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Magallania (Punta Arenas) - La pista médica del desastre de la expedición de Sarmiento de Gamboa al Estrecho de Magallanes

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Magallania (Punta Arenas)

versión On-line ISSN 0718-2244

Magallania vol.39 no.2 Punta Arenas  2011

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22442011000200001 

MAGALLANIA (Chile), 2011. Vol. 39(2):5-13

ARTÍCULO

La pista médica del desastre de la expedición de Sarmiento de Gamboa al Estrecho de Magallanes

The disaster of Sarmiento de Gamboa's expedition to the Magellan Strait: A medical Clue

 

RAFAEL DOMÍNGUEZ MOLINOS*

*Historiador, Madrid, España. rdm-tarsis@hotmail.com.


RESUMEN

Este trabajo tiene por objeto revisar las posibles causas del rápido hundimiento físico y moral de la expedición de Sarmiento de Gamboa al estrecho de Magallanes. Para ello se tiene en cuenta un antecedente epidemiológico poco conocido, concretamente el Gran Catarro de 1580, como factor explicativo de la extrema debilidad que los colonizadores evidenciaron desde el desembarco.

Finalmente se sugiere comprobar la incidencia física del Gran Catarro analizando las trazas de la enfermedad en los restos óseos hallados en Rey Felipe

PALABRAS CLAVE: Capitán Pedro Sarmiento, colonización, española, estrecho de Magallanes, Patagonia austral, salud y tragedia.


ABSTRACT

The aim of this paper is to examine the possible causes of the rapid physical and moral collapse of Sarmiento de Gamboa´s Expedition to the Magellan Strait. For this, we will take into account a little-known epidemiological antecedent –in particular the Great Cold of 1580-, as an explanatory factor of extreme weakness that the settlers displayed since their landing.

Finally, we suggest checking the physical impact of Great Cold through the analysis of the traces of the disease that were found in King Philip´s human bone remains.

KEY WORDS: Captain Pedro Sarmiento, Spanish colonization, Strait of Magellan, Southern Patagonia, health and tragedy.


INTRODUCCIÓN

El desembarco de Pedro Sarmiento de Gamboa en el estrecho de Magallanes el cuatro de febrero de 1584 obedeció a la voluntad del rey Felipe II de cerrar el paso de Magallanes a las incursiones de los corsarios ingleses, y dio lugar al primer vestigio de la cultura occidental en tierras del mismo.

Desembarcaron con Sarmiento trescientos treinta y ocho soldados y colonos a los que había que suponer la misma voluntad de dominar la tierra que tuvieron las decenas de grupos que fundaron las colonias españolas en América, en el siglo XVI. una vez desembarcados en el Estrecho debieron considerar que lo más difícil estaba conseguido: habían vencido los riesgos del terrible mar y pisaban una tierra por el momento amigable, donde podían construir sus casas y plantar las semillas que transportaban.

Era el protocolo habitual de los colonizadores de Castilla. Lo habían hecho en muchos lugares de América, en los últimos setenta años, desde la Florida del Inca hasta el río Bio Bío, desde el Missisipi hasta el río de la Plata, siempre decididos a prevalecer y perpetuar su estirpe.

El viaje a Magallanes podría ser un mal trago náutico, pero las penalidades de este grupo no eran una excepción; algunos hombres de Almagro se habían dejado congelados dentro de sus botas los dedos de los pies al cruzar los Andes, y habían seguido adelante. En los barcos de Pizarro se había puesto un alto precio a las ratas cuando quedaron sin comida. El grupo de Cortés perdió la mitad de su gente en la "Noche Triste"…

Sin embargo, en cuanto se comienzan a leer las crónicas de la expedición al Estrecho, le asalta al lector la sensación de que estos pobladores estaban heridos de muerte. Hay algún tipo de vulnerabilidad especial en este grupo, y todos los historiadores rebuscan razones que expliquen porqué una decidida comunidad de pioneros quedó literalmente aniquilada en el corto plazo de tres años.

Se ha dicho que el grupo estaba mal alimentado, a consecuencia del largo viaje desde España y la espera en Brasil. Igualmente se ha aducido que la mortalidad del grupo durante el viaje resultó excesiva para la moral. También que la partida de Sarmiento hacia España, cuando acababan de establecerse en la ciudad del Rey felipe, afectó la moral del grupo que se quedó privado de su jefe natural y, sin duda, todo ello es cierto.

No obstante, la alimentación en la fota del Estrecho no fue especialmente peor que la de cualquier otra fota española de la época. Sarmiento explica en una carta, cuando estaba preparando el viaje que … es necesario que se levanten setecientos hombres infantes, buena gente, para que puedan quedar en el número cumplido de los cuatrocientos…1, así que tenían totalmente asumida una elevada mortalidad. y la colonia había ya dado muestras de profunda desmoralización antes de la marcha de Sarmiento.

Todo acontece como si hubiera una causa subyacente que viniese de más atrás.

EL "GRAN CATARRO" DE 1580 y LA PESTE DE 1581

La expedición de Sarmiento al estrecho de Magallanes fue una consecuencia directa del ataque del ingles francis Drake a Lima, navegando por el sur de América, y la ulterior captura y saqueo de una nave que transportaba parte de la plata del Perú cuando navegaba en dirección a Panamá para unirse a la fota de Indias.

La decisión del Rey tiene una fecha exacta, el 16 de agosto de 1579, día en que Felipe II, en el margen de una carta de Antonio Padilla informándole de los desastres, hace la siguiente anotación: Antes de llegar el corsario a Inglaterra no conviene hablar a la Reina, en llegando sí. Mírese si será bueno hacer un fuerte en el Puerto de Magallanes2.

Exactamente un año más tarde, el 16 de agosto de 1580, Sarmiento desembarca en Lisboa, procedente de Lima, después de haber perseguido infructuosamente a Drake y de haber reconocido geográficamente el estrecho de Magallanes. El navegante, que pocas semanas más tarde es recibido por el rey, viene proponiendo exactamente lo que el monarca desea: la construcción de fuertes en Magallanes.

La entrevista tiene lugar en Badajoz, donde el rey aguarda la pacificación de Portugal para coronarse en Lisboa. Felipe se está recuperando de una terrible afección epidémica, conocida como "El Gran Catarro de 1580". De hecho la reina Ana no pudo superar las secuelas y falleció unos días más tarde, en octubre. Nos detendremos en el asunto del Gran Catarro porque podría ser relevante para entender lo que ocurrió en Magallanes:

Año de 1580. Este año es el que por antonomasia llaman del Gran Catarro, porque esta enfermedad aflige mucho en él a toda Castilla, muriendo no poca gente. De que participó Madrid con doblado recelo, por haber llegado nueva de cómo el Rey Don Felipe quedaba del mismo mal, casi desahuciado de la vida en Badajoz3.

Este catarro o influenza, que provenía de Asia y llegó a España por el norte, se fue cebando en las ciudades más pobladas, como Barcelona y después Madrid, alcanzando también Sevilla.4

[…] corrió por todo el mundo sin escapar de él los que navegaban por la mar y duró tres meses continuos. Fue tan grande el golpe y quiebra que recibió la humana naturaleza que falleció en más de una tercera parte de sus fuerzas naturales…5

Debemos al Gran Catarro la expresión "¡Jesús!"que desde entonces se dice, cuando alguien estornuda, como conjuro contra el contagio. Durante los años 1581 y 1582, la situación epidémica se prolongó en Sevilla, en forma de peste, como afección diferenciada del primer gran golpe de catarro, pero igualmente letal. Es muy seguro, además, que, dadas las condiciones de hacinamiento y la presencia de roedores en las naves, la bacteria Yersinia pestis acompañase a los navegantes durante toda la expedición a Magallanes.

Las dos afecciones, infuenza y peste, solían dejar secuelas respiratorias en los supervivientes.

Retengamos, pues, de todo esto, un dato que puede ser significativo: La preparación de la Armada al Estrecho, incluyendo la concentración de efectivos humanos, animales y vituallas, se llevó a efecto en la ciudad de Sevilla, en 1581, entre las secuelas del Gran Catarro y un entorno de Peste. Tal fue la "preparación física" de los pobladores del Estrecho, que continuaron en un entorno pestilente en el transcurso del viaje.6

Sin embargo, ni en la navegación a Brasil ni en la estancia en Río de Janeiro hubo incidencia de gran mortalidad entre los pobladores. Debemos suponer que los supervivientes se encontraban inmunizados, independientemente de las secuelas y daños permanentes, especialmente de carácter pulmonar, que hubiesen podido contraer. Sarmiento reporta solamente un total de tres muertes de pobladores en Cabo Verde y diez en Río.7

En realidad, las grandes sangrías que experimentó el contingente de pobladores durante el viaje no fueron por causa de malnutrición o contagio, sino por los grandes naufragios que se produjeron, los primeros cuando partían de Cádiz con una pérdida de ciento setenta y un pobladores y, después el de la nave Arriola donde se ahogaron más de trescientos cincuenta hombres y mujeres cuando navegaban de Brasil a Magallanes.8

LOS ESPAÑOLES EN EL ESTRECHO

Los colonizadores de Magallanes consiguen finalmente desembarcar en la boca del Estrecho, el cuatro de febrero de 1584. El lugar es la actual punta Dungeness, perfectamente a tono con la imagen de un Estrecho hostil, un lugar muy difícilmente habitable.

El mal tiempo obliga a los barcos a escapar a mar libre esa misma noche, así que los pobladores se encontraron de improviso en un páramo inhabitable, sin barcos, con provisiones tan solo para tres días y sin ninguna protección ni equipo de supervivencia. Sarmiento, para evitar el hundimiento moral se dirigió al grupo, […] diciéndoles que ya estaban las manos a la labor que tanto habían deseado, y que extendiesen los ojos y considerasen tanta multitud de tierra y provincias como tenían por delante…y que ya no hiciesen cuenta de las naos, pues eran idas, y que nuestros padres habían de ser nuestros puños y pies…9

La respuesta que dieron los colonos pone de manifiesto hasta que punto dependían de Sarmiento:

Y todos respondieron que estaban prestos para le obedecer y seguir al cabo del mundo, y que pues no tenían otro padre, que le rogaban hiciese lo que decía, porque ellos trabajarían y perseverarían con él, pues de otra manera no se podían conservar10

Poco más tarde las naos pudieron regresar a punta Dungeness, de tal modo que la situación mejoró en un cierto grado.

Sarmiento dio a su gobernación magallánica el nombre de "Reino de Jesús" y pensaba articularla sobre dos ciudades, una primera situada en este lugar donde habían ido a parar, a la que se llamó "Nombre de Jesús", y otra que debía fundarse en un sitio mucho más amigable que había reconocido en su primer cruce de Magallanes, la punta de Santa Ana.

Para alcanzar esa punta dispuso el envío por barco del equipo y las provisiones, y el desplazamiento simultáneo por tierra de una primera partida de pobladores y soldados. Esta iba a ser la primera prueba de adaptación física de los desembarcados al terreno en que iban a vivir. Y a 4 de marzo partió con cien hombres, arcabuceros y rodeleros, llevando cada uno ración para ocho días.11

La selección de la gente, con predominio de soldados, deja patente que Sarmiento quiere formar un grupo rápido, capaz de resistir un ataque y sin impedimentos familiares: quería llegar al lugar elegido para la segunda fundación en el menor tiempo que fuera posible.

Sarmiento había calculado los días necesarios para el recorrido estimando la distancia por mar y añadiendo un margen para posibles obstáculos terrestres. Aproximadamente doscientos ochenta kilómetros que, con un promedio de 7/8 leguas diarias daba de ocho a nueve días de viaje. El recorrido diario estaba al alcance de una persona joven y sana, que viajase sin impedimenta por un terreno llano, con calzado adecuado para la ocasión, y dedicando siete u ocho horas diarias a caminar. Sarmiento hizo distribuir entre los expedicionarios ocho raciones de día y calzado nuevo.12

¿Por qué razón no llegaron a la punta de Santa Ana en el tiempo previsto?

El caso es que cuando salió de Nombre de Jesús aquel grupo de mocetones tan ligeros de equipaje, las condiciones iniciales eran muy favorables: Pues cuando íbamos por tierra, vimos campos muy apacibles, de hierbas olorosas, y mucha caza de venados, gatos cervales de hermosos pellejos, pelo y colores, muchos avestruces, cuyos huevos hayamos por el campo, que comían con uno cuatro y seis hombres suficientemente… Y Dios nos socorría con aquellas frutillas y huevos de cuando en cuando, y cuando bajábamos a las costas de mar con marisco y mejillones y hierbas marinas que cocíamos en un caldero que Pedro Sarmiento llevaba para el efecto, como quién sabía las necesidades de tierras nuevas, y con algún venado que se mataba.13

No se tiene la sensación de estar en la antesala de ninguna tragedia; el jefe Sarmiento ejerce un liderazgo tranquilizador y completo, la comida está entre aceptable y suficiente y el clima es amigable. Recorrieron en estas condiciones los primeros ciento diez kilómetros, desde Nombre de Jesús hasta el cabo de San Gregorio, lugar donde tuvieron un encuentro con los nativos, que les causó un muerto y algunos heridos de cierta consideración.

Enterrado el español y curados los heridos con un poquito de aceite siguieron adelante. Estaban pasando la Segunda Angostura, que era el lugar elegido para cerrar con cañones el paso del Estrecho, y dejaban detrás la llamada "Tierra plana de gente grande". Tenían por delante algo menos de doscientos kilómetros, seis días a buena marcha. Sin embargo, en este punto, a Sarmiento se le complica el camino y se desvía unas quince leguas:

[…] prosiguiose el camino con muchos trabajos, de los archipiélagos y senos de mar que salían del Estrecho, en lo que el gobernador padeció lo que no se puede creer por descubrir camino, que cada vez se prolongaba y acrecentaba por lo dicho.14

Así pasaron aproximadamente dos semanas desde la salida de Nombre de Jesús. Habían hecho en total trescientos kilómetros a pie, los últimos ciento cincuenta con poca comida y mal calzado, arrastrando con ellos a los heridos cuando, por fin, llegaron a los bosques de la serranía.

Y habiendo andado por tierra 70 leguas, que por el Estrecho apenas serían 30, llegamos a los bosques de serranía, donde hay buenos ríos y mucho marisco de mejillones, con muchas perlas; y dejamos la tierra de la gente grande y llegamos a la de la pequeña, donde se mataron algunos venados de que hay mucha cantidad, de sabrosa y sana carne, con que la gente se refociló15.

La gente hizo abarcas con los cueros de .los animales, y el propio Sarmiento repartió un saco de zapatos de piel de vaca que había traído de Nombre de Jesús. Calzados y refocilados la situación parecía mejorar objetivamente.

Y es entonces cuando tiene lugar una reacción inesperada e impropia del momento:

Y con todo, hubo algunos tan desconfados, que se metían secretamente por los bosques, y se quedaban escondidos a morir.16

Llevaban un total de catorce o quince días de viaje, habían llevado raciones para ocho días y encontrado adicionalmente, en diferentes momentos, huevos de avestruz, frutillas, mejillones y "sana y sabrosa carne de venados". Puede que no fuera suficiente para saciarse y que hubiesen administrado mal las provisiones, pero esconderse a morir por el equivalente a dos o tres días sin comer parece un comportamiento extremadamente frágil.

Ypara remediarlo, Pedro Sarmiento puso pena de la vida al que viese a su camarada salir de la orden y no diese noticia luego, con lo cual se reparó este mal y se tornaron a cobrar algunos de los que se habían quedado a morir escondidos.17

No se comprende tampoco que, en un grupo de camaradas de armas, sea necesario que el capitán amenace de muerte al que abandone a un compañero. Generalmente sucede al contrario: es el mando quién sacrifica al débil para no comprometer el objetivo. Tal indiferencia del poblador o soldado, que deja morir a un compañero sin hacer nada por evitarlo, evidencia una absoluta destrucción moral, no suficientemente justificada por el nivel de penalidades que habían sufrido hasta entonces. El grupo se comporta como si estuviera enfermo, afectado por una gran carencia física o moral.

En definitiva, Sarmiento, que intentaba bordear el Estrecho pegado a la playa, se vio obligado por los obstáculos a seguir aproximadamente el trazado de la actual carretera CH 255. Esto pudo suponer una ampliación de unos 60 kilómetros sobre la distancia que el gobernador había estimado inicialmente. Tampoco pudo apartarse mucho más que esto ya que siempre iba con aguja de marear en la mano. Los rodeos que tuvieron que hacer habrían costado, pues, dos días adicionales, si aplicamos los criterios habituales de marcha de unos jóvenes que no transportan ninguna carga. Sin embargo, el viaje se prolonga, de forma un tanto asombrosa, 19 días, hasta el 23 de marzo.

Aún se observan más indicios de que este grupo no se comporta con normalidad: ese día 23 la gente pierde los nervios colectivamente y se echa al suelo, decidida a dejarse morir. Aunque ellos no lo saben, cuando les entra la histeria están muy próximos a la punta de Santa Ana: creían estar perdidos y acabados y, sin embargo, han alcanzado su punto de destino.

Iban tan desfallecidos los más, que a 23 de marzo, todos juntos dijeron que no estaban para pasar un paso adelante y se querían quedar todos allí a esperar la misericordia de Dios o morir; y así se arrojaron por tierra los más de ellos.18

Los tramos del viaje, a base de la geografía real y los datos de Sarmiento, pueden estimarse como sigue:

 

El grupo, incluso teniendo en cuenta los rodeos adicionales, debería haber cubierto el recorrido en once o doce días. Es lo que puede hacer cualquier conjunto de adultos en terreno llano.

Existe una incógnita no resuelta en la duración de este viaje, que podría formularse como sigue:

En todo caso, en cuanto el grupo avista finalmente la nave que había llegado por el Estrecho con las provisiones, se alegra y recupera de manera inmediata: Tuvieron cuatro bajas, el que mataron los indios, dos que se quedaron a morir por el camino por falta de fuerzas para seguir y, ya en la Punta de Santa Ana, uno de los heridos de flecha. Quiere decirse que el hambre apenas fue causa de muertes en el viaje.

En realidad, esta parte del relato transmite más una sensación de debilidad y agotamiento terminal que de hambre extrema. El hambre llegaría más tarde y acabaría con todos pero, por el momento, se han librado de los peligros del mar, el jefe está con ellos, van encontrando mal que bien cosas de comer, siguen vivos casi la totalidad de los que salieron de Nombre de Jesús, y tienen la fuerte motivación de estar llegando a su destino.

Para tratarse de una expedición al fin del mundo, llevada a cabo en el siglo XVI, tal y como estaba la mortalidad de su tiempo, podríamos casi estar hablando de un éxito. ¿Qué es lo que está fallando? ¿Por qué motivo estos jóvenes carentes de equipaje no conseguían pasar de un promedio de 18 kilómetros diarios por tierras "planas"? ¿Por qué, en definitiva, solo alcanzaron un rendimiento físico del 60%?

EL ESTADO SANITARIO DE LOS EXPEDICIONARIOS

Cambiando la perspectiva, echemos una ojeada a los huesos de aquellos muchachos.

Debemos a Omar Ortiz Troncoso,19 Mateo Martinic Beros,20 Mauricio Massone,21 Jorge a Suby y colaboradores,22 Adan Hajduk,23 y Jose Miguel Barros,24 entre otros investigadores, el análisis desde diferentes perspectivas de los restos arqueológicos del llamado Reino de Jesús. Siguiendo el hilo de nuestra refexión, nos vamos a fjar aquí en la investigación de Jorge Suby y otros sobre los restos óseos de Nombre de Jesús y las pistas que aportan sobre el estado de salud de aquellos pobladores.

Estos investigadores concluyen, tras el análisis óseo de cinco individuos jóvenes, que los resultados hallados mostraron principalmente altas frecuencias de lesiones metabólicas-nutricionales, seguidas por enfermedades infecciosas y osteoarticulares25. La malnutrición se habría iniciado en su infancia y primera juventud en España, agudizándose quizá durante los dos años que duró el viaje al sur. Su tiempo de estancia en el asentamiento de Nombre de Jesús es, quizá, poco relevante para dejar huellas óseas, ya que apenas fue de unos meses.

Los autores añaden que Las altas frecuencias de lesiones de origen infeccioso inespecífico podrían estar en relación con los hallazgos de trastornos nutricionales, debido a las fallas inmunológicas que la malnutrición ocasiona, facilitando el desarrollo de infecciones oportunistas.26

También se exploró la posible existencia de escorbuto, enfermedad directamente asociada a las condiciones alimentarias de la navegación de época y, concretamente, a la carencia de vitamina C. Sorprendentemente no se hallaron trazas de esta enfermedad, fácilmente detectable por los estragos dentales que ocasiona. En este sentido – concluyen-el diagnóstico diferencial se orienta a fortalecer la causa infecciosa de estas lesiones.27

¿Qué fue realmente lo primero? ¿La inmunodeficiencia o la malnutrición?

En resumen, tenemos unos individuos cuyos problemas nutricionales de origen en España no tenían porque ser muy diferentes de los de cualquier veinteañero de su misma clase social. Lo más probable es que soportasen una malnutrición promedio para la Europa del Siglo XVI. Estas personas hicieron un largo viaje de dos años en el que hubo muchas penalidades pero, según los datos que aporta Sarmiento, solamente se producen – excluidos los naufragios- unas trece muertes entre los pobladores,28 y por todo tipo de motivos. Por otra parte, los individuos investigados no habían contraído el escorbuto, posiblemente a consecuencia de sus escalas en Cabo Verde y Brasil, donde tendrían acceso a alimentos con vitamina C. Las condiciones nutricionales de origen, pues, no habrían sido comparativamente tan terribles y, por tanto, explicativas de la ulterior catástrofe.

Coincidimos, por tanto, en buscar una causa infecciosa de las lesiones, una especie de estado básico de inmunodepresión que potenciase los problemas de mala nutrición y, posiblemente, desembocara más tarde en un cuadro depresivo que aniquilase finalmente la moral individual y de grupo.

Y, justamente en este punto nos reencontramos con el Gran Catarro de 1580 y con la Peste de 1581. Cuando los especialistas elaboran la historia clínica de un paciente para establecer la interrelación entre el estado nutricional y el sistema inmune se buscan antecedentes personales haciendo especial hincapié en procesos que puedan tener repercusión sistémica:

-Infecciones

-Neuropatías

-Cardiopatías

-Enfermedades respiratorias

-Enfermedades metabólicas

-Neoplasias

Enfermedades con repercusión sistémica eran sin duda las respiratorias y todo género de infecciones contraídas a resultas del Gran Catarro y la Peste de 1581.

CONCLUSIÓN

Siendo ya inviable la exploración física detallada de los colonos, hay un dato que si ha llegado hasta nosotros, y que los médicos valoran como síntoma de posible inmunodepresión: los pobladores, según la información documental, se mostraban muy frecuentemente cansados y desfallecidos.

Los ochos días de más no explicados del viaje a la punta de Santa Ana podrían haber sido perfectamente el resultado del déficit de energía producido por la inmunodeficiencia. No es normal que unos colonizadores jóvenes, resueltos a poblar la tierra, y que casi han llegado ya a su destino se arrojen por tierra para dejarse morir, tan solo porque han tenido unos días de contratiempos. Había algo que estaba robando la energía de esta gente.

Y, a partir de este punto, aceptando que los pobladores para Magallanes tenían en origen el nivel de salud normal en su época, que había malnutrición en aquel viaje, pero no tan excesiva en su contexto, y que los pobladores no fueron, hasta donde sabemos, victimas del escorbuto, convendría, posiblemente, explorar un nuevo factor explicativo, productor de inmunodeficiencia, una secuela estable del Gran Catarro, o bien un efecto de la acción combinada de esta enfermedad y la Peste.

Es muy posible que un análisis de los huesos hallados en Rey Don felipe pudiera poner a prueba la hipótesis de que la gran diferencia entre el bajo tono físico y el fracaso final de esta expedición y el éxito de tantas otras realizadas en condiciones similares no fuera tanto las condiciones nutricionales iniciales como las secuelas de las epidemias de 1580 y 1581.

Existen precedentes de aclaraciones semejantes: han podido identificarse vestigios de la peste pulmonar en los restos óseos de algunas excavaciones. Concretamente se han encontrado trazas en restos de obreros de Tell el Amarna (Egipto) datados en torno al 1300 AC (Kozloff 2006).

Si así fuera, se impondría una reinterpretación de las causas de la tragedia de Magallanes: los colonizadores de Sarmiento no habrían sucumbido porque el Estrecho les derrotó sino porque llegaron enfermos de España. Sería una forma de hacerles justicia.

NOTAS

1 Memorial presentado a S.M. por Pedro Sarmiento de Gamboa… Colección Navarrete. Vol. XX, documento 50.

2 Anotación de Felipe II al pie de una carta de Antonio Padilla. Madrid, 16 de agosto de 1579.

3 León Pinelo. Anales de Madrid, Biblioteca de Estudios Madrileños, XI, 1970.

4 El Gran Catharro de 1580 ¿Gripe o pertussis? Ramón Camaño y otros, Asclepio-Vol. LVII-2-2003.

5 Sánchez Gordillo, Religiosas estaciones que frecuenta la devoción sevillana. Manuscrito de la Biblioteca de Sevilla.

6 Sabemos que, entre los expedicionarios, algunos habían contraído el Gran Catarro. El más notorio fue Alonso de Sotomayor que iba nombrado como Gobernador para Chile.

7 Pedro Sarmiento de Gamboa, Relación de lo sucedido a la Armada Real en el viaje al Estrecho de Magallanes, desde la salida a la barra de San Lucar en 1581 hasta el mes de junio de 1583 Archivo de Indias, copia colección Navarrete vol. XX, número 29.

8 Sumaria relación de Pedro Sarmiento de Gamboa…. En el Escorial, a 15 de septiembre de 1590. Alianza Editorial. Madrid, 1988.

9 Ibid.

10 Ibid.

11 Ibid.

12 En el Anábasis de Jenofonte, el ejército del pretendiente Ciro alcanza en orden de marcha, en jornadas que comprendían entre 3 y 13 días seguidos, un promedio de 33 kilómetros diarios. Mantener a ritmo vivo un ejército de más de diez mil personas es mucho más complejo que lograr el ritmo de un centenar.

13 Ibid.

14 Ibid.

15 Ibid..

16 Ibid..

17 Ibid.

18 Ibid.

19 Omar Ortiz Troncoso, Excavación de la iglesia del poblado prehispánico del Rey Don felipe, Anales del Instituto de la Patagonia, 1:5-13. Punta Arenas, 1970. Arqueología de los poblados hispánicos de la Patagonia Austral. Segunda etapa de excavaciones en Rey Don felipe y nuevos antecedentes sobre Nombre de Jesús. Anales del Instituto de la Patagonia 2:3-19, Punta Arenas, 1971.

20 Mateo Martinic Beros, Nombre de Jesús, una población de ubicación incierta. Anales del Instituto de la Patagonia, 9:53-64. Punta Arenas, 1981.

21 Mauricio Massone, Presencia hispánica del siglo XVI en los yacimientos arqueológicos de Punta Dungeness, Anales del Instituto de la Patagonia 9:77-90. Punta Arenas, 1978

22 Jorge A. Suby et al., Los restos óseos de Nombre de Jesús. Evidencias de la salud en el primer asentamiento europeo en Patagonia Austral Magallania, Volumen 37 (2) 2009. Punta Arenas.

23 Adan Hajduk, Cuentas vítreas de sección estrellada, provenientes de Rey Don felipe, antigua fundación hispana de fines del siglo XVI, Anales del Instituto de la Patagonia, Vol. 17. Punta Arenas.

24 Jose Miguel Barros, Rey Don felipe: plano de una fundación hispana en el Estrecho de Magallanes. Boletín de la Academia Chilena de la Historia. Nº 102. Santiago de Chile, 1978.

25 Jorge A. Suby., op.cit.

26 Ibid.

27 Ibid.

28 Sin contabilizar las muertes de marineros y otros grupos no destinados al Estrecho, ajenos a la responsabilidad y control de Sarmiento.

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PINELO, LEÓN. Anales de Madrid. Biblioteca de Estudios Madrileños, XI, 1970.         [ Links ]

RIVERA, DIEGO DE LA. Relación de lo que sucedió a Diego de la Rivera después que el General Flores le dexó en Río Janeiro para que volviese al Estrecho y llevase a P. Sarmiento gobernador del, para que poblase. Archivo de Indias, Col. P. Pastells, doc. 31. 30-9-1584.

SÁNCHEZ GORDILLO. Religiosas estaciones que frecuenta la devoción sevillana.         [ Links ] Manuscrito de la Biblioteca de Sevilla.

SARMIENTO DE GAMBOA, PEDRO. Memorial presentado a Su Majestad por Pedro Sarmiento de Gamboa…Archivo de Indias, copia en Col. Navarrete, vol. XX, doc. 50.

Relación de lo sucedido a la Armada Real en el viaje al Estrecho de Magallanes, desde la salida de la barra de San Lucar en 1581 hasta el mes de junio de 1583. Archivo de Indias, copia en Col. Navarrete, vol. XX, doc. 50.         [ Links ]

1988. Sumaria relación del Estrecho y de las poblaciones hechas allí. En el Escorial, a 15 de septiembre de 1590. Alianza Editorial. Madrid.         [ Links ]

Varias relaciones, firmadas por Sarmiento, sobre el modo de hacer la expedición al Estrecho.         [ Links ] Archivo de Indias, Patronato Real 33 número 3, R. 1.

Carta autógrafa de Sarmiento describiendo la ruta de Cabo Verde hasta Río de Janeiro. Archivo de Indias, Patronato Real 33 número 3, R. 17. 30-10-1582.

Relación de lo sucedido, roteiro y relación de la gente del viaje, firmado por Sarmiento. Archivo de Indias, Patronato Real 33, número 3, R 27, 28, 29. Río Janeiro, 1 de junio de 1583.

Información de Sarmiento sobre la fundación de Nombre de Jesús, los gastos, etc, a 18 de septiembre de 1584. Archivo de Indias, Patronato Real 33, número 3. R 46.         [ Links ]

Cuatro cartas de Sarmiento sobre el abandono de los colonos establecidos en el Estrecho. Fechadas a 5 de enero de 1585. Archivo de Indias, Patronato Real 33, número 3. R 60.         [ Links ]

1768. Viaje al Estrecho de Magallanes por el capitán Pedro Sarmiento de Gamboa. Editor Bernardino de Iriarte, Madrid.

UN PILOTO ANÓNIMO. Carta que escribió a S. M. un piloto cuyo nombre no expresa, del Armada del general Diego Flores dándole cuenta del viaje desde 2 de noviembre de 1582 que salió la armada de Río hacia el Estrecho, hasta su regreso a él en 9 de marzo de 1583, sin haber conseguido el fin a que fue, que era echar en el Estrecho para su población y descubrimiento a Pedro Sarmiento de Gamboa. Archivo de Indias, copia en Col. Navarrete, vol. XX, número 31.


Recibido: 24/03/2011 Aceptado: 08/11/2011 Versión final: 08/11/2011