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Index de Enfermería - Con el poder de Dios y el saber campesino: curando al picao de culebra en el Valle del Río Cimitarra

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Index de Enfermería

versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.20 no.1-2 Granada ene.-jun. 2011

http://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962011000100024 

MISCELÁNEA

HISTORIA Y VIDA

 

Con el poder de Dios y el saber campesino: curando al picao de culebra en el Valle del Río Cimitarra

With the power of God and the peasant knowledge: healing the snake's bite at Valle del Río Cimitarra

 

 

Celmira Laza Vásquez1

1Fundación Universitaria del Área Andina, Grupo de investigación GUANACO. Bogotá, Colombia
celmira.laza@gmail.com; claza@areandina.edu.co

 

 


RESUMEN

El Valle del río Cimitarra es una zona rural dominada por el paisaje selvático y boscoso por lo cual son frecuentes los accidentes ofídicos. Sin embargo, producto de su lejanía de las cabeceras municipales, las deplorables condiciones de las vías de comunicación, la inexistencia de centros de atención sanitaria y las condiciones de inseguridad y alteraciones del orden público producto del conflicto social y armado, es bajo el acceso al suero antiofídico. Por lo anterior, las personas mordidas por serpientes son atendidas, en su mayoría, por agentes tradicionales de salud. Manuel Sabana es un curandero de la región experto en tratar a los habitantes que son picados por serpientes venenosas y narra, mediante un relato biográfico, como los cura. Lo hace sintiéndose un "instrumento de Dios", combinando el poder de la palabra mediante el "secreto" y del saber campesino para sacar el "pasmo" que causa el veneno.

Palabras clave: Curandero, Accidente ofídico, Secreto, Pasmo, Medicina popular.


ABSTRACT

The Cimitarra River Valley is a rural area forest landscape and forest, where the ophidic accident is common.There is a limited access to antivenom serum, due to its distance from the municipal area, the deplorable conditions of roads, lack of health care facilities and the lack of safety and public nuisance resulting from the development of social conflict and armed. Because of this, people bitten by snakes are attended mostly by traditional health agents. Manuel Sabana is a healer of the region experienced in treating people who are bitten by venomous snakes. This article narrates through biographical narrative the way he cures. He explains that he feels as an "instrument of God," which combined with the power of the word using the 'secret' and the peasant knowledge, he removes the "benumb" caused by the poison.

Key words: Healer, Ophidic accident, Secret, Benumb, Folk medicine.


 

Introducción

Manuel de Jesús Pérez es un hombre de pequeña estatura que nació el día que asesinaron al caudillo colombiano Jorge Eliecer Gaitán, un nueve de abril de 1948. A sus 62 años, este hombre, originario del municipio de Sincé en el departamento de Sucre y al cual debe su apodo de "Manuel Sabana", es uno de los curanderos de mayor reconocimiento en la región rural del Valle del río Cimitarra a donde llegó hace 35 años, haciéndola su hogar. Sin embargo, él no se considera un "curandero profesional", ya que este quehacer no es su profesión ni vive de ello. Es un campesino que se dedica a trabajar la tierra, y el poder curar lo hace por, como él lo siente, ser un "instrumento de Dios" para ayudar al otro cuando tienen algún tipo de dificultad. Sabana aprendió a curar la "fractura, picada o mordedura de culebra" siendo muy joven cuando un viejo curandero le vio ánimo, las ganas y el deseo de hacer el bien a los demás. A los diecisiete años le enseñó el poder del "secreto" y de diferentes yerbas para curar. Desde esa época, lo ha hecho con más de ochenta personas que han sufrido accidentes ofídicos en el Valle.

El accidente ofídico es causado por la mordedura de serpientes que poseen e inoculan sustancias tóxicas, que lesionan los tejidos y provocan alteraciones fisiopatológicas de la víctima; su frecuencia y gravedad hacen que tengan importancia para la salud pública. En Colombia, dada la variedad topográfica y flora es frecuente encontrar serpientes hasta los 2.500 msnm, siendo un problema importante. Por lo anterior, este evento es de obligatoria vigilancia epidemiológica desde 2004; siendo notificados durante el 2006 hasta 2784 casos de accidentes ofídicos. Dentro de los departamentos de mayor presentación del evento fueron los que conforman el Valle del río Cimitarra: Antioquia, Santander y Bolívar.1

A pesar del desarrollo del suero antiofídico para el tratamiento, en esta región su acceso por parte del campesinado es bastante bajo. Esto ocurre porque en esta zona, además de ser rural y selvática apartada de los principales centros poblados, es inexistente la prestación de servicios sanitarios y el desplazamiento a las cabeceras municipales es difícil. Se suman los problemas de orden público producto del desarrollo del conflicto social y armado, y el abandono estatal.

Mediante el relato biográfico,2 este humilde campesino describe como cura a las víctimas de estos reptiles con una combinación de conocimientos campesinos tradicionales trasmitidos y aprendidos de forma oral; y de forma determinante, la fe en Dios. En su narración se puede comprender como las prácticas tradicionales para la curación se sustenta en la teoría del desbalance del frío y el calor en el cuerpo. Esta creencia sustenta varias prácticas tradicionales frente a diferentes eventos como es el caso de la atención del parto por parte de las parteras tradicionales de la región.3 Otra creencia explícita en el relato es la curación mediante el poder divino.

En el caso de la primera, Molina4 refiere que, de acuerdo a los principios de la teoría humoral, las nociones de frío y calor hacen alusión tanto a valores térmicos como a los metafóricos; teniendo como principio mantener el equilibrio térmico del cuerpo para conservar la salud. La segunda creencia, el poder divino, la palabra que "cura" responde a la idea de que ésta, así como los pensamientos e intenciones son sustancias que fluyen de un emisor y penetran en el cuerpo de la persona a la que va dirigida; actualizando el poder de las figuras míticas invocadas y tienen la capacidad enunciada en los rezos para deshacer o expulsar la enfermedad-sustancia que se encuentra en el cuerpo enfermo.

Este artículo no pretende juzgar la utilidad de las prácticas tradicionales de salud para la curación de los accidentes ofídicos frente a la validez ya comprobada del suero antiofídico. Sin embargo, si es legítimo aclarar que, a pesar de no haberse estudiado la efectividad de estos saberes campesinos, los habitantes del Valle del río Cimitarra mantienen un fuerte arraigo y confianza en ellas dada su seguridad en la curación. Además, es preciso comprenderlas en el marco de un colectivo que sobrevive en las complejas condiciones de vida ya descritas. Así, las prácticas tradicionales de salud son un recurso imprescindible para su subsistencia, y en muchas ocasiones, el único.

Este manuscrito se convierte en la tercera entrega acerca de las prácticas de cuidado de diferentes agentes de salud de la región del Valle del río Cimitarra.5,6 Forma parte de los resultados parciales de la propuesta investigativa a mediano plazo "Reconstrucción de la memoria colectiva de los cuidados para la salud de la población rural del Valle del río Cimitarra, Magdalena Medio-Colombia".7

 

Bibliografía

1. Instituto Nacional de Salud, Colombia. Protocolo de vigilancia de accidente ofídico. Bogotá: 2007: 1-19.         [ Links ]

2. Amezcua, Manuel; Hueso MontoRo, César. Como elaborar un relato biográfico. Arch Memoria, 2004; 1. Disponible en: <www.index-f.com/memoria/metodología.php> [Consultado el 20.1.2006]         [ Links ] .

3. Laza, Celmira. El saber de la partera tradicional del Valle del río Cimitarra: cuidando la vida. Avances en enfermería 2009; 27(2). Disponible en: <http://www.enfermeria.unal.edu.co/revista/articulos/xxvii2_12.pdf> [Consultado el 23.1.2010]         [ Links ] .

4. Molina, Anatilde. Etiologías, síntomas y eficacia terapeútica. El proceso diagnóstico de la enfermedad en el noroeste argentino y Cuyo. Mitológicas 2001; 16: 9-43.         [ Links ]

5. Laza, Celmira. Irene Galeano: El saber de una partera tradicional del Magdalena medio. Index de Enfermería, 2008; 17(4). Disponible en: <http://www.index-f.com/index-enfermeria/v17n4/6721.php> [Consultado el 27.3.2009]         [ Links ] .

6. Laza, Celmira. Cuidando desde el saber cultural: experiencia de un agente tradicional del Valle del Río Cimitarra. Temperamentvm 2009; 9. Disponible en <http://www.index-f.com/temperamentum/tn9/t7030.php> [Consultado el 28.1.2010]         [ Links ] .

7. Laza, Celmira. Reconstruyendo la memoria colectiva de los cuidados para la salud en el Valle del río Cimitarra: una propuesta investigativa. Ciencia y Enfermería 2009; 15 (2): 19-25.         [ Links ]

 

 

Manuscrito recibido el 16.2.2010
Manuscrito aceptado el 6.6.2010

 

 

RELATO BIOGRÁFICO

LA FRACTURA DE CULEBRA. Acá en el Valle hay muchas culebras, por cualquier lado que valla. Está la patoquilla, la Talla X, el patoco que es peligroso porque lo puede ver a usted a cuatro metros y le brinca. Está la coral, la veinticuatro, la mata goga que le dicen mapana. La coral viene negra, blanca y amarilla. Ella es muy mansita pero es brava cuando muerde.

Todos los venenos son iguales. El veneno es una cosa, como un suero, como una leche. Entonces, eso se le introduce a uno en las venas, entre cuero y carne, y no le coge de una vez. Y entonces eso le corre por todo el cuerpo a la persona.

Eso le causa a la persona. ¿Usted nunca en la vida se ha tomado sus cervecitas así o un aguardientico? ¿Cuando usted se siente como mariaita, no borracha, como mariadita, que usted ya el cuerpo le va cogiendo, así? Bueno así es la culebra. Le va dando como calor y le va cogiendo el cuerpo de una vez. Entonces, eso se le llega el momento y le da como una dormidera en el cuerpo y la persona se va acabando lentamente, lo va matando lentamente el veneno de la culebra. Le produce pasmo a cualquiera y el pasmo lo mata a uno. La persona se hincha por el pasmo y eso hay que sacárselo. Si no le saca el pasmo, lo mata.

LA INVOCACIÓN DIVINA PARA PEDIR PERMISO AL SEÑOR. Yo no soy un curandero profesional. Yo me considero, que yo por lo menos, soy creyente y yo le pido a Dios. Poniendo una comparación, le voy a hablar correctamente en este sentido. Yo he curao muchas personas que me tienen fe. Yo le digo a la persona que no me tenga fe a mí, que le tenga fe a Dios, que Dios es el de la voluntad. Él es el que hace las cosas.

Yo por lo menos, a una persona cuando lo muerde una culebra, entonces me van a buscar y yo voy. Pero bueno, yo antes de llegar a donde la persona a tratarlo, yo salgo y me arrodillo; y entonces yo cojo tengo una devoción, yo cojo y empuño las manos y hago fuerza y si a mí se me corren las lagrimas, me da permiso pa curarlo. Ya nuestro Señor bendito, y no soy evangélico, ya Él ha puesto las manos y le pido yo que lo haga por Él y no por mí. Entonces ahí, vengo yo y lo curo.

Si, mejor dicho, cuando yo le termino de pedir a Dios y si a mí se me corren las lágrimas, ya nuestro señor Jesucristo le puso las manos y voy a ponérselas yo porque sé francamente que lo puedo curar, que Él me va a dar el poder a mí. Si yo por lo menos, no se me corren las lágrimas le digo que se lo lleven para el médico porque el Señor ya no me tiene fe. No, Él no cuenta con lo que yo le voy hacer. Entonces, yo les digo que no los puedo curar.

Curar a un picao de culebra es el milagro que Dios me presenta a mí por delante. Claro, eso es un milagro porque usted sabe que o usted ha oído decir que si a alguien lo muerde una culebra está en brazos de la muerte, va pal cajón. Porque para mí, el espíritu de uno para mí, es la sangre y el veneno entra en la sangre y corre por todo el cuerpo de la persona y enfría la sangre.

EL SECRETO PARA CURAR EL FRACTURADO DE CULEBRA. Y llego ya después que hago la devoción y lo secreteo. Yo no cargo imagen, no cargo nada. La devoción de nuestro señor Jesucristo y el secreto que son palabras de Dios. Si quiere, yo se lo muestro.

"Por su santo nombre, curaré toda clase de veneno de animales ponzoñosos y siendo casi la palabra de Dios y María purísima que es tan grande digo porque lo sé. Por el nombre de Jesús, María y José que por Dios padre y María, San Pedro y San Pablo, dos seres tan milagrosos sacan el veneno de este animal ponzoñoso. Amén".

Eso es una oración que es mía y no está escrita ni en la Biblia.

SACAR EL VENENO EL FRÍO DEL CUERPO. Entonces, yo vengo y le examino el pie y le pongo una chupadera y se le deja aproximadamente dos días para que esa chupadera chupe el veneno. Eso le saca el veneno de la culebra pa fuera. La chupadera y el trapito con que se amarra a la pierna se sopla. El veneno se pega a la planta y entonces después, uno se lo arranca y sale con el veneno.

Las chupaderas se pueden hacer con el guaco y la caña. El guaco, usted llega y coge y lo machaca y lo pone al calor del fogón de leña a calentar en una olla. Y entonces, después, usted le unta aceite de comida; y después en eso hace el parche y lo amarra ahí.

La caña de panela, sí, usted llega y la coge así y la partió a la mitad y queda así la chupa. O también de limón. Vea, una vez una señora la picó una patoquilla y ella rabiaba del dolor. Tenía los dos colmillos marcados en la mano. Yo le dije al hijo: "valla, búsqueme un limón criollo y lo moche por la mitad", y le puse el limón criollo donde tenía los dos colmillos y se lo puse bien amarradito.

Después, ya si el veneno le ha salido, se le hace un baño o dos baños de puras plantas. Esas plantas las coge uno, va y las arranca de por allá y las soba y entonces cocina el baño. Pa el agua del baño se utiliza la mata andrea, el guaco. Bueno se utiliza rabo de alacrán, se utiliza la hoja de naranjo. Bueno eso se utiliza, para eso se echan poquitas. Las pone a cocinar en un fogón de leña, que no sea de estufa. Bueno, la puso a cocinar y entonces cogió uno y cuando ya eso está hirviendo bastante, que está el agua verde según la candela, una hora o más de una hora, que hierva bien. Después, saca usted dos brazas, dos tizones y los echo adentro prendidos, al baño. Para que siga hirviendo, para que la brasa, el fogaje de la brasa le saque el frío por dentro a la persona, le vaporice los poros. Eso se le echa dos o tres baños, de la hinchazón pa abajo, en la pierna, de donde lo picó pa abajo. Es que el veneno de la culebra causa un frío, porque usted sabe que esas son cosas del animal. Como ese animal se la pasa metido en el monte, debajo de las hojas. Entonces, se le saca el pasmo con los baños calientes.

Ya solo falta darle las plantas que le hacen falta, las tomas que le hacen faltan para matarle el veneno por dentro. Eso se prepara con pura planta de monte y aguardiente. Las tomas se preparan, se compra una botella de aguardiente, la de un litro. Se pone una que se llama Valdivia y la hiel de guagua. Esas son muy calientes y sacan el frío instantáneamente. Eso se coge la botella y se le echa una hiel o dos hiel, completa. La hiel es una contra y la Valdivia una planta, entonces se la echa a la botella. Bueno, entonces eso coge uno la persona que está mala y saco una miguitica y la saco en un pocillito. Eso se le da poco más o menos como decir este pocillito, medio pocillito tintero. Y así, eso es, dura dándole uno la toma por ahí dos días o tres días según esté la persona, se le dan tres tomas al día. Y es que apenas se le dan la toma a la persona, la persona siente el veneno, se le recoge de una vez el veneno y busca las partes para salirse pa fuera. Ya entonces, él busca y la chupadera lo agarra.

LAS PROHIBICIONES En los tres días que se le da las tomas, no puede sofocarse la sangre porque el veneno todavía tiene alguna gota, tiene que quedar rondándole y eso anda, andándole en el cuerpo. No, la persona puede andar, pero tiene que estar pendiente que esos tres días de quien lo esté tratando y estarse tranquilo.

Ahora, esto es muy importante, si la persona ya está fuera de peligro hay que prohibirle y hablarle en serio que no puede tener tratamiento con mujeres, sexo de cualquier tipo. Que no puede hacer feliz a la mujer. Eso se le pone cuarenta y cinco días. Son cuarenta días pero entonces, uno le manda cinco días adelante por si se le olvida. Porque coge el frío de la mujer, así no esté con el período. Es que la mujer es caliente pero conserva el frío. Entonces, le digo yo a usted que en el miembro del hombre, uno al tener el tratamiento con ustedes, uno conserva el frío. Uno llegó, es que eso es natural, llegó uno rararara y ya explotó. Eso entonces, pa uno eso es como una inyección, a lo que ya uno llegó, abajo le corre un frío y ese frío se le conserva. Y por eso se le impide a un picao de culebra que vaya a estar con mujeres, ya para que usted sepa.

De comida no se le puede dar yuca, porque es fría pero en el término de unos diez días. Ni tampoco el huevo porque se puede hinchar.

EL PAGO Yo no cobro para hacer el trabajo. No, no, eso ni pa que. Pero pa que sea efectiva, debe pagar el enfermo, al ánima sola. Eso no más, son tres paquetes de velas al ánima sola y tres Credos no más. Prender tres paquetes de velas al ánima sola, ajá, y decir tres Creo en Dios Padre, así ya.

Yo le dijo a él "haga esto en nombre de la ánima sola, haga esto" y el tiene que comprar las cosas así. Ya no es más y él se alivia normalmente.

 

Vocabulario

Pasmo: frío.
Cajón: ataúd.
Fracturado: picao de culebra: mordedura de serpiente venenosa.
Secreteo: rezar.
Secreto: oración.
Mochar: cortar.
Sobar: frotar.
Brasas o tizones: madera encendida.
Fogaje: calor.
Vaporice los poros: salga por la piel.
Hinchazón: edema.
Hiel: vesícula.
Minguita: poquito.
Pocillito: taza pequeña para tomar café.
Contra: que fortalece contra algo.
Sofocarse: calentarse, acalorarse.
Tratamiento con las mujeres/hacer feliz a la mujer.
Período: menstruación.
Miembro del hombre: pene.
Llegó/explotó: eyaculación.
Ánima sola: espíritu bueno de una persona que ha muerto.

 

Agradecimientos

Al señor Manuel de Jesús Pérez por permitirme acceder a su valioso saber campesino; y a la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, por su apoyo y cofinanciación.