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Chungará (Arica) - LA CERÁMICA CERRO LOS HORNOS, PRESENCIA INKA EN LA COSTA DE TACNA, SUR DEL PERÚ

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Chungará (Arica)

versión On-line ISSN 0717-7356

Chungará (Arica) v.36  supl.espect2 Arica sep. 2004

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-73562004000400031 

Volumen Especial, 2004. Páginas 935-942
Chungara, Revista de Antropología Chilena

LA CERÁMICA CERRO LOS HORNOS, PRESENCIA INKA EN LA COSTA DE TACNA, SUR DEL PERÚ
 
 

Carlos Vela Velarde*

* Centro de Estudios Sociales del Perú, Tacna. Los Geranios 65 Urb. Pescacerolli Tacna. cwella@latinmail.com


Se estudia el sitio Cerro Los Hornos, ubicado en la costa de Tacna, sur del Perú. Presenta cerámica con filiación Inka Imperial o Cuzco Policromo, pero de fabricación local; esta presencia cultural es consecuencia del proceso de expansión Inka a la costa sur del Perú, la cual establece relaciones con la sociedad local.

Palabras claves: Presencia Inka, cerámica Inka, sociedad local, cerámica local.
The place studied is Cerro Los Hornos located in the coast of Tacna, south of Peru, presents ceramic with filiation Inka Imperial or Cuzco Policromo, but of local production; this cultural presence is consequence from the process of expansion Inka to the southern coast of the Peru. Relationships settle down with the local society.

Key words: Inka presence, Inka pottery, local society, local pottery.


El sitio arqueológico Cerro Los Hornos se ubica en Boca del Río, distrito de Sama, Las Yaras, Departamento de Tacna, en un sector denominado "Los Hornos". Este sitio era desconocido para la comunidad científica hasta fines de la década de 1990 y nos deparó especial significación, pues hasta entonces no se tenía información sobre la presencia Inka en la costa de Tacna. Debido a esto, y al potencial arqueológico del sitio, decidimos afrontar el estudio.

Esta investigación se basa en el supuesto básico de que la presencia Inka en la costa de Tacna puede ser percibida como una cerámica que copia los atributos de la cerámica cuzqueña; sin embargo, ésta es fabricada con materia prima y técnicas locales.

La hipótesis es que el sitio Cerro Los Hornos está relacionado con la presencia Inka como consecuencia del proceso de expansión Inca a la costa sur del Perú. Tacna, a través de su historia, ha tenido sucesivas presencias culturales: Tiwanaku, Inca, aymará, española, italiana, norteamericana, asiática, etc., en un espacio y tiempo definidos; no obstante, siempre ha estado vigente el problema de la identidad. La costa de Tacna fue el punto de encuentro de varias presencias e identidades.

La presencia Inka en el sur del Perú engrosó sistemas de relaciones con las poblaciones locales y todavía se observa la impronta cultural en los espacios protagonistas de ese proceso. Es conocido que muchas de las conquistas incas fueron resultado de acciones militares, pero en los valles del sur y su litoral; la presencia Inka se manifiesta de forma pacífica, donde la introducción de la mita debió dinamizar la economía local. Sin embargo, el proceso de "incanización" se limitó debido que, al mantener sus identidades las poblaciones locales, se sustentaba la complementariedad económica y gracias a transacciones económicas se lograba mayor productividad.

El sistema de enclaves que adoptó el estado Inka no supone necesariamente una continuidad territorial; el objetivo no era conquistar territorios ni poblaciones, sino influir y hegemonizar en el modo de producción existente y hacerlo girar para sus intereses, y en función de su desarrollo agrícola se instalaron en tierras adecuadas para el maíz, papa, yuca, legumbres, coca, ají; siendo los recursos del mar un atractivo especial, pues además del aporte a la alimentación que brindan pescados, mariscos, mamíferos, algas, etc., las excretas de aves marinas y el guano de isla fueron aprovechados como fertilizantes en la agricultura. Así se diseñaron estrategias para incluir estos espacios a su orden económico.

Las crónicas en su mayoría señalan que los Inkas se expandieron a esta zona a mediados del siglo XV (1440-1450), como consecuencia del éxito de las campañas militares del Inka Pachacutec en el altiplano puneño. Señalan las crónicas que estos territorios fueron visitados por los Inkas Tupac Yupanqui y Huayna Cápac hacia fines del siglo XV (Cieza 1553; Cobo 1653; Sarmiento 1572)1.

Existe el criterio de sustentar la presencia Inka en los valles costeros del sur, como consecuencia de la acción de mitmakunas de estirpe altiplánico.

Cúneo Vidal (1977 [1919])2 planteaba que las poblaciones de los valles de Caplina y Azapa estaban relacionados con los "Cacicazgos de Chucuito", sugiriendo que estas poblaciones eran una especie de "islas" o "colonias" altiplánicas.

El proceso de complementariedad en los Andes ha sido estudiado desde la óptica de la etnohistoria (Murra 1975; Rostowrowski 1986, 1988) y la arqueología (Bawden 1990; Moseley 1990; Mujica et al. 1983; Muñoz et al. 1987; Schiappacasse y Niemeyer 1989 y Stanish 1990, entre otros)3.

El Sitio Arqueológico Cerro Los Hornos

El sitio arqueológico Cerro Los Hornos se ubica en el Centro Poblado Mayor, a 5 km al norte de Boca del Río y frente al poblado de Tomollo Beach, en la Cordillera Costanera, hacia la playa Los Hornos, departamento de Tacna (UTM N7994.0, E321.50). Tiene una ubicación estratégica, pues desde el oeste se comunica con el valle de Sama, y desde lo alto del cerro se observa el litoral, que entonces estaba poblado por grupos de pescadores. Desde el emplazamiento se observan varios senderos que cruzan el cerro y se dirigen hacia el valle y el litoral. En este sitio se aprecian tres diferentes sectores: vivienda, enterramiento y basurales, que son características de un asentamiento permanente.

El sitio no presenta estructuras arquitectónicas o monumentos, pues la arquitectura doméstica fue de casas de caña (quincha); el sitio se encuentra dispuesto en varias pequeñas quebradas donde se observan tumbas soterradas circulares (cisto), las que en su mayoría están disturbadas por los "huaqueros".

Hay basurales arqueológicos que tienen abundantes huesos de pescados, huesos de camélidos, conchas de mariscos, huesos de mamíferos marinos, restos de vegetales como cucurbitáceas, maíz, chañar, maderas, restos metálicos, además de fragmentos de cerámica, puntas de proyectil, cuentas de collar. En el sitio, los materiales se encuentran dispersos en un radio de 300 metros aproximadamente.

La Cerámica de Cerro Los Hornos

El perfil ceramológico en Tacna se inicia con la cerámica El Atajo, que es de forma globular y con antiplástico vegetal. Esta cerámica se relaciona con un fechado de 580 d.C. (Gordillo 1993, 1996)4, es decir, dentro del llamado período Formativo, pero en sus postrimerías. Todavía no se cuenta con evidencias concretas de cerámica más temprana relacionada al período Arcaico Tardío. La cerámica del período Formativo presenta antiplásticos vegetales; en la secuencia aparece la cerámica emparentada a Tiwanaku, es una expresión local, y mejora tecnológicamente con respecto a la cerámica El Atajo; sin embargo, no tiene la calidad de la cerámica de la capital tiwanaquense. La alfarería post-Tiwanaku tiene despliegue de formas y diseños muy elaborados; sin embargo, sus componentes siguen siendo materiales locales, constituyendo el cuarzo y la pirita los principales antiplásticos. La cerámica Cerro Los Hornos es de filiación Inka y manifiesta dos variantes: una con antiplásticos finos y arcilla de buena calidad, y otra con variados antiplásticos y arcilla poco refinada.

Podemos observar que en varias etapas del desarrollo cultural de Tacna hay poca especialización en el trabajo alfarero. Específicamente, en la cerámica Cerro Los Hornos se observa una tendencia para continuar las técnicas locales, lo que sugiere una escasa dinámica cultural y tal vez reducidos vínculos o contactos con otros centros artesanales como Cerro Los Hornos y la asimilación de la tecnología local por los alfareros mitmaqs.

La estratigrafía demuestra, en relación a la densidad de materiales, que los estratos más profundos tienen más material, consecuencia de una mayor población y el paulatino despoblamiento del sitio. El color que predomina en la cerámica es el marrón, sobre todo en el nivel III; este color es característico de la cerámica sencilla. Consecuentemente, en los niveles III y II, hay una tendencia por el tratamiento no refinado como el bruñido, observando el incremento del alisado y el pulido en los niveles más superficiales.

La manufactura predominante en todos los niveles es el modelado. Los antiplásticos que predominan en el nivel III son: cuarzo, arena, mica, pirita, no así en los niveles II y I; esto explica la combinación de técnicas muy locales, logrando una cerámica Inka muy sencilla, además de una "imitación cuzqueña", la cual no tiene la densidad de la anterior. La cocción se combina entre oxidante (en el nivel más superficial) y la cocción reduciente y mixta en los niveles II y III, es decir, se observa que en un primer momento no se da una refinación de materiales ni de tecnologías, y que esta población lograría un desarrollo máximo, que luego sería trastrocado con los cambios generados durante la época colonial, cuando se produce el despoblamiento de la costa de Tacna.

A esta cerámica la podemos vincular con el estilo Cuzco Policromo o Inka Imperial según Rowe (1944), pero se trata de una imitación, es decir, es una cerámica que copia las formas típicas como aríbalos, platos o escudillas, tazones, ollas, jarras, cántaros de la cerámica Inka Cuzqueña. Esta cerámica imitación Cuzco Policromo presenta un engobe anaranjado, tiene una pasta de color naranja o rojiza y con una textura muy fina; el tratamiento de su superficie exterior es muy delicado, es un alisado y/o pulido horizontal, su cocción es oxidante y muy bien controlada.

Los diseños suelen ser geométricos, simbólicos, entre estos los que más se repiten son bandas verticales que combinan colores; hay diseños de grecas o ganchos, ondas como los típicos "helechos", y diseños de pequeños triángulos. La decoración presenta colores como el negro N3/0; crema beige 2.5 y 8/3; anaranjado rojizo 2.5 YR 5/8; anaranjado claro 7.5 YR8/8. El engobe es color anaranjado 5YR 6/8.

En los fragmentos de aríbalos se observa una aplicación escultórica que representa la cabeza de un murciélago; los cuellos tienen forma de bocina o trompeta además de unas aplicaciones en el borde a manera de protúberos.

Se obtiene otro grupo de cerámica que por su forma nos señala ser utilitaria, es decir, doméstica. Lo constituye un grupo definido de vasijas globulares que mayormente no presenta engobe, o éste fue aplicado muy diluido; las piezas utilitarias superan en tamaño a las decoradas "imitación Cuzco", pues su función fue almacenar líquidos o preparar alimentos. Esta cerámica tiene una pasta porosa y también antiplásticos de granos de cuarzo y arena.

En la cerámica sin engobe, se observan especies de ollas, cántaros y aríbalos, por lo que podemos decir que hemos detectado otro grupo ceramográfico o alfar, que se describirá más adelante. En general, esta cerámica sin engobe tiene una pasta granulada, su cocción es oxidante y/o reduciente y sin control, se observan con frecuencia manchas negras por falta de control en la cocción.

La cerámica Inka (con engobe) a plasmado posee una pasta muy fina y de mejor calidad que la cerámica de los estilos de los Desarrollos Locales o post-Tiwanaku que convivieron con los grupos incaicos; se observan fragmentos de aríbalos que tienen diseños Gentilar (ganchos), que pueden ser resultado de la asimilación de elementos culturales o tal vez de la integración con la población local y la consecuente fusión entre ellos.

La Producción Alfarera

Se han identificado dos conjuntos tecnológicos en los materiales cerámicos de Cerro Los Hornos. En un muestreo estratigráfico se pudieron definir los dos alfares, tomando en cuenta parámetros tecnológicos y culturales que describiremos más adelante.

El alfar 1. Es una pasta anaranjada, que tiene como antiplástico arena, su textura es media o fina; presenta engobe o tal vez un pulido, la manufactura es a base de moldeado, su porosidad es compacta, la cocción es oxidante muy controlada; corresponde a las formas identificadas en la recolección superficial como son los aríbalos, escudillas, tazones y demás formas del estilo Cuzco policromo, los que tienen decoración con variedad de diseños y color.

El alfar 2. Corresponde a una pasta de color marrón o marrón negruzco, con inclusiones de cuarzo, arena y excepcionalmente mica; esta cerámica tiene una textura gruesa y granulada, presenta una cocción reduciente o mixta, el tratamiento acusa brochado con artefactos vegetales y bruñido, no tiene engobe, la manufactura es de modelado, la pasta es muy porosa; esta cerámica es básicamente utilitaria; sus ollas y cántaros son destinados a actividades domésticas; en la recolección superficial se han ubicado varios fragmentos de aríbalos con esta pasta, es decir, formas típicas de la cerámica Cuzco policromo pero de fabricación local; esta cerámica por sus porcentajes de deposición expresa su popularidad; hay muchos fragmentos que tienen hollín que comprueban su uso.

Análisis Estratigráfico

En los cortes o pozos realizados se ha generalizado una estratigrafía, donde es posible establecer una cronología relativa; así se puede definir que Cerro Los Hornos antes de la presencia Inka estuvo desocupado, pues antes de los estratos con filiación Inka se observa el estrato de tierra estéril culturalmente, por lo que se trata de una sola ocupación debido que luego suceden estratos con materiales Inka de uso utilitario y la cerámica imitación Cuzco; tanto en estratigrafía como en superficie no se encuentran materiales posteriores al Inka (colonial).

Estratigrafía de un Basural

Nivel I. En la superficie se tienen fragmentos de cerámica Inka decorada y sin decorar, el nivel es de color plomo y su textura es muy suelta, tiene conchas de mariscos, espinas de pescados, maderas, restos de maíz, semillas de zapallo, coprolitos de camélidos, la cerámica (fragmentos) decorada es un 60% y cerámica sin decorar 40%.

Nivel II. Este nivel ostenta una coloración más oscura, debido a la mayor concentración de materia orgánica y mayor densidad de materiales arqueológicos. Hay abundantes espinas de pescado, conchas de marisco como lapa, locos, choros, Choromytilus chorus (especie ya extinguida en la zona); huesos de camélidos, restos de maíz, calabazas, zapallo, coprolitos de camélidos. Se observan fragmentos textiles; cerámica con engobe naranja (Inka), además de cerámica sin decorar que tiene mayor concentración, pues la decorada se presenta en un 30% y la sin decorar en un 70%; se tienen fragmentos metálicos en cobre, así como plumas de aves marinas, maderas y restos de "quinchas" desechas, este nivel tiene mayor densidad de materiales.

Nivel III. Este nivel presenta una textura más suelta, la deposición de materiales es similar, pero se diferencia del nivel II por tener una textura más suelta y una coloración marrón negro; se encontraron fragmentos Inka con engobe naranja, además de cerámica sin decorar. Se halló una pieza de metal (tumi). Hay abundantes conchas de mariscos, vértebras de pescados, y restos vegetales (maíz, zapallo, chañar, etc.), restos de carrizos, maderas, cucharas, esteras, además de textiles de color marrón con decoración en bandas.

Estratigrafía de un Contexto Doméstico

Se tomó una unidad relacionada con un muro de cañas (quinchas).

Nivel I. Este nivel tiene una coloración marrón-rojizo, su textura es suelta, con vegetación silvestre vinculada con el fenómeno del Niño; en el nivel superficial, hay conchas de mariscos pero no material cultural; su espesor medio es de 5 cm.

Nivel II. Tiene como interfase raíces de vegetación silvestre, barro y manchas de ceniza; se observan materiales arqueológicos como cerámica, maderas, huesos de camélidos, espinas y vértebras de pescados, conchas de mariscos, restos de carrizo; también se encuentran restos de maíz.

Nivel III. Siguiendo la profundización, la tierra se torna más compacta y aumenta la densidad de materiales, como restos de maíz, conchas de mariscos, fragmentos de cerámica decorada y sin decorar. Se observa un muro de cañas (quinchas) que tiene palos verticales y horizontales con amarras que envuelven cuatro palos o carrizos. La compactación debe ser el piso de la unidad doméstica el cual tiene una coloración marrón oscuro.

Descripción de la Arquitectura Doméstica

Las observaciones de la arquitectura se limitan a sondeos; sin embargo, se puede definir la "quincha" como la principal característica constructiva. Es conocido que la arquitectura Inka destaca por el elaborado trabajo en piedra, inclusive en sitios alejados de su capital, pero en la costa las poblaciones Inkas se adaptaron a las condiciones de la zona, construyendo sus casas a similitud de la arquitectura de las poblaciones locales.

En el norte de Chile, la aldea de Cerro Sombrero (Muñoz 1981) presenta muros de quincha; en el sector de Pampa Alto Ramírez (Piazza 1981)5 describe casas con muros de "quincha", siendo éstas las de mayor recurrencia, habiendo unidades que combinan la quincha con los muros de piedra no labrada. Cerro Los Hornos presenta quinchas de carrizos amarrados con fibra vegetal, la cual une grupos de cuatro carrizos, y también carrizos dispuestos horizontalmente.

Descripción de la Arquitectura Funeraria

En este aspecto, nos limitaremos sólo a una descripción. Las tumbas que se observan son del tipo fosa, es decir, no presentan mayor preparación. Estas tumbas presentan un perfil cilíndrico, ampollar o bursiforme, las bocas son circulares y no exponen elementos constructivos como anillos, ni los parámetros de las tumbas cisto.

Se observa que, en su gran mayoría, estas tumbas están disturbadas por los "huaqueros", pero se aprecian maderas que sirvieron como tapas; estas observaciones se basan en tumbas disturbadas, las cuales tienen en su interior mucha basura y materiales deteriorados. El análisis de la arquitectura funeraria merece estudios específicos que serían materia de otras investigaciones.

Estudio de Materiales Diversos

En la exploración del sitio se pudieron observar varios objetos dispersos fuera de contexto, pero muy valiosos como indicadores culturales. Entre ellos, los más representativos son los objetos metálicos; tienen formas típicas Inka, como tumis y prendedores. Se observó una espátula de uso alucinógeno, así como anzuelos y lienzos, los que en general son de filiación Inka. Estos objetos de metal tienen una oxidación que presenta una coloración verde, característica de los materiales de cobre.

Los especímenes líticos recolectados son escasos. Las puntas de proyectil tienen forma triangular con pedúnculo, las que por su espesor fueron elaboradas para la pesca, como arpón o tal vez como armas; estas puntas son de cuarzo y, por sus atributos, típicas de los períodos tardíos. También hay cintas de collar o shakiras de coral y cerámica las que se encuentran dispersas y fuera de contextos cerrados.

Interrelaciones Culturales en el Sitio Cerro Los Hornos

Cuando los Inka se instalaron en el valle de Sama, encontraron una población diseminada por todo el valle, además del litoral. En las estribaciones de Sama existen varios sitios con evidencia Inka (Gordillo 1993, 1996), es decir, la zona de valle serrano, en Sitajara, Yabroco; en la parte media del valle se hallan varios sectores Inka: Sama la Antigua, Yalata, Pampa Julia (Trimborn 1975), estos sitios están relacionados con campos agrícolas. Este valle es valioso por su producción de maíz, algodón, zapallos, calabazas, ají, además de árboles como el chañar y el molle que brindan maderas.

El litoral de Tacna posee una serie de sitios, como El Calvario, Boca del Río, Tomollo, Los Hornos, Quebrada de los Burros, La Lobera, Punta Meca, los cuales presentan materiales de los estilos San Miguel, Pocoma, Gentilar y Maytas; es decir, fueron poblaciones con un complejo componente étnico, y varias identidades interactuantes.

Las evidencias arqueológicas en Cerro Los Hornos expresan una clara ocupación Inka. Tanto en la superficie como en la estratigrafía, como ya se explicó en el análisis de cerámica, existen materiales de los estilos post-Tiwanaku, lo que nos sugiere una integración económica y cultural Inka con las poblaciones que ya estaban en el litoral y en el valle de Sama.

Cerro Los Hornos debió ser un punto estratégico en la economía Inka de la zona, además de su ubicación geográfica, pues siempre los sitios Inka están instalados en lugares estratégicos, por lo que Cerro Los Hornos fue parte de una planificación económica y sociopolítica, de tal forma que las poblaciones Inkas del valle de Sama aprovechaban la agricultura. Cerro Los Hornos estaba relacionado con la actividad pesquera, es decir, la economía Inka planificó un control de pisos ecológicos en el valle de Sama.

La presencia Inka en el litoral de Tacna manifiesta que las poblaciones locales permanecieron con sus identidades, y no estuvieron interesadas en lograr una total asimilación al incario, pues así realizaban transacciones comerciales, consolidando sus influencias políticas, que a la postre influirán en una actividad económica más dinámica.

Nuestra investigación en Cerro Los Hornos nos aproxima a entender un sistema económico diseñado por las poblaciones Inka, en el valle de Sama. La información etnohistórica advierte la presencia de grupos dedicados a la agricultura y a otras actividades, como la recolección de guano de islas y los recursos de mar (esta zona del litoral se relaciona con el valle de Sama), como lo han señalado Barriga (1946), Cavagnaro (1994a y b) y Rostowrowski (1981, 1986)6.

En sus aspectos infraestructurales, Cerro Los Hornos establece una relación con el medio ambiente que lo circunda, porque la cultura define la relación del grupo humano con la naturaleza, y fruto de esta dialéctica hombre-naturaleza devendrá la cultura; así un sitio arqueológico es una creación cultural del colectivo social que habitó el asentamiento.

Realizadas las exploraciones en el sitio, observamos que este no está adyacente a zonas productivas (campos agrícolas, ganadería, caleta de pescadores, etc.). Sin embargo, se encuentra en una ubicación geográfica estratégica, pues puede controlar el litoral que estaba poblado por grupos de pescadores locales; además, desde Cerro Los Hornos la comunicación con el valle de Sama es más rápida. Hay una serie de senderos que comunican el sitio con el valle y con el litoral; esto, y los materiales arqueológicos junto a la deposición en los basurales ya explicados antes, sugieren que Cerro Los Hornos fue un lugar donde se realizaban transacciones económicas. La presencia significativa de coprolitos de camélidos en los basurales nos señala que existieron muchos animales que debieron servir para el transporte de productos del mar hacia el valle y viceversa.

Exploraciones y reportes de investigadores de la costa de Tacna mencionan la presencia de materiales arqueológicos de los denominados grupos locales, siendo hasta ahora Cerro Los Hornos el sitio con la mayor presencia de materiales Inka, por lo que debió cumplir un rol específico.

Cerro Los Hornos presenta un patrón de asentamiento que difiere de los sitios que se encontraban en la costa de Tacna y que corresponden a los llamados grupos locales del período Intermedio Tardío, pues están ubicados en la línea de playa, en las desembocaduras de ríos, mientras que Cerro Los Hornos se asentó en la cima de un cerro. Esto define otra estrategia y otro sistema de relaciones culturales. La recurrencia poco significativa de materiales de los grupos locales establece la identidad y la filiación del sitio Cerro Los Hornos, y define la asociación cultural.
Cerro Los Hornos es un sitio con indicadores de la presencia Inka en Tacna; sin embargo, esta expresión cultural fue ligera, es decir, no se produce un total proceso de "incanización", pues los grupos locales coexisten y desarrollan relaciones de complementariedad con la población Inka.

Conclusiones

El sitio Cerro Los Hornos manifiesta la presencia Inka en la costa de Tacna, tanto en sus aspectos estratigráficos como cerámicos. En el primero, la estratigrafía presenta elementos de filiación incaica y no se observan elementos de los grupos locales ni del período posterior (colonial). En el segundo, se presentan similitudes con el estilo "Cuzco Policromo", pero de fabricación local. La cerámica Cerro Los Hornos presenta dos variantes: una decorada policroma con buena manufactura, decoración y formas típicas de cerámica "Cuzco Policromo", su pasta es fina, su cocción es oxidante muy bien controlada. La otra variante es una cerámica que copia las formas de la Inka, pero no presenta decoración exponiendo manufactura y acabado muy descuidados, con un engobe muy diluido y una materia prima muy sencilla.

El sitio Cerro Los Hornos tiene una cronología relativa ubicable entre mediados del siglo XV y mediados del siglo XVI, en el denominado periodo Tardío. Fue un sitio de ocupación permanente, con una economía variada aprovechando recursos marítimos, de la agricultura y ganadería, además de una variada artesanía.

Mediante un estudio global se puede entender el proceso de complementariedad en su dimensión cultural y política con relación a las poblaciones locales, pues a lo largo del valle de Sama existen varios sitios con filiación Inka relacionados a los asentamientos locales en el valle y en el litoral.

Cerro Los Hornos responde a un proceso de asentamiento diseñado por la estrategia de la expansión Inka. Además expresa que, por este motivo, la población Inka establece vínculos económicos con los lugareños; no se desarrolla un proceso de`"incanización", pues al mantenerse las identidades locales permite el desarrollo de una economía más dinámica.

 

Notas

1 En general la mayoría de cronistas plantea que los territorios del Altiplano fueron objeto de sangrientas batallas y de esta manera se conquistó a la población kolla, facilitando la conquista de los valles occidentales.

2 Los estudios de etnohistoria plantean que los territorios de los valles occidentales fueron una especie de islas o colonias de los reinos altiplánicos y que tenían sistemas de influencias y hegemonías y que esto facilitó la asimilación de la sociedad Inca en su expansión.

3 Los estudios de arqueología en los valles occidentales del área Centro Sur Andina plantean en general el desarrollo de relaciones de complementariedad, intercambio, reciprocidad en directa relación con el medio ambiente y en la prehistoria tardía se desarrollan varios grupos étnicos con sus propias identidades culturales, los cuales desarrollaron una relación de convivencia con las poblaciones incas o mitmaqunas.

4 Vela y Gordillo en sus investigaciones en el valle del Caplina definen cerámica correspondiente al Horizonte Medio y al período Formativo respectivamente. Vela plantea que es en el período Postiwanaku cuando este valle experimenta un aumento poblacional y un poblamiento intensivo y extensivo como también un aumento en la producción agraria.

5 Sus investigaciones en el valle de Sama establecen la presencia de sitios incas en asociación a sitios de la sociedad local, Gordillo ubica sitios en la parte alta del valle, en la zona de Sitajara, Yabroco y Susapalla. Por su parte, Trimborn ubica sitios en la parte media y baja del valle, sumándose a ello los estudios de este autor en la costa (Cerro Los Hornos) se puede justificar el desarrollo de un control de pisos ecológicos como un planeamiento estratégico y un aprovechamiento sostenido de los recursos naturales en adición a un sistema de relaciones de complementariedad entre la sociedad local y la sociedad inca.

6 Los estudios de etnohistoria plantean que el valle de Sama fue en la prehistoria muy rico por su producción agrícola,
siendo el recurso maíz, ají, calabazas, algodón, de importancia, sumándose a ello la existencia en la costa de varios islotes con guano de isla (fertilizante agrícola) y sumándose a ello el poblamiento intensivo de este valle como de su litoral costero y el recurso de lomas, los cuales aportaba una variedad de recursos naturales.

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