan persuasiva e insistente como sería la estrategia de marketing. Lo dice alguien tan entendido como Castells: “en las sociedades de la información, el marketing político se ha instalado en el corazón de la democracia” [9].

Pero aquí el propósito no radica en crear la imagen de un candidato, partido o plataforma política, tampoco comercializar un producto, ni esperamos lograr mayores ingresos a menor costo, o despedazar a la competencia, o posicionarnos del mercado. Más bien la estrategia apunta a concienciar y sensibilizar a la sociedad en general de la importancia de invertir, recurrir y utilizar bibliotecas y centros de documentación como estrategia para el desarrollo cultural y el fomento a la investigación.

Es así que se piensa en procedimientos que involucren a los medios de comunicación en los esfuerzos de extender la edu-comunicación, y el entretenimiento educativo en conceptos tales como el edutainment y el infotainment.

4. La edu-comunicación como estrategia de comunicación

La comunicación, la educación y la cultura son conceptos que en la práctica tienen una fuerte correlación. La comunicación es causa necesaria (aunque no suficiente) para que se dé la transmisión de conocimientos, actitudes y valores de una generación a otra y, por otra parte, la combinación de estos últimos con los diversos lenguajes y sistemas de clasificación, constituyan la esencia de la cultura [10].

Coincidimos con la afirmación asentada en el documento de la Unesco, “La importancia de la educación y del espíritu crítico pone de relieve que, en la tarea de construir auténticas sociedades del conocimiento, las nuevas posibilidades ofrecidas por Internet o los instrumentos multimedia no deben hacer que nos desinteresemos por otros instrumentos auténticos del conocimiento como la prensa, la radio, la televisión y, sobre todo, la escuela. Antes que los ordenadores y el acceso a Internet, la mayoría de las poblaciones del mundo necesitan los libros, los manuales escolares y los maestros de que carecen” [11].

Con la edu-comunicación se considera fortalecer algunas áreas que puedan ser colocadas, eventualmente, en el circuito de los medios de comunicación; en primer término, avanzar en la utilización de los medios como recurso didáctico en los salones de clase, es decir, impulsar y generalizar la práctica aúlica en que los recursos mediáticos y las tecnologías de comunicación enriquezcan la cátedra, haciéndola más entretenida y trascendental, y por medio de esta estrategia lograr el desarrollo de habilidades informativas o alfabetización para la información, que es definida por la American Library Association (ALA) como la habilidad para hallar, evaluar y utilizar la información de forma eficaz en la vida personal y profesional [12]. Una parte de este cometido se ha conseguido con la incorporación del sistema Enciclomedia en las escuelas secundarias de algunos países latinoamericanos, particularmente en México.

En segundo término, es factible considerar el papel de los medios como instaladores de patrones de comportamiento y de formas de entender la realidad social, cultural, económica, política y de todo orden. “De lo que se trata es de encontrar pistas de reflexión y acción para poner la comunicación y la información al servicio de la transmisión del conocimiento. Esta transmisión debe arraigarse en el tiempo, extenderse en el espacio y funcionar entre las generaciones y las culturas” [13]

Los medios participan ya en la emisión de mensajes formativos, como campañas ecológicas o de cuidado y optimización de recursos, en la seguridad social y como orientadores en caso de desastres naturales [14]. Es en espacios similares de participación mediática donde se podrían insertar modalidades basadas en estrategias de marketing para lograr la difusión de la ubicación, los servicios y las formas de acceso público de estos centros de información y redes bibliotecarias, para que sea del conocimiento de todos y mejor aún, que sean persuadidos a utilizarlos, a verlos como aliados en nuestras actividades académicas, de investigación, y de entretenimiento.

Esta propuesta tiene ya un precedente, se trata del programa @t your library o en tu biblioteca, iniciado por la ya citada ALA en Estados Unidos, que se platea como finalidad fomentar el uso de las bibliotecas en ese país, apoyándose en toda una estrategia de publicidad y promoción, recurriendo a spots televisivos y carteles en donde aparecían estrellas internacionales del cine y la música leyendo un libro, como Antonio Banderas, Britney Spears, Susan Sarandon entre otros. Este programa ha trascendido de tal manera que fue adoptado por la Federación Internacional de Asociaciones Bibliotecarias (IFLA) llamándola “Campaña por las Bibliotecas del Mundo”, la cual fue anunciada oficialmente durante la 67ª Conferencia General de la IFLA celebrada en Boston, Massachussets del 16 al 25 de agosto del año 2001.

El objetivo de la “Campaña por las Bibliotecas del Mundo” es promover la importancia de las bibliotecas y los bibliotecarios en el siglo XXI, enfatizando el papel que juegan las bibliotecas públicas, escolares, académicas y especializadas en la vida de los individuos y de las naciones. En la “Campaña por las Bibliotecas del Mundo” actualmente participan las asociaciones de bibliotecarios de países como México, Estados Unidos, Canadá, Japón, Turquía, Islandia e Italia. Las asociaciones de bibliotecarios de estos países han firmado acuerdos para emprender campañas nacionales basadas en los objetivos de la campaña mundial así como utilizar el logo oficial en su correspondiente idioma. Para el español el logo oficial es: ‘En tu biblioteca’. Otros países que han mostrado interés por unirse a la campaña mundial son: Australia, Dinamarca, Israel y Corea. [15].

Por otro lado es importante considerar que muchos de los canales de televisión, estaciones de radio, periódicos, revistas, etc. dependen de instituciones de educación como universidades, secretarías o ministerios de educación o instituciones culturales. Así que más que ser medios posibles para nuestro propósito, son y deben ser los protagonistas en la generalización de dichas campañas de difusión y promoción.

5. Edutainment e Infotainment

Recientemente, y en especial en el mundo de la Internet y de los video juegos, han surgido géneros híbridos consistentes en combinar la educación y la información con el entretenimiento (edutainment e infotainment). Lo atractivo de estos nuevos géneros es que, además de responder a un lenguaje contemporáneo que resulta atractivo y fácil de interpretar a los niños y los jóvenes, permite que estos últimos adquieran conocimientos e información, tanto acerca de ellos mismos, como del mundo físico, social y cultural en el que viven, de forma de forma divertida e interactiva [16].

Cabe señalar que ninguna de ellas ha sido fruto de la improvisación o de la genial imaginación de un creativo publicitario. Todas ellas han sido desarrolladas con base en investigación, tanto formativa (es decir, aquella realizada durante la etapa de desarrollo de cada proyecto), como sumativa (la realizada al final de cada etapa para evaluar resultados frete a objetivos originales) [17].

Éste género cubre una gama muy amplia de medios, desde videojuegos (video-games) y los juegos para ordenador (computer-games) hasta video-casetes, audio-casetes y pequeños cuentos y folletos encaminados a que los niños aprendan jugando [18].

El mercado en este rubro se ha vuelto muy versátil y se han multiplicado los blogs, los videojuegos educativos, los sistemas interactivos y surgen constantemente fórmulas y propuestas para entrelazar la información y el entretenimiento, aunque falta todavía que prendan en los gustos de los jóvenes internautas y sean adoptados como recursos tanto por las empresas informativas como por las instituciones educativas.

6. Conclusión

El fortalecimiento en el desarrollo y fomento del uso de bibliotecas y Centros de Información, difundiéndolos y promoviéndolos ante la sociedad con tecnologías y estrategias correctas, extensas e imaginativas de comunicación, puede ser, bien utilizado y potenciado, el vehículo que permita reducir la brecha digital y el desnivel de conocimiento, brindando los elementos necesarios para que los individuos sean capaces de integrarse a la sociedad de la información, no sólo como parte de ella, sino como creadores de conocimientos los cuales, finalmente, están destinados a generar mayor investigación y desarrollo de tecnología en sus propios pueblos y para su beneficio social.

Entrelazar estos tres recursos con afanes educativos, promete la generación de sinergias con importantes repercusiones de beneficio social, particularmente para aquellos sectores de la sociedad que permanecen tradicionalmente marginados, o que llegan tarde, a las bondades de los adelantos tecnológicos, sobre todo aquellos referidos a la información y el conocimiento, que constituyen hoy por hoy, el eje y pilar fundamental del proceso de globalización.

7. Notas y referencias

[1] y [4] Unesco. Manifiesto de la Unescp en favor de las bibliotecas públicas. (En línea) Noviembre 1994. http://nutabe.udea.edu.co/~andrear/Manifiesto%20Unesco%20BibPublicas.htm

[2] CARAVIA, Santiago. La biblioteca y su organización. Gijón, España: Trea, 1995.

[3] SARTORI, Giovanni: ¿Qué es la democracia?, Edit. Nueva Imagen, México 1997. (Pág. 65).

[5] UNESCO, Conferencia Mundial sobre la Educación Superior: La educación superior en el siglo XXI; visión y acción. Paris, 5 – 9 de octubre de 1990. (Documento monográfico)

[6] LAU, Jesús y Jesús Cortés. Habilidades Informativas para el aprendizaje de toda la vida. La instrucción de usuarios ante los nuevos modelos educativos. México: UACJ, 2000. 132p.

[7] ONU y UIT. Cumbre Mundial Sobre la Sociedad de la Información. Ginebra 2003-Túnez 2005. (Enlínea) Diciembre de 2003. http://www.itu.int/wsis/basic/about-es.html

[8] MORENO MATOS, Jorge.: (2006) Documentación y periodismo. Sala de Prensa, año VI, Vol. 3, Feb. N° 88

[9] CASTELLS, Manuel: La galaxia Internet. Areté, Barcelona 2001. (Pág. 187)

[10] RODRIGO ALSINA, Miquel: (2005) “La alternatividad de la comunicación intecultural”. En Anthropos; Hacia una comunicación alternativa, 209, Barcelona (p. 53-62)

[11] UNESCO IESALC: “Hacia las sociedades del conocimiento”. (Boletín digital N° 113) http://www.iesalc.unesco.org.ve/ 14-27/01/2006

[12] CORTES MONTALVO, Jorge. “La educomunicación y la educación superior en perspectiva”. En: Educación, Comunicación y Cultura Política. Experiencias de la Investigación en la configuración de un cuerpo académico. Chihuahua, México : UACH, 2005.

[13] y [14] GÓMEZ PALACIOS y Campos, Carlos. Comunicación y educación en la era digital. Retos y oportunidades. México: Diana, 1998.

[15]. AMBAC.“Campaña por las bibliotecas mexicanas En tu Biblioteca”. (Enlínea) Mayo de 2001. http://www.ambac.org.mx/entubiblioteca/frame.html

[16]. LEMBERT, M. “Plaza Sésamo”. Ponencia presentada en el seminario "La Comunicación construyendo al mundo". XXI Semana de Comunicación de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Anáhuac. 1998.

[17] y [18] GARCÍA MATILLA, Agustín: (2005) “¿Qué debería ser hoy la alfabetización en medios? (Por una visión interdisciplinario, transversal, integrada y global… y también política, de la alfabetización audiovisual y multimedia)”. En Anthropos; Hacia una comunicación alternativa, N° 209, Barcelona (p. 71-82)

 


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Asensio Baca, G., y Cortés Montalvo, J. (2007). Bibliotecas, centros de información y medios de comunicación en la sociedad de la información. Revista Latina de Comunicación Social, 62. La Laguna (Tenerife). Recuperado el x de xxxx de 200x de: http://www.ull.es/publicaciones/latina/200710BacayCortes.htm.