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HISTORIA CRITICA |Revista No 04

Facultad de Ciencias Sociales
Departamento de Historia

Revista Historia Crítica
Fundada en 1989

 

ISSN (versión en línea): 1900-6152

 

hcritica@uniandes.edu.co| Bogotá D.C.-Colombia

 
   
Para citar este artículo Revista No 04
Título:Alvaro Tirado Mejía, Dir. Cient. y Acad. Nueva Historia de Colombia. Economía, café, industria. Tomo V. Planeta Colombiana Edit., 1989.
Autor:Elvira García Rodríguez [*]
Tema: Varios

Páginas 177-180
 
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InicioRevista No 04
Alvaro Tirado Mejía, Dir. Cient. y Acad. Nueva Historia de Colombia. Economía, café, industria. Tomo V. Planeta Colombiana Edit., 1989.

Elvira García Rodríguez [*]

Reseña


Cuando se piensa en los orígenes y la evolución de la actividad económica y empresarial colombiana, parece lo más pertinente, remontarse a las últimas décadas del siglo XIX. Esto exactamente, es lo que se hace en el tomo cinco de la Nueva Historia de Colombia. En él se conjugan una revisión de la economía nacional vista desde sus aspectos macroeconómicos, con el análisis de la evolución de la industria cafetera, el estudio del crecimiento industrial y finalmente, con una evaluación de los cambios demográficos que ha sufrido el país desde 1800 hasta nuestros días.

Los aspectos señalados se abordan desde diferentes perspectivas; es así como en la formación del equipo que escribió el tomo, hay historiadores, economistas, sociólogos y por supuesto, un demógrafo. En esta forma se logra dar al lector una visión amplia y poco estereotipada de la historia económica del país y de algunos de sus componentes más importantes.

Compuesta por quince artículos diferentes agrupados bajo la forma de capítulos lógicamente articulados, la obra comienza con una interpretación de Bernardo Tovar en torno a lo que fue la economía colombiana entre 1886 y 1922. Se considera este período de vital importancia en la medida en que en él confluyen todos los aspectos que generan los primeros indicios de modernización del país, el auge y regularización de la producción cafetera de exportación, el rol preponderante del Estado como propulsor de la infraestructura y el papel que jugó el período de la Regeneración tanto en términos económicos como políticos. Se destaca así mismo, la transición al nuevo siglo no exenta de confrontaciones de carácter bélico las cuales encontraron su principal exponente en la Guerra de los Mil Días, y la presencia de Reyes al frente del Estado. Para finalizar, Tovar hace un breve análisis de algunos hechos relevantes de la primera guerra mundial, particularmente, de todos aquellos que afectaron el desarrollo económico nacional y que posteriormente, por un breve período, le hicieron experimentar un auge incipiente.

A su turno, Bejarano analiza lo sucedido en un lapso de ocho años (1922-1929) durante los cuales el país pasa de una situación conocida como la Prosperidad a Debe, a la Gran Crisis, que estudia Posada y que se prolonga entre los años 1928 y 1933. En la primera el país experimenta un incremento sustancial en la construcción de obras de gran magnitud, tales como el tendido de vías de ferrocarril, y en la segunda, la suma de una serie de insucesos que van desde la caída de los precios del café a nivel internacional, pasando por una disminución en los créditos externos, hasta llegar al estancamiento generalizado de la actividad económica y de los ingresos tanto del sector público como del privado. Uno y otro aspecto ocupan, respectivamente, el capítulo dos y el capítulo tres del tomo que se reseña.

Tras la lenta recuperación que se logra a partir de 1931, Echavarría, en el capítulo cuatro, profundiza en los elementos internacionales de la crisis de los años treinta y para ello evalúa la forma en la que los distintos países del centro vivieron la depresión y la medida en la que se vieron afectadas las naciones latinoamericanas al caer sustancialmente sus exportaciones.
Retomando cronológicamente el hilo conductor, Bejarano en el capítulo cinco ausculta los hechos más relevantes de los siguientes tres quinquenios, en los cuales el país observó un reverdecimiento de los distintos ámbitos de la actividad económica, particularmente de la industria y la construcción. Se operó entonces una reconformación del sector manufacturero, que se amplió y consolidó, y de las ciudades, que comenzaron a asumir las características de verdaderas urbes.

El mismo autor, en el siguiente capítulo, se refiere al período 1946-1958, durante el cual el sector industrial alcanza una expansión notable que lo lleva a ubicarse en niveles anuales de crecimiento superiores al 10% hasta 1950. Es a lo largo de los trece años que cubre el estudio, que la estructura industrial comienza a transformarse al disminuir la producción de bienes de consumo en favor de un aumento de la de bienes intermedios y de capital.

En los capítulos siete y ocho, Gavina y Perry, respectivamente, se acercan a la historia reciente y contemporánea, al analizar el primero el período 1958-1970 y el segundo, las dos últimas décadas. Gaviria destaca la diversificación horizontal de la industria y la instauración de un modelo de desarrollo basado en la sustitución de importaciones entre otros hechos importantes, y Perry analiza los efectos de la bonanza cafetera y de la recesión que comienza a evidenciarse al comenzar la década del ochenta.

Los siguientes cuatro capítulos, dos de los cuales están escritos por un economista, Ocampo, uno por un periodista, Santos, y el último por un historiador, Berquist, se dedican a estudiar en profundidad el tema del café desde sus orígenes (1830) hasta 1958 en el primer caso, desde el Frente Nacional hasta nuestros días en el segundo, y finalmente, a hacer un análisis de las luchas del campesinado cafetero en el período 1930-1946 en el tercero.

Por su parte, Mayor, desde una perspectiva sociológica, reconstruye la historia de la industria colombiana en los capítulos trece y catorce, el primero de los cuales se concentra en el lapso 1886-1930 en el que se destacan los esfuerzos iniciales y la motivación que llevaron a consolidar empresas en el sector textilero y a la desaparición temprana de muchas de ellas, entre otros aspectos analizados. En el segundo, se refiere a lo que le sucedió a la actividad industrial colombiana entre 1930 y 1968, para ello y haciendo alusión a muchos hechos anecdóticos, resalta el impacto que tuvo la revolución industrial y que se tradujo en la introducción del taylorismo en muchas empresas y la cada vez más acentuada concentración de la propiedad accionaria que ha contribuido a afianzar las tendencias claramente oligopólicas del sector industrial colombiano.

Finalmente, el capítulo quince, en un esfuerzo por encontrar una explicación a la manera como ha venido evolucionando la composición de la población colombiana, plantea a través de la mirada de Rueda, quien lo escribe, todos aquellos elementos que desde 1880 y proyectados hasta el 2000 han sido definitivos para determinar su transformación.

Desde las diferentes perspectivas y en razón a los aspectos que tocan los autores, en muchos casos, el tomo cinco de la Nueva Historia de Colombia puede catalogarse como un libro que describe ampliamente la realidad económica nacional desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Sin embargo, también es igualmente válido el afirmar que el mismo tomo explica de manera profunda y bien documentada cuáles han sido los factores que han configurado esa realidad. Se establece en casos como el de Bejarano, Gaviria y Perry, lo que podría catalogarse como un modelo explicativo, de los distintos elementos coyunturales y estructurales que con el correr del tiempo, han ido moldeando la realidad nacional.

Debe señalarse eso sí, que las conclusiones y el establecimiento de las posibles hipótesis de trabajo que movieron a muchos de los autores, deben ser objeto de una elaboración muy personal que cada lector haga de los temas de su interés. Esto en ningún caso se constituye en una debilidad del libro, es por el contrario una fortaleza del mismo, que trata de presentar de manera objetiva, todos los aspectos que han tenido que ver con el desenvolvimiento económico del país en el último siglo.

Cada uno de los capítulos que componen el tomo están fuertemente apoyados en toda una serie de fuentes de información ágil y cuidadosamente manejadas. Al igual que el resto de los tomos que componen la colección, este se encuentra permanentemente ilustrado. En él se observan fotografías y reproducciones litográficas de algunos de los hechos más destacados de las diferentes épocas y temas a los cuales se hace alusión.

A nivel puramente formal, cabría hacer la siguiente crítica: En la medida en que muchos lectores revisarán la obra en su totalidad, sería posiblemente más adecuado que aquellos capítulos dedicados específicamente al tema del café, se encontraran intercalados con las épocas en las que de manera general se habla de lo que le sucedía a la economía colombiana. Esto permitiría una rápida integración de los temas. No obstante, se percibe que dada la importancia de este producto agrícola para el país, se prefirió asignarle una unidad temática en tres capítulos sucesivos e independientes.

Sin duda alguna, el libro se convierte en una visión renovada de lo que hasta hace poco era una historia narrada a partir de los hechos pero sin mayor nivel de análisis. En este sentido complementa, por decirlo así, el esfuerzo que en su momento hizo Fe-desarrollo cuando publicó el libro Historia Económica Colombiana en el cual participaron varios de los escritores de la obra que aquí se reseña.

Un hecho a destacar tiene que ver con la versátil utilización que se le puede dar; se puede leer un capítulo en forma independiente sin sentirse el lector perdido en una intrincada secuencia de datos, y conjuntamente con otros, para lograr una mayor profundidad en el tema en el que se desea examinar. Esta sin duda, es una de las más importantes fortalezas del tomo.

En modo alguno podría afirmarse que la obra reemplaza lo que hasta el presente se ha escrito sobre historia económica colombiana, pero sí debe contemplarse como un nuevo elemento que aporta en el análisis de la misma.

Lo señalado con anterioridad puede comprobarse cuando al revisar la bibliografía utilizada en la mayoría de los temas desarrollados, el lector se encuentra con que la inmensa mayoría se remonta a la década del setenta. Al parecer, sólo existen documentos relevantes sobre el café publicados en los ochenta. Para los demás temas se observa un vacío muy amplio.

Un aspecto que plantea ciertas dudas, es la inclusión de un capítulo, el último, sobre la evolución de la población colombiana. Desde luego, es tópico perfectamente pertinente, sin embargo, no logra articularse apropiadamente con los demás capítulos y tiende más bien a percibirse como un anexo interesante para aquellos que quieran conocer en forma práctica y a través de una visión panorámica, el desenvolvimiento poblacional colombiano. Esta podría catalogarse como una debilidad del tomo.

Si se hace un balance de la obra en general, es decir de los nueve tomos que la componen, se observa un tratamiento equilibrado de los distintos temas y una especificidad muy concreta en cada uno de los volúmenes; por esta razón, la Nueva Historia de Colombia se constituye en un elemento de necesaria consulta para todos aquellos interesados en profundizar y obtener una visión global de los principales acontecimientos que en distintos ámbitos, se han presentado en Colombia a lo largo de su historia.





[*] Profesora de la Universidad de los Andes E.G.R. «« Volver

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