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Revista Española de Salud Pública - High-Risk sexual behavior and HIV prevalence among gay and bisexual men in the community of Madrid

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vol.74 issue1Women & cigarette smoking: gender-related aspectsDescriptive study of statistical methods in the original articles published on the cigarette smoking habit in four Spanish medical journals (1985-1996) author indexsubject indexarticles search
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Revista Española de Salud Pública

Print version ISSN 1135-5727

Rev. Esp. Salud Publica vol.74 n.1 Madrid Jan./Feb. 2000

http://dx.doi.org/10.1590/S1135-57272000000100004 

CONDUCTAS SEXUALES DE RIESGO Y PREVALENCIA DE INFECCIÓN POR VIH EN HOMBRES CON PRÁCTICAS HOMO/BISEXUALES EN LA COMUNIDAD DE MADRID.

 

S. Cañellas, J. Perez de la Paz, I. Noguer, F. Villaamil, M. L. García Berrocal, L. de la Fuente, MJ. Belza, J. Castilla.
Centro Nacional de Epidemiología. Instituto de Salud Carlos III.
Secretaría del Plan Nacional sobre el SIDA.
Colectivo de Lesbianas y Gays de la Comunidad de Madrid.

Correspondencia:
Soledad Cañellas
Centro Nacional de Epidemilogía
Sinesio Delgado,6. 28029 Madrid
Tfno.: 91 3877802 Fax.: 913877816
Correo electrónico: scanellas@isciii.es
* Proyecto financiado por el Fondo de Investigación sanitaria (FIS: 98/0309)


RESUMEN

Fundamento: Analizar las conductas sexuales de riesgo para la infección por VIH, el uso de medidas de prevención y la prevalencia autoinformada de infección por VIH en varones asociados a una de las principales asociaciones de homosexuales de la Comunidad de Madrid.

Metodos: Estudio transversal realizado durante 1997-1998, mediante un cuestionario anónimo remitido por correo. Se analizan las características sociodemográficas, la frecuencia de uso del preservativo en las distintas prácticas sexuales con la pareja estable y con las ocasionales, la prevalencia autoinformada de VIH y otros aspectos relacionados.

Resultados: Se obtuvieron 157 cuestionarios de varones homosexuales y bisexuales. Su edad media fue de 32 años y el 85% tenía estudios medios o superiores. En los últimos 3 meses: el 56% tuvo relaciones con más de un hombre; el 70,6% practicó la penetración anal insertiva con pareja estable y el 57,4% con contactos ocasionales, de los que sólo el 32,5% y el 61,1% respectivamente utilizaron siempre el preservativo. La penetración anal receptiva la realizaron el 69,7% con pareja estable y el 39,4% con contactos ocasionales, utilizando siempre el preservativo el 32,5% y el 78,4% respectivamente. El 86,6% tuvieron relaciones oro-genitales y menos del 10% utilizaron siempre el preservativo. 137 hombres conocían su estado serológico y el 15,2% resultó VIH positivo. El 10,2% padeció alguna ETS durante el último año.

Conclusiones: Un importante porcentaje de entrevistados mantiene prácticas de riesgo (varias parejas y relaciones sexuales de alto riesgo sin protección) que, asociado a una prevalencia de infección elevada, puede traducirse en una importante tasa de seroconversión.

Palabras clave: VIH. Homosexuales. Conductas sexuales. Prevalencia VIH

ABSTRACT

High-Risk Sexual Behavior and HIV Prevalence
Among Gay and Bisexual Men in the Community of Madrid

Background: To analyze high-risk sexual behavior as regards HIV, the use of preventive measures and the patient-reported prevalence of HIV infections among males belonging to one of the leading homosexual associations in the Region of Madrid.

Methods: Cross-sectional study conducted in 1997-1998 by way of mailed anonymous questionnaires. An analysis is made of the sociodemographic characteristics, how often condoms are used for different types of sexual intercourse with regular or casual partners, patient-reported prevalence of HIV and other related aspects.

Results: 157 questionnaires were returned by gay/bisexual males. These subjects averaged 32 years of age, 85% having a high school or college education. over the past 3 months, 56% had had intercourse with more than one man; 70.6% practiced insertive anal intercourse with a regular partner and 57.4% with casual partners, solely 32.5% and 61.1% of whom always used a condom. 69.7% had receptive anal intercourse with a regular partner and 39.4% with casual partners, 32.5% and 78.4% of whom respectively always used a condom. 86.6% had oral-genital intercourse, less than 10% having always used a condom. 137 were aware of their serological condition, and 15.2% were HIV positive. 10% had had some STD at some point during the previous year.

Conclusions: A major percentage of those surveyed were involved in high-risk practices (several partners and unprotected high-risk sexual intercourse) which, in conjunction with the major prevalence of infection, can be said to be the same as a major seroconversion rate.

Key words: HIV. Gay men. Sexual behavior. HIV Prevalence.


 

INTRODUCCIÓN

España es el país europeo con la mayor incidencia de sida desde finales de los años ochenta, debido fundamentalmente a la alta tasa en personas que se han inyectado drogas. Ahora bien, la importancia de las conductas de riesgo ligadas a la inyección, e incluso últimamente a las relaciones heterosexuales, ha oscurecido otro hallazgo epidemiológico también muy relevante: la tasa de incidencia española de casos de sida en hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres es, junto a Suiza1, la más alta de Europa.

El Registro Nacional de Sida es, hasta el momento, la única fuente de cobertura estatal que ofrece referencias espaciales y temporales de la afectación de este colectivo, aunque refleja las infecciones ocurridas en el pasado. Este registro indica que en nuestro país las prácticas sexuales entre varones son la tercera vía de transmisión más frecuente (14% de los casos de sida diagnosticados en 1.998). Además señala que el 60% de estos casos se concentran en las comunidades autónomas de Cataluña y Madrid, que son las comunidades que presentan las tasas de incidencia por millón de habitantes más altas2. Sin embargo, son muy escasos los estudios sobre prevalencia de infección y, sobre todo, los que incluyen información acerca de hábitos sexuales de riesgo en esta población. De hecho, únicamente se dispone de datos que permiten evaluar la evolución de la prevalencia de infección y de prácticas de riesgo en este colectivo en la ciudad de Barcelona, donde se han realizado tres estudios de corte con una metodología similar en los años 1993, 1995 y 1.9983-5. De Madrid, sólo se ha publicado un estudio que permite seguir la evolución de la prevalencia de infección entre hombres con prácticas homosexuales que acudieron, entre 1986 y 1995, a un centro de enfermedades de transmisión sexual y VIH para realizarse voluntariamente la prueba6. La información sobre la situación en otras ciudades o zonas geográficas españolas es muy escasa y, generalmente, centrada sólo en la prevalencia de infección por VIH7.

El presente estudio pretende analizar las conductas sexuales de riesgo para la infección por VIH, la prevalencia autoinformada de la misma y el uso de medidas de prevención en los varones asociados al Colectivo de Lesbianas y Gays de la Comunidad de Madrid (COGAM ).

 

MATERIAL Y MÉTODOS

Se trata de un estudio transversal descriptivo llevado a cabo durante 1.997 y 1.998 entre los socios varones de COGAM, una de las principales ONG de homosexuales de esta Comunidad.

Entre las actividades de COGAM se encuentra la publicación bimensual de la revista Entiendes, dirigida a todos sus socios, tanto hombres como mujeres. Esta revista se utilizó como vía de distribución del instrumento de recogida de información: un cuestionario semiestructurado y anónimo diseñado ad hoc para este estudio. Con el número de agosto de 1997 se envió a los 356 socios varones suscritos a la revista, una presentación del estudio (sin incluir el cuestionario) explicando los objetivos, aplicaciones y beneficios en materia de prevención, garantizando el anonimato de la información e indicando que cada socio debería cumplimentar un sólo cuestionario y remitirlo a la asociación en el sobre que se adjuntaría. Posteriormente el cuestionario se envió con dos números sucesivos de la revista (diciembre de 1997 y febrero de 1998). También se difundió en la asociación la opción de recoger el cuestionario en la propia sede de COGAM a aquellos socios que no recibían la revista en su domicilio.

El cuestionario fue probado en un estudio piloto en 20 socios varones, para controlar el tiempo medio necesario para cumplimentarlo debidamente y evaluar qué preguntas presentaban dificultad de entendimiento o se prestaban a interpretaciones ambiguas. No se realizaron estudios específicos para evaluar la validez de cada uno de los items, dado el escaso tamaño muestral.

El cuestionario incluía variables sociodemográficas (edad, situación socioeconómica, nivel de estudios), sobre comportamientos sexuales (orientación sexual, número de parejas sexuales, tipo de pareja, tipo y frecuencia de prácticas, uso de lubricantes), sobre empleo de medidas de prevención para evitar el contagio de ETS y de infección por VIH (frecuencia de utilización del preservativo en las distintas prácticas sexuales), sobre serología de VIH (realización de la prueba frente al VIH, resultado autoinformado de la misma), y de conocimientos sobre los mecanismos de transmisión y de protección frente a la infección. Las preguntas sobre la frecuencia de las distintas prácticas sexuales de riesgo y uso del preservativo en las mismas, se realizaron separadamente para las relaciones con la "pareja" entendida como pareja estable y con los "ligues" o parejas ocasionales. Casi todas las preguntas fueron referidas a los últimos tres meses. Tan sólo se hizo alusión al último año como periodo de referencia para conocer el número de parejas sexuales, el haber padecido alguna enfermedad de transmisión sexual y el haber tenido problemas con los preservativos, variable esta última que también se recogió sin límite de tiempo (alguna vez en la vida).

El porcentaje de no-respuesta en las preguntas de contenido sociodemográfico fue casi nulo. En las referidas a frecuencia de prácticas sexuales de riesgo con la pareja estable fue desde el 1% al 7% según el tipo de práctica, mientras que con los contactos ocasionales fueron siempre más altos (hasta del 11% para la penetración anal receptiva). Respecto a la utilización del preservativo en las prácticas anales el porcentaje de no-respuesta también fue menor con la pareja estable (3%) que con los contactos ocasionales (7%); en las prácticas orogenitales dicho porcentaje varió del 12% al 9% respectivamente. Sin embargo, menos del 3% dejaron de responder a la pregunta sobre el conocimiento del estado serológico frente al VIH.

La prevalencia de VIH autoinformada se calculó entre aquellos que se habían realizado alguna vez el test de detección de anticuerpos frente al VIH y conocían su estado serológico.

Las comparaciones estadísticas entre variables cualitativas se realizaron mediante el test de la c 2 y el test de Fisher según condiciones de aplicación, considerando significativas las diferencias con una p<0,05. En las estimaciones de prevalencia se calcularon los intervalos de confianza (IC) al 95%.

 

RESULTADOS

Se obtuvieron un total de 157 cuestionarios válidos (132 remitidos por correo y 25 cumplimentados en la sede de COGAM), lo que representa una tasa de respuesta aproximada del 37% entre los que se enviaron por correo, tasa que probablemente sea mayor, pues se sabe que alguno de los que recibió el cuestionario por correo no lo devolvió por dicho medio sino que lo rellenó en la propia sede de la organización.

Se trataba de hombres con una edad media de 32 años (desviación estándar = 8,1), siendo el 75% menor de 36 años. Respecto al nivel educativo, un 85% había acabado estudios medios o superiores. El 82% trabajaba y el 81% vivía en municipios de más de medio millón de habitantes. Ninguno de ellos notificó convivir con una mujer como pareja, mientras un 28% convivía con otro hombre y el 34% vivía solo (tabla1).

 

Tabla 1
Características sociodemográficas de los hombres con prácticas homosexuales asociados a COGAM. Madrid 1998. (N=157)

 

N

%

Edad (años)

15-24

25

16.4

25-34

79

52.0

35-44

34

22.4

>=45

14

9.2

Nivel de estudios

primarios incompletos

2

1.3

primarios

22

14.0

secundarios

53

33.8

universitarios

80

51.0

Actividad

paro

14

9.0

estudiante

14

9.0

asalariado por cuenta ajena

87

55.8

profesión por cuenta propia

16

10.3

empresario

11

7.1

otras

14

9.0

Municipio de residencia

   
>500.000

127

80.9

100.000-500.000

10

6.4

20.00-100.000

13

8.3

<20.000

7

4.5

Situación de convivencia

solo

53

33.8

pareja hombre

44

28.0

padres/parientes

44

28.0

con amigos

15

9.6

cuartel, col. mayor, pensión

1

0.6

 

El 93% se declaró homosexual y un 4,5% bisexual. Más de la mitad (61%) manifestó que había dado a conocer su orientación sexual en su ámbito laboral. El 86,6% de los casos notificaron haber tenido relaciones homosexuales con penetración, siendo 21 años la edad media de comienzo de las mismas (desviación estándar = 6,4). El 70% había tenido relaciones sexuales con más de un hombre en el último año y el 56% en los últimos tres meses (tabla 2). El 84% de los hombres señalaron que las relaciones sexuales con su pareja estable tuvieron lugar siempre o más de la mitad de las veces en una casa propia o ajena, mientras que el 62% manifestó que las relaciones sexuales con contactos ocasionales tuvieron lugar, con esa misma frecuencia, en bares y discotecas.

 

Tabla 2
Características del comportamiento sexual de los hombres con prácticas homosexuales asociados a COGAM. Madrid 1998. (N=157).

 

N

%

Orientación sexual
homosexual

146

93,0

bisexual

7

4,5

heterosexual

1

0,6

No tiene respuesta

3

1,9

Personas que conocen su orientación sexual
padres

80

50,9

hermanos

115

73,2

familia extensa

43

27,4

amigos homosexuales

153

97,4

amigos heterosexuales

142

90,4

compañeros trabajo/estudio

95

60,5

nadie

2

1,3

otros

5

3,2

Edad de comienzo de relaciones sexuales con penetración
<15

21

15,4

16-20

49

36,0

21-25

45

33,1

26-35

19

14,0

>35

2

1,5

Nº de parejas sexuales masculinas en el último año
0

11

7,1

1

35

22,4

2-5

42

26,9

6-15

30

19,2

16-25

13

8,3

>25

25

16,0

Nº de parejas sexuales masculinas en los últimos tres meses
0

13

8,4

1

55

35,7

2-5

52

33,8

6-15

19

12,3

16-25

6

3,9

>25

9

5,8

 

Además de los besos, las caricias y la masturbación, las práctica sexuales que más se llevaron a cabo independientemente de su frecuencia, tanto con la pareja estable como con las ocasionales, fue la oro-genital, 86,6% de los encuestados, seguida por la penetración anal, realizada por el 76,4%, y por el contacto buco-anal, practicado por el 60,5%; sin embargo, estas últimas prácticas, especialmente la penetración anal receptiva, fueron significativamente más frecuentes con la pareja estable. El número de hombres que usó siempre el preservativo en la penetración anal con las parejas estables fue aproximadamente la mitad de los que lo hicieron con las ocasionales, tanto en la penetración anal insertiva como en la receptiva. En las prácticas oro-genitales el uso del preservativo fue inferior al 10%, independientemente del tipo de relación o pareja (tabla 3).

 

Tabla 3
Porcentaje de realización de las distintas prácticas sexuales y porcentaje de los que usan siempre el preservativo en cada práctica según el tipo de pareja en los últimos tres meses.

  

Prácticas sexuales

Usan siempre el preservativo

  

Pareja estable

Contacto ocasional

p

Pareja estable

Contacto ocasional

p

Besos/caricias

98,2

93,6

n.s.

-

-

-

Masturbación

94,5

89,3

n.s.

-

-

-

Penetración anal activa

70,6

57,4

0,05

32,5

61,1

0,001

Penetración anal pasiva

69,7

39,4

<0,001

35,5

78,4

<0,001

Felación activa

86,2

89,4

n.s.

6,4

10,7

n.s

Felación pasiva

83,5

83,0

n.s.

5,5

5,1

n.s.

Buco-anal

66,1

38,3

<0,001

-

-

-

pareja estable N=109
pareja ocasional N=94
(-) no se ha analizado el uso del preservativo
(n.s.) diferencias no significativas

 

Los motivos que más frecuentemente se adujeron para no usar siempre el preservativo fueron: pensar que ellos no llevaban a cabo prácticas sexuales de riesgo (28%), hacer sexo sólo con su pareja (19%), no tenerlos a mano (17%), la pérdida de sensibilidad (15%), estar enamorado (12%) y la percepción de que interrumpen las relaciones sexuales (12%).

El 43% de los hombres encuestados manifestaron haber tenido alguna vez en la vida algún problema en el uso del preservativo (62% rotura, 17% deslizamiento y el 21% ambos), siendo dicho porcentaje del 30% en el último año. Entre los que utilizaron el preservativo en el coito anal, el 84% indicó que solía usar algún tipo de lubricante: el 84% con base agua, el 30% saliva y el 17% aceites o vaselinas. El 61% señaló que solía adquirir los preservativos en farmacias, el 50% en asociaciones, un 15% en supermercados y un 5% en los dispensadores de los bares.

El 87% de los participantes en el estudio se habían realizado la prueba serológica de detección de anticuerpos anti-VIH. La prevalencia autoinformada fue del 15,2% (IC 95%: 9,6 - 22,6). El 86% de los que conocían que eran VIH negativos manifestaron que tenían previsto repetirse la prueba. Los motivos aducidos más frecuentemente por los 20 hombres que no se la habían realizado fueron: no haber tenido prácticas de riesgo (10), preferir no oír hablar del tema (3) y no haber pensado en ello (2); 5 personas no contestaron. De los 109 que indicaron tener pareja estable, el 63% señaló que su pareja se había hecho la prueba frente al VIH, resultando 7 casos VIH positivos. En el 2,3% de las parejas ambos miembros fueron seropositivos, en el 55,8% ambos fueron seronegativos y en el 11,6% existió serodiscordancia, aunque esta proporción podría aumentar, pues en el resto de los casos uno o los dos miembros de la pareja desconocían su estado serológico.

El 10,2% (IC 95%: 5.9 - 16.0) manifestó haber padecido alguna de las siguientes enfermedades de transmisión sexual en el último año: herpes, hepatitis B, gonorrea, sífilis o condilomas.

El 81% de los hombres señaló que la existencia de la epidemia del VIH/sida había influido en su comportamiento sexual, llevándoles a: utilizar siempre el preservativo con los contactos ocasionales (55%), no realizar prácticas sexuales de riesgo (46%), disminuir el número de contactos ocasionales (37%), mantener relaciones sólo con la pareja estable (20%), elegir las parejas según aspecto (19%) y utilizar siempre el preservativo con la pareja estable (17%). Un 36% manifestó que saber que una persona es seropositiva sería impedimento para mantener relaciones sexuales con ella.

Por último, entre las diferentes medidas de prevención del sida y las ETS que se les propusieron, el 77% escogió "usar siempre el preservativo" como la medida más eficaz. Los profesionales de la salud y el propio colectivo gay fueron las fuentes de información que inspiraron mayor grado de confianza: un 86% y un 83% respectivamente las puntuaron con 4 ó 5 (en una escala de 1 a 5). Cuando se pidió que se evaluara la importancia de las posibles medidas de prevención que debería poner en marcha la administración (en una escalas de 1 a 5), más del 75% puntuó con cinco todas las medidas de carácter positivo (mayores campañas informativas a la población general, consagrar más esfuerzos a la investigación, educación sexual en escolares y apoyar más a los grupos de atención a sida), mientras idénticos porcentajes puntuaron con 1 las medidas con componentes represivos (cerrar fronteras, aislamiento de seropositivos, etc.).

 

DISCUSIÓN

El presente estudio es el primero que se publica con datos sobre hábitos sexuales de un colectivo con este tipo de prácticas sexuales en la Comunidad de Madrid, a pesar del gran número de casos de sida notificados en esta comunidad autónoma, debidos a prácticas sexuales de riesgo entre varones, del importante peso que dichos casos tienen sobre el conjunto de la epidemia en España y de sus implicaciones en la prevención.

El porcentaje de personas que se había realizado la prueba es relativamente alto, y los motivos aducidos para no hacérsela parecen tener que ver más con percepciones personales que con barreras organizativas de acceso a la misma. La prevalencia de infección (15,2%), es similar a la obtenida en 1995 en un centro de ETS de Madrid en varones homo/bisexuales que acudían por primera vez a realizarse la prueba voluntariamente6, inferior a la encontrada en el estudio realizado en la ciudad de Barcelona (20,5% en 1.993 y 16,4% en 1995) entre socios de una ONG con base homosexual y en locales de ambiente gay5, y superior a la del estudio realizado en Sevilla en 1.988-1.989 (9,6%)7. En un estudio de ocho países de la Unión Europea8, que utilizó una metodología de envío de cuestionarios parecida, se encontraron prevalencias similares a las de Madrid en Francia y Dinamarca y más bajas en los otros países. La prevalencia de enfermedades de transmisión sexual durante el último año, dada su asociación con una mayor tasa de seroconversiones9-11 fue alta (10%), si la comparamos con la encontrada en el mencionado estudio europeo (2-3%), sin embargo fue similar a la observada en Barcelona en 19955.

Del análisis conjunto de distintos parámetros sobre las relaciones sexuales podemos deducir que se sigue manteniendo en esta población un alto nivel de riesgo de infección9,12. Así, más de la mitad habían tenido más de una pareja sexual en los últimos tres meses, del 40 al 70% habían realizado prácticas de alto riesgo (penetración anal) y, entre uno de cada cuatro y uno de cada tres (según el tipo de práctica o de pareja) de los que llevaron a cabo esta práctica con contactos ocasionales, lo habían hecho sin protegerse siempre con preservativo. Este nivel de riesgo en una población con la prevalencia de infección reseñada se debe estar traduciendo en unas tasas de seroconversión importantes13. Desgraciadamente, la no existencia de cohortes o de registros de VIH positivos en España nos impide disponer de información para contrastar esta afirmación. Por otro lado, conviene reseñar que el porcentaje de personas que usan siempre el preservativo en las relaciones orales con cualquier tipo de pareja es muy reducido. El patrón de mayor uso de preservativo en los diferentes tipos de relación y pareja es similar al encontrado en los mencionados estudios de Barcelona y posiblemente muy parecido (no existen datos sobre uso en sexo oral) al encontrado en la población general española14. En cualquier caso, a la vista del escaso uso del preservativo en las relaciones oro-genitales, cuyo riesgo de transmisión se sabe que es bajo15 y de que persiste un porcentaje importante con relaciones de penetración no protegidas, quizás convendría evaluar la eficacia de focalizar durante cierto tiempo los mensajes preventivos más específicamente en las relaciones de alto riesgo.

Llama la atención el alto porcentaje de personas que habían tenido accidentes en el uso del preservativo (30% en el último año). Parte de este porcentaje podría ser explicado por no utilizar lubricante con el preservativo en la realización de prácticas anales o por el uso en algunos casos de aceite o vaselina, pero cabría investigar más a fondo el tipo de preservativo empleado así como el beneficio de usar preservativos especiales.

Como en cierta forma era de esperar, al tratarse de un colectivo muy sensibilizado ante el VIH/sida, los entrevistados polarizaron su opinión en cuanto a las medidas de prevención que la administración podía poner en marcha valorando muy negativamente todas las medidas que son percibidas como restrictivas de libertades y de forma muy positiva todas las que no son percibidas con tales matices, lo cual no posibilitó una valoración de cuales se debían de priorizar.

Todos los estudios sobre comportamientos socialmente estigmatizados tienen especiales dificultades16, tanto para conseguir muestras representativas como para que los comportamientos no se oculten en la encuesta. Esta situación obliga a evaluar de forma muy crítica la representatividad de las muestras utilizadas así como la validez de la información obtenida. En el caso que nos ocupa, se trata de una población que asume su orientación sexual, lo que puede haber disminuido esa tendencia a ocultar determinados comportamientos. Ahora bien, esa misma asunción de su orientación homosexual, es reveladora de que debe presentar unas características sociológicas y posiblemente psicológicas que dificultan la extrapolación de resultados fuera de la misma. De hecho, su nivel de instrucción es muy alto (con más del 80% con estudios medios o universitarios), como también ha sucedido en otros estudios en nuestro país, en los que se han empleado como intermediarios a asociaciones de homosexuales3,5. Podría existir también un sesgo de selección entre los que han contestado que dificultara incluso la generalización de los resultados a los asociados de la organización. Sin embargo, no creemos que esto haya sucedido y, en cualquier caso la tasa de respuesta (superior al 37%) es superior a los otros estudios mencionados que se han llevado a cabo en nuestro país.3-5

Debido a que los cuestionarios eran anónimos, no se pudo controlar si algún socio contestó más de una vez. Ahora bien, por el tiempo medio de dedicación necesario para su cumplimentación (25 minutos) y por las instrucciones de participación previamente explicadas, pensamos que este fenómeno, si existió, debió ser extremadamente infrecuente.

En cualquier caso, aunque carecemos de datos sociológicos que lo avalen, creemos que difícilmente puede entenderse que la población estudiada es representativa del conjunto de hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres en España. Por esta razón, este tipo de estudios, entre las poblaciones más visibles, deberían ser complementados por otros que permitan ampliar la muestra en función de los canales de comunicación gay actualmente existentes, o que utilicen métodos de muestreo más adecuados para poblaciones ocultas (muestreos orientados con inclusión de variados y heterogéneos escenarios diana y muestreos de referencia en cadena o bola de nieve) y así conseguir un mayor conocimiento sobre lo que está sucediendo en los colectivos más vulnerables para la infección por el VIH.

En este estudio se evidencia que sigue existiendo un alto nivel de prácticas de riesgo en esta población, sobre todo con las parejas estables, lo que implica la necesidad de mantener e intensificar los programas de prevención dirigidos especialmente a potenciar el uso del preservativo en este tipo de prácticas.

 

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